Río de Janeiro, 4 dic (EFE).- El 45 % de las favelas de Río de Janeiro están controladas por «milicias», como se denominan en Brasil los grupos parapoliciales, según un informe presentado hoy por el Instituto de Estudios Sociales y Políticos (IESP).
Estos grupos o bandas están compuestos por policías y expolicías corruptos que se disputan con narcotraficantes el control de las barriadas pobres y que han triplicado las áreas que dominan entre 2005 y 2010.
Además de practicar la extorsión cobrando tasas de seguridad, las milicias controlan negocios como la distribución de señal pirata de televisión por cable, la venta de bombonas de gas y el transporte con furgonetas y mototaxis.
Además, según el estudio de la IESP, unas 370 favelas, el 37 % de las comunidades pobres de Río de Janeiro, permanece bajo control de grupos de narcotraficantes.
El número de barriadas dominado por traficantes se redujo tanto por el avance de las «milicias» como del programa de «pacificación» del gobierno regional, que prevé la ocupación de favelas controladas por criminales y la instalación de puestos policiales permanentes conocidos como Unidad de Policía Pacificadora (UPP).
Según el informe, en sólo seis de las favelas en las que se aplicó el proceso de pacificación fue eliminado por completo el tráfico de drogas y en 23 de las 174 comunidades que cuentan con una UPP hay traficantes desarmados dedicados al menudeo de estas sustancias.
La violencia, añade el estudio, afecta a las áreas más pobres de la ciudad de Río de Janeiro, principalmente las favelas, pero llega mucho más allá de los límites de esas comunidades.
Ese hecho genera una segregación urbana que se materializa en una estructura social y una morfología ciudadana que crea espacios de violencia.