MONTEVIDEO (dpa) – Un coche parlante recorre las calles de un barrio periférico de Montevideo, estigmatizado como «violento y peligroso», invitando a los vecinos a compartir el «Proyecto Luces» una experiencia de arte consciente que empieza a desarrollarse en Uruguay a impulsos de un joven cubano-uruguayo.
Al principio hay indiferencia, recelo y desconfianza, pero como participan vecinos que son referentes locales, y algunos artistas jóvenes conocidos en el barrio, el ambiente comienza a distenderse.
«Cuando los vecinos ven que nuestra propuesta es consciente, que habla de lo cotidiano y lo que les pasa a ellos, cuando empiezan a identificarse, empiezan a abrirse y llega un momento que hacen coros, cantan y bailan», cuenta a dpa Marcel Cabrera, joven cubano, hijo de padre uruguayo.
Cabrera nació en La Habana, en 1995. A los 14 años editó su primer libro, «Mi América en primavera», un ensayo sobre el continente latinoamericano y en 2010 fue distinguido como miembro e la Asociación Hermanos Saíz, la sociedad de nuevos talentos intelectuales cubanos. En 2011 apareció su primer poemario «El universo en poesía» y un segundo libro de poemas en 2012, titulado «El tintero del alma».
El 26 de marzo del 2013, en Montevideo donde vive actualmente, Cabrera puso en marcha el «Proyecto Luces» con la participación de unos 15 jóvenes artistas uruguayos para canalizar su vocación de servir a los demás, compartiendo lo que escribe.
«Pero después se me ocurrió ir con otras expresiones del arte para buscar un mayor impacto social. Busqué amigos con inquietudes y que no tuvieran fin lucrativo y así creamos el ‘Proyecto Luces’», dijo en entrevista con dpa.
Con orgullo, el joven que gusta identificarse como «cubaguayo», resume su iniciativa: «Apunta a contribuir con la rehabilitación social desde el arte y la poesía y pretende dar luz para modificar los niveles de inclusión y exclusión en sectores vulnerables de la población».
La condición para formar parte del proyecto es que «sea un artista real y comprometido con lo que hace». «Si es rapero o declamador o trovador tiene que tener letras conscientes. No llevamos música puramente comercial o bailable», precisó el escritor «cubaguayo».
Para todos los artistas interesados en integrarse a «Luces» es lo mismo. «Hay que tener una formación» porque los objetivos del proyecto van más allá del arte misma, de manera de dejar una huella en cada lugar que se visita.
El joven escritor asegura que «los artistas son todos reales, verdaderos artistas», subraya. «Tengo ojo para eso y sé cuándo el artista hace lo que hace y está comprometido, y no solamente quiere integrarse para figurar».
El activismo cultural del «cubaguayo» Cabrera no tiene apoyo de ninguna institución. Todo se hace «a pulmón, con esfuerzo y recursos propios».
«No conozco un proyecto así que no sea financiado por ninguna institución y dirigida por jóvenes y que, además, abarque diversas manifestaciones artísticas y un amplio contexto vulnerable», cuenta Cabrera.
Piden colaboración para el transporte y el audio de las actividades, y la otra «condición» es que se les conceda una pared, un muro cualquiera del lugar a visitar, para que los artistas puedan plasmar allí un mensaje de vida que perdure en el tiempo.
Durante este año de actividades, «Luces» compartió experiencias con internos de un hospital psiquiátrico, en cárceles de mujeres, adultos y adolescentes, centros de rehabilitación de drogadictos, además de algunos barrios de Montevideo y zonas aledañas.
El llamado arte consciente, que ya existe en otros países, atribuye a la cultura un papel sanador en los procesos convalecientes, incluso del delito.
Para darle continuidad a esta tarea, en los lugares visitados se hacen talleres de las distintas especialidades «y van surgiendo otras ideas con los mismos pobladores del barrio».
Esta experiencia uruguaya, que está dando sus primeros pasos, llamó la atención de artistas consagrados en el país, como el cantor y músico Héctor Numa Moraes, el trovador Mario Paz que cultivan otro género, pero que «llegan a otros sectores más urbanos, ya que también tienen algo más clásico que puede servir de balance».
Cabrera anunció que «hay muchos artistas internacionales como Hermes Ayala de Puerto Rico y BocaFloja de México, que quieren visitar Uruguay para participar de esta experiencia.
Este año es posible que se grabe un disco, se incursione en el teatro y se habilite una radio para difundir todas las actividades del «Proyecto Luces».
Por Carlos Castillos