Pocos a este lado del charco veían posible la victoria de Donald Trump, y muchos son los que ahora tendrán que comenzar a cambiar sus discursos para tener o al menos intentar mantener contento al nuevo presidente electo de los Estados Unidos, pues por la gran mayoría, el electo incluido, es bien sabido que los gobiernos de Europa y muchos políticos españoles veían a Trump como un “populista, oportunista o bufón mediático”.
Pero en Estados no vota Merkel, Pedro Sánchez, Hollande o demás amigos y socios comerciales de la “administración Obama” heredera a su vez de la saga Clinton, allí ha votado un pueblo que ha puesto de patitas en la calle a la todopoderosa Hillary, que todo sea dicho quizás tenga que comenzar a rendir cuentas por todos estos años de caos y ocultación que desde sus diversos “papeles” en la Casa Blanca y sus círculos cercano ha realizado a su manera, “sin escrúpulos”, y con una soberbia y un mal perder que demuestra que quizás hasta Trump tiene más clase que ella.
El pueblo no es tonto, los americanos han sabido elegir entre la continuidad de un sistema nocivo para la economía, pues los datos de la administración Obama son devastadores, con una política belicista con guerras e incursiones promovidas solo por “la plata y el oro negro” o un hombre (Trump) que dice lo que muchos nunca dirán en publico pero que realmente es lo que la mayoría piensa, y esa mayoría ha dejado el silencio a un lado hablando las urnas.
Hoy los analistas, los tertulianos, los polemistas, los que no han votado y los que no saben nada de Estados Unidos braman y se lamentan de la elección de Trump, mientras que más de 57 millones de estadounidenses han elegido a su presidente, que ha ganado en las urnas y no es un “pacto de perdedores” o en un “pacto de liquidadores de siglas”
¿Qué tenemos por delante? Tiempo para ver, observar y analizar, pues hoy comienza el año cero de la era Trump