El asesinato de una joven reabre el debate sobre los refugiados en Alemania

Berlín, 8 jun (dpa) – En un momento en el que Alemania se encuentra inmersa en un escándalo sobre la presunta concesión irregular de asilo a refugiados a cambio de dinero, el asesinato de una joven a manos presuntamente de un refugiado ha reavivado el debate sobre la gestión de las solicitudes de asilo.

El principal sospechoso de la muerte de la joven Susanna de 14 años, en Wiesbaden, en el oeste de Alemania, es un refugiado iraquí de 20 años, que huyó de las autoridades y al que finalmente detuvieron en Irak, según informó hoy el ministro de Interior alemán, Horst Seehofer. En un primer momento se detuvo a otro solicitante de asilo, pero posteriormente quedó en libertad al no existir «sospechas de relevancia» contra él.

Las autoridades alemanas informaron el jueves de que Ali B. abandonó el país rumbo a Irak vía Turquía con sus padres y cinco hermanos el pasado jueves con un salvoconducto emitido presuntamente por la emabajada de Irak y donde aparecían nombres diferentes a los de sus pasaportes y que usaron para sus billetes de avión.

Esto unido a que la solicitud de asilo de Ali B. fue rechazada a finales de 2016, pero su proceso aún estaba abierto después de que un abogado recurriera la decisión, ha generado críticas en el país y ha llevado a los políticos a reclamar que se aclare todo lo sucedido.

El responsable de asuntos sociales de Wiesbaden, Christoph Manjura, se defendió hoy explicando que cuando se presenta un recurso contra la decisión la ciudad apenas tiene margen discrecional y recordó que el fallo del tribunal puede tardar meses.

«Se debe aclarar rápidamente cómo es posible que un sospechoso pueda tomar un avión, aunque su identidad no esté clara», declaró el socialdemócrata Karl Lauterbach.

«Este horrible crimen genera numerosas cuestiones. ¿Cómo es posible que los refugiados cuyas solicitudes hayan sido rechazadas no sean expulsados? ¿Cómo es posible que pudieran salir del país con nombres falsos?», se preguntó por su parte el líder del Partido Liberal (FDP), Christian Lindner.

Para el ministro regional de Interior de Berlín, Andreas Geisel, es importante preguntarse qué ocurre con los inmigrantes cuyas solicitudes de asilo han sido rechazadas y que ya son conocidos por la Policía. Sin embargo, recordó que «de acuerdo con las estadísticas la mayoría de los asesinatos ocurren a manos de alemanes y no por refugiados. Esto es algo que no debería perderse de vista y la discusión emocional no debería desencadenar un juicio generalizado».

Para el alcalde de Wiesbaden, el conservador Oliver Franz, imaginarse que los refugiados abandonan sus países por miedo a la violencia y que puedan cometer asesinatos aquí es «inaceptable». «Este tipo de crímenes reduce la disposición del pueblo alemán a ayudar a los refugiados», agregó.

Por su parte, el partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que se valió de un discurso xenófobo y antiislamista para convertirse en la tercera fuerza del país en las elecciones generales de septiembre pasado, no tardó en reaccionar.

La jefa de la bancada de la AfD, Alice Weidel, corresponsabilizó a la canciller Angela Merkel por el crimen en Wiesbaden y reclamó la renuncia del Gobierno en su totalidad.

«Susanna es otra víctima de la hipócrita y egoísta política de bienvenida de la canciller Angela Merkel», sostuvo Weidel en un video difundido a través de Twitter.

«Asesinato y homicidio en la locura multi-culti», escribió por su parte el político de AfD André Poppenburg en Twitter.

Durante dos semanas, la Policía buscó a Susanna, desaparecida el pasado 22 de mayo. Su cuerpo apareció finalmente en un agujero en un terreno de difícil acceso en Wiesbaden.

De acuerdo con el informe policial, la estudiante fue estrangulada. Tenía signos de violencia en el cuello, explicó el fiscal superior Achim Toma el jueves sin entrar en más detalles. Los investigadores creen que la joven fue asesinada para encubrir la violación.

Por Almudena de Cabo (dpa)