Washington/Berlin, 5 dic (dpa) – El móvil es el aparato perfecto para vigilar a alguien: está siempre encendido y la persona lo lleva siempre encima. De acuerdo con «The Washington Post», la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) localiza a cientos de millones de personas a través de sus celulares. De esta forma se pueden elaborar perfiles precisos de sus usuarios y de sus contactos.
Esta nueva revelación de las prácticas de espionaje de Estados Unidos parece sacada de una novela policíaca, pero de este modo el servicio secreto estadounidense puede localizar a cualquier persona en todo el mundo.
De los datos guardados a largo plazo se pueden extraer pautas de comportamiento y también contactos cuando aparece el mismo número de teléfono en un lugar. Y no se trata sólo de la vigilancia puntual de algunos sospechosos de terrorismo: de acuerdo con «The Washington Post», la NSA engulló tanta información como pudo almacenar y procesar, cerca de 5.000 millones de datos al día.
Se trata de una dimensión impresionante, sobre todo si se tiene en cuenta que en el mundo viven cerca de 7.000 millones de personas y la cifra de conexiones de telefonía móvil se estima en total en unos 6.000 millones.
Se desconoce a cuántas personas ha localizado con exactitud el NSA. Se trata de «al menos a varios cientos de millones de aparatos», señala el diario, que se remite a documentos del informante Edward Snowden y a conversaciones con funcionarios del gobierno.
La NSA busca al parecer la mayor cantidad de puntos de conexión posibles para establecer una pauta reconocible de comportamiento. Los analistas de la NSA pueden seguir desde su escritorio la rutina diaria del sujeto que se vigila: cuándo sale a trabajar, cuándo está en casa, qué cafés visita, así como médicos, amantes u hoteles.
Los celulares de políticos pueden además arrojar información valiosa sobre cómo son susceptibles de chantaje. Si se vigila el teléfono de un líder empresarial, se pueden tener indicios por anticipado de fusiones en ciernes. Seis meses después de que estallara el escándalo por los programas de espionaje de la NSA, a nadie le sorprenderían situaciones de esas características.
El alcance de la vigilancia sobre la localización de usuarios de celulares coloca en primera línea los actuales esfuerzos para proteger la esfera privada. «La única vía de mantener en secreto el lugar donde uno se encuentra es apartarnos de nuestro moderno sistema de comunicación y vivir en una cueva», dijo Chris Soghoian, de la Unión de Derechos Civiles estadounidenses ACLU en declaraciones al «Post».
A su vez, la información publicada arroja numerosos interrogantes. Una de las preguntas centrales es: ¿De dónde provienen esas informaciones? Uno recibe una enorme cantidad de datos de cables que conectan redes de telefonía móvil en todo el mundo, explicó un miembro del servicio secreto al diario estadounidense. Los gestores de las redes tienen conocimiento siempre del lugar donde se encuentra el celular, porque ellos necesitan conocer el dato para la facturación, por ejemplo si se trata de una tarifa de roaming.
Lo que no se aclara en la información es hasta dónde operó la NSA con o sin el conocimiento de los proveedores de telefonía celular. Los funcionarios que consultó el «Post» tampoco arrojaron mucha luz para aclarar este punto.
Según la presentación de la NSA hay diez grandes fuentes de las que el sistema de vigilancia «Co Traveller» extrae información, explicó el diario. Uno de ellas, por ejemplo, se denomina «Stormbrew» y recibe informaciones de dos empresas cuyo nombre en clave son «Artifice» y «Wolfpoint». Las empresas disponen de la infraestructura necesaria.
«Stormbrew» recopila datos de 27 puntos de conexión de redes telefonía móvil de diversos compañías. Entre ellas hay también un punto de información, por el que se puede conocer, por ejemplo, a qué celda de radioemisión se ha conectado un celular.
Los sistemas de la NSA son bastante inteligentes. Si alguien conecta un teléfono sólo para una conversación y después lo apaga, el sistema los califica de sospechoso y «Co-Traveller» hace sonar la alarma. Lo mismo ocurre cuando un móvil se conecta poco después de que se haya apagado otro en las cercanías. Otros instrumentos informáticos calculan la velocidad y la orientación de «una gran cantidad» de celulares en movimiento, por ejemplo, para reconocer dónde se podrían cruzar sus caminos.
Por Andrei Sokolov y Christoph Dernbach