La terminal granelera del puerto de El Musel, que el pasado ejercicio movió casi diez millones de toneladas entre carbones y mineral siderúrgico así como de carbón térmico, hace frente este año a una disminución acentuada de tráficos, lo que agudiza ya de por sí una previsión muy conservadora en este campo, que contempla una posible disminución próxima al 30%. De hecho, las estimaciones a fecha de hoy prevén el paso por esta terminal de 7,2 millones de toneladas, en contraposición a los 9,8 millones de 2019.
El ERTE ahora presentado busca preservar tanto los puestos de trabajo de los que hoy dispone la compañía – 130 -, como el máximo posible de su capacidad operativa y afecta, sobre todo, a personal administrativo y de turnos.
La decisión tomada se verá completada con la adopción de otras medidas en relación a inversiones, contratas y servicios generales, así como a suministros y optimización de recursos financieros de cara a la nueva situación.