MILÁN (dpa) – Maderas nobles, patas de silla relucientes, asientos blancos y formas como obras de arte modernas. En la Semana del Diseño de Milán, empresas de todo el mundo presentan sus muebles, lámparas y accesorios para la casa, pero también algunas automotrices como Bentley, Ford, Hyundai, Mini, Peugeot y Lexus están en Italia para estrenar novedades y buscar inspiración.
«Hay paralelismo entre el diseño de muebles y el de coches», afirma el profesor de Diseño Lutz Fügener, de la Universidad de Pforzheim, en Alemania. «Las formas elegantes y los materiales nobles, por ejemplo. Sobre todo, en ambos la persona está como usuario en el fondo de todo», agrega. De todas maneras, es más fácil que el mueble contagie al coche que al revés.
Eso se debe especialmente a los tiempos de desarrollo de la industria del motor. «Las mesas se diseñan y fabrican más rápido. En el caso de los coches, todo el proceso, desde el primer esbozo a lapiz hasta la venta, dura aproximadamente cuatro años», dice Fügener.
A eso hay que añadir el tiempo en el que el modelo está a la venta. El diseño de un coche puede aguantar hasta ocho años, por lo que los diseñadores deben pensar a futuro y tener olfato para saber qué puede ser tendencia.
Franz-Josef Siegert, director de Diseño de Interiores para Porsche, ve por otra parte diferencias entre el diseño de muebles y el de automóviles. Habla más de puntos de encuentro que de paralelismos. «Incluso las exigencias de materiales como el cuero son muy específicos en el caso de los vehículos debido a las extremas temperaturas que deben soportar, el impacto de los rayos ultravioletas y el mayor desgaste», agregó.
Otro ejemplo es la madera, un material relativamente duro que en el interior de un vehículo se usa menos que en la construcción de muebles. En el vehículo debe carecer de astillas y a pesar de todo ser auténtico.
Gorden Wagener, jefe de Diseño en Daimler, afirma: «El diseño de muebles busca, como el de coches, la máxima calidad y expresión de valor, así como el acabado exquisito y encarnar el lujo y la pasión».
A eso apunta Lexus, filial de Toyota y que por segunda vez convocó una competición de diseño, pero no sólo de coches, sino de objetos en general que despierten «emociones sorprendentes». El joven diseñador alemán Sebastian Scherer se impuso con su enorme lámpara «Iris» entre las 1.157 solicitudes de 72 países.
La lámpara de vidrio soplado formada por varias esferas brillantes no tiene nada que ver con un vehículo a simple vista. Pero el diseño de muebles y el de coches están fuertemente vinculados, según Scherer. «No sólo es el vehículo un mueble grande y muy técnico, sino que el proceso de creación es muy similar. Al comienzo hay una idea que hay que hacer realidad. Primero hay que dar un paso atrás, cuestionarse las cosas, desmontarlas intelectualmente y componerlas de nuevo», afirma.
Lo más importante para él es la búsqueda de la armonía. «El ser humano reclama por lo general armonía. Si se consigue con la percepción del producto es ya un logro», afirma el diseñador. Por supuesto que no sólo cuenta la forma, sino también la ergonomía y la funcionalidad, tanto en el mueble como en el coche, agrega.
Y precisamente es la función lo que más llega al futuro. «Vivimos una revolución de la digitalización y la conectividad», dice el diseñador de Mercedes Gorden Wagener. «Los sistemas de asistencia permiten una conducción autónoma y especialmente segura. Ya no hay que sentarse al volante y concentrarse en el tráfico, y eso es uno de los grandes desafíos del diseño de automóviles, especialmente en el interior».
Y eso da como resultado muchas nuevas posibilidades de formas. En el futuro el coche será más lujoso y acogedor y ofrecerá más espacio y seguridad. La conducción, el manejo, pasará a ser algo secundario.
«Una tendencia en el diseño de coches es también la sostenibilidad, que cada vez es más importante», afirma el profesor Lutz Fügener. Como en el caso de los muebles, en los que los clientes valoran cada vez más los materiales ecológicos y de alto valor, también las automotrices buscan este tipo de materiales de «fácil consumo».
Eso supone desde maderas que crecen rápido hasta materiales sintéticos que se asemejan al cuero natural. También los diseñadores se orientan en cuanto a las formas en la naturaleza. Líneas curvas y consolas centrales indeterminadas recuerdan más a un bosque que a un robot.
Al mismo tiempo, el control de mandos tiende a ser más técnico y eso también impacta en el diseño. «El asunto del interfaz digital cambiará todo radicalmente en el futuro», prevé Fügener respecto a pantallas y displays. El reto será dar forma a ese entorno técnico el mismo tratamiento que a una sala de estar junto a la vivienda y el puesto de tabajo.
Por Fabian Hoberg