Madrid/Barcelona, 3 abr (dpa) – El Barcelona recibirá mañana a la Roma en el Camp Nou en un duelo de ida de cuartos de final de la Liga de Campeones marcado por el regreso del astro argentino Lionel Messi y en el que los azulgranas buscarán una buena ventaja que llevarse a la capital italiana.
Con la liga sentenciada a su favor y metido en la final de la Copa del Rey, el equipo que dirige Ernesto Valverde tiene la ilusión de conquistar la «triple corona» y para ello no debe relajarse ante los romanos, quienes son en apariencia el rival más accesible de los que había en el sorteo y que sufrieron para superar al Shakhtar Donetsk ucraniano en octavos de final.
«Eso tiene valor para las apuestas, pero no la realidad del partido. En cuanto la pelota rueda todo puede cambiar. Respetamos mucho a la Roma y que nos den por favoritos nos da igual. No nos sorprende hasta dónde han llegado: juegan muy bien al ataque y defiende con solidaridad, por lo que vamos a tener dificultades para pasar», advirtió Valverde en la conferencia previa al partido.
El entrenador podrá contar con su once de gala tras recuperar a dos piezas fundamentales de su esquema: Messi y Sergio Busquets. El delantero argentino sufrió unas dolencias musculares en el aductor y en los isquiotibiales que le impidieron jugar los amistosos con su selección y por las que fue suplente el pasado sábado ante el Sevilla, en un partido que volvió a evidenciar la debilidad del Barça sin su estrella y que sólo pudo remontar cuando esta ingresó en la segunda mitad para reanimar a los suyos.
Ese partido también se lo perdió Busquets por una fractura sufrida en octavos frente al Chelsea de la cual se ha recuperado con el tiempo justo para poder jugar mañana y volver a ser el timonel que Valverde precisa para el mediocampo en un once en el que repetirá con el francés Ousmane Dembelé compartiendo ataque con Messi y Luis Suárez.
Precisamente el delantero uruguayo buscará por fin terminar con la mala racha que le persigue esta temporada en la Champions League, en la que todavía no ha conseguido estrenarse como anotador pese a sus grandes rendimientos en Liga y Copa, en las que ya suma 24 tantos.
Por su parte, la Roma llega con la esperanza de alargar su sueño europeo y para ello su objetivo será salir mañana del Camp Nou con un resultado que no le obligue a un milagro en el partido de vuelta en el Olímpico. La única gran incógnita que maneja el entrenador Eusebio Di Francesco está en la presencia de uno de sus mediocampistas más poderosos, el belga Radja Nainggolan.
El volante se lesionó en el último partido liguero ante el Bologna y apura plazos en su recuperación para poder participar, consciente de su importancia en el esquema romano como luchador incansable. Su técnico le dio hoy «50 por ciento de posibilidades de jugar». El que seguro no podrá estar es el joven turco Cengiz Ünder, que se quedó lesionado la campital italiana y que seguramente sea sustituido por Stephan El-Shaarawy en el sector derecho del ataque.
«Si la Roma ha llegado a cuartos es que también ha demostrado algo. Tenemos que crecer pero que nos respeten es importante. No podemos perder nuestra identidad pero tendremos que prestar atención a un equipo que ha tenido mucha precisión en el gol y gran capacidad defensiva. Hay que darles las menores posibilidades», aseguró Di Francesco en la conferencia previa.
Una Roma que se aferra al buen desempeño de sus referentes para poder obrar la gesta: el arquero brasileño Alisson Becker y su seguridad bajo el arco, las constantes carreras del lateral serbio Aleksandar Kolarov, la distribución de juego del capitán Danielle De Rossi junto al holandés Kevin Strootman, la velocidad y desborde del argentino Diego Perotti; y por encima de todo la puntería de su goleador, el bosio Edin Dzeko.
El delantero de 32 años suma 18 goles este año (4 de ellos en Champions) con gran parte de las esperanzas romanistas, que saben que si tiene una buena noche puede resultar determinante.
Los pocos antecedentes históricos de ambos equipos en Europa se produjeron en fase de grupos (por lo que nunca se cruzaron en eliminatorias a doble partido) y están repartidos. El Barcelona se impuso 6-1 en el último encuentro celebrado en el Camp Nou en 2015 y hubo empate 1-1 en Roma, mientras que en el año 2002 los romanos vencieron 3-0 en su casa e igualaron de nuevo 1-1 en el feudo azulgrana.
El duelo de ida que mañana se disputará en el Camp Nou tendrá su continuación el próximo martes 10 de abril en el partido de vuelta en el Olímpico.
Por Jorge Aldea (dpa)