El Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa) se suma este martes a los actos programados con motivo de la celebración del Día Mundial del Ictus Bajo el lema: ¡Actúa contra el ictus! Por ti, por los tuyos. Se trata una jornada destinada a concienciar a la población sobre la importancia que tiene la prevención como factor clave para evitar esta enfermedad que origina alrededor de 400 urgencias anuales en las que la rapidez en la atención resulta vital.
Un ictus es una alteración brusca de la circulación sanguínea cerebral que se origina por la formación de un coágulo que cierra el paso de la sangre o por la rotura de un vaso, que da lugar a una hemorragia o derrame cerebral. En Asturias, como en el resto de España, los ingresos hospitalarios motivados por enfermedades cerebrovasculares han aumentado como consecuencia del envejecimiento paulatino de la población.
Según datos del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología, se estima que cada año 130.000 personas sufren un ictus en España, provocando la muerte en un 30% de los casos y una discapacidad grave en el 40%. Aunque suele afectar a personas mayores, también puede producirse en jóvenes.
En Asturias, el ictus origina alrededor de 900 muertes anuales y es la principal causa de fallecimiento en el conjunto de la población (7,4% en 2011), la más importante entre las mujeres (9,1%) y la tercera entre los varones (5,8%), además de las importantes secuelas que suele dejar en quienes la padecen.
Según datos de la OMS, esta enfermedad es la primera causa de discapacidad permanente en los adultos y se calcula que casi la mitad de los supervivientes de un ictus (alrededor de un 45%) tiene alguna dependencia funcional.
Para tratar de mejorar el tratamiento de esta enfermedad, el Servicio de Salud puso en marcha en 2005 un Programa específico de atención que incluye el denominado ‘Código ictus’. En rueda de prensa, el director de Servicios Sanitarios del Sespa, José María Fernández, ha explicado que el objetivo de esta estrategia es que el paciente pueda recibir el tratamiento antes de las cuatro horas y media desde el inicio de los síntomas.
Durante el último año, el tiempo medio transcurrido desde los primeros indicios de la dolencia vascular hasta la llegada del paciente al hospital fue de 90 minutos. Este código se activó en cerca de 390 casos de las que un poco más de la mitad se correspondieron con personas mayores de 71 años. El tiempo medio transcurrido desde que se produjo la llamada al SAMU y el contacto del paciente con un facultativo fue de 13 minutos.
Factores de riesgo
Además de una buena y rápida atención clínica, el director ha insistido en la importancia de atajar factores de riesgo. La reducción del consumo de sal es una medida clave en la prevención así como la obesidad, la diabetes, enfermedades cardiacas, la hipertensión arterial y la hipercolesterolemia en todos los sujetos, así como reducir o eliminar el consumo de tabaco y alcohol para disminuir así el riesgo de ictus.
El coordinador de la Unidad de Coordinación de Atención a las Urgencias y Emergencias, Antonio Trigo, ha explicado que cuando un alertante solicita asistencia a través de una llamada al 112 es atendido en primer lugar por un teleoperador, que recoge datos de filiación y localización exacta del paciente, así como motivo y hora de la llamada. Los alertantes también pueden ser los equipos de Atención Primaria u Hospitalaria.
Cuando se establece el diagnóstico de sospecha de ictus, el médico de la UVI móvil deberá determinar la puntuación del paciente en la escala NIHSS (en caso de tener una edad entre los 18 y 80 años) para decidir si es candidato a un procedimiento de extracción mecánica del trombo y, en función de esta, el médico regulador contactará con el neurólogo de guardia del Hospital de Cabueñes o del HUCA, decidiendo la activación y el destino del paciente.
Una vez activado este código, el médico regulador organizará el traslado del paciente en el medio de transporte más rápido y adecuado a cada caso, en función de la distancia al hospital receptor, de los recursos disponibles y de la situación clínica del paciente. El transporte será preferentemente medicalizado, pero primando siempre el tiempo como factor esencial a fin de que el paciente pueda recibir el tratamiento o un procedimiento de extracción mecánica del trombo, antes de las cuatro horas y media desde el inicio de los síntomas. Además, es necesario tener en cuenta la necesidad de realizar determinadas pruebas complementarias (TAC, analítica, valoración neurológica), por lo que la llegada al hospital debe producirse en las dos primeras horas desde el inicio de los síntomas.