El alcalde de Bogotá prefiere el voto popular en un referendo al de un funcionario

5804530wWashington, 18 dic (EFE).- El alcalde de Bogotá, el izquierdista Gustavo Petro, se mostró hoy a favor del referendo revocatorio de su mandato anunciado este miércoles por la autoridad electoral de Colombia, ya que, dijo, prefiere que sea la ciudadanía quien decida su futuro político y «no un funcionario administrativo».

«Estamos listos, vamos a las urnas (…) Queremos que la población vaya a las urnas y que decida el futuro de la Bogotá humana», dijo Petro a los periodistas tras mantener una reunión en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en Washington.

Petro se refería a su polémica destitución e inhabilitación por 15 años para ejercer cargos públicos que le impuso el procurador colombiano en un proceso administrativo por la supuesta mala gestión que hizo hace justamente un año de una crisis en el sistema de recolección de basuras de Bogotá.

El alcalde bogotano llevó hoy el caso a la CIDH, a la que ha pedido medidas cautelares para revertir su destitución con el argumento de que este es el único mecanismo rápido que resta para «salvar» los derechos políticos tanto del elegido como de los electores.

«Los derechos humanos son lo primero y entre ellos están los políticos, el derecho a elegir y ser elegido. Qué sería de una democracia si no pudiéramos elegir», subrayó en este sentido.

La CIDH decidirá esta semana si otorga medidas cautelares, si no lo hace o si solicita más información antes de pronunciarse, tal y como ha explicado a los periodistas el secretario ejecutivo de este organismo, Emilio Álvarez Icaza Longoria.

Petro, de visita esta semana en Washington para buscar apoyos políticos con un equipo de cinco personas, se reunió este miércoles con funcionarios de la CIDH por iniciativa propia para presentar información adicional sobre su caso.

Al término de la reunión, Petro se ha limitado a comentar que esperará «tranquilo» la decisión de la CIDH, al tiempo que ha revelado que presentó ejemplos de «sentencias sobre casos parecidos» al suyo que han ocurrido en otros países de América Latina.

Petro también aprovechó la ocasión para denunciar que «no hay un gobierno territorial que haya sufrido más intentos de paralizarlo» que el suyo, para remachar después: «Como el dicho del Quijote, digamos que cabalgamos, por algo sucede todo esto».

Junto a las medidas cautelares, el 28 de octubre Petro presentó asimismo una denuncia, también denominada «petición», ante la CIDH por su caso.

La resolución de este tipo de denuncias, salvo que se opte por dar prioridad al caso, es mucho más lenta que la decisión sobre las medidas cautelares, ya que el organismo aún está abordando peticiones de 2009 y tiene 8.600 pendientes desde entonces.

Incluso si se diera prioridad al caso, la decisión final de la Comisión no llegaría antes de 2015, puesto que primero debe ser admitida a trámite, lo que ocurriría ya el año que viene, y después el organismo tiene que estudiar a fondo si se trata de un caso de violación de los derechos humanos.

Por tanto, lo que esperan ahora Petro y su equipo es la decisión de la CIDH sobre las medidas cautelares, que podría producirse esta misma semana a no ser que el organismo requiera más información sobre el caso.