El deporte ha acompañado al hombre a lo largo de su historia y evolución. Desde que se cazara en la prehistoria hasta las últimas tendencias ha llovido lo suficiente como para hacer prácticamente inviable un listado con todas las disciplinas que se han podido practicar.
Las Olimpiadas, desde que comenzaran a celebrarse a finales del siglo XIX, en Grecia, han visto pasar distintos deportes que han entrado y salido de las medallas y pódiums.
Pero no surgieron entonces, sino que los juegos modernos tienen su inspiración en las olimpiadas que ya se celebraran antes de Cristo también en Grecia.
Actualmente, si se pregunta a cualquier sobre los deportes que compiten por los metales, a no ser que sean de verdad amantes del deporte en general, optarán por hacer un listado en el que entren los más habituales: atletismo, sincronizada, natación, rítmica, fútbol, baloncesto o incluso tenis.
No obstante, las Olimpiadas han sido también refugio, durante algunos años, de deportes más curiosos que desaparecieron de sus ediciones. ¿Sabías que incluso la pelota vasca formó parte durante algunos años de las competiciones olímpicas?
La pelota vasca, un deporte histórico que pasó por el medallero
El Norte de España es testigo de la práctica de uno de los deportes más antiguos de la Península Ibérica.
Aunque se dice que todos los juegos derivados de la pelota tienen origen en la ocupación musulmana, la verdad es que la que hoy se denomina pelota vasca podría tener un origen incluso más antiguo.
Los más puristas de esta disciplina relacionan incluso algunos relatos bíblicos con lo que podría ser la evolución de este deporte, pero, tal como se conoce hoy en día, podría ser herencia directa del pueblo galo.
De hecho, ya en nuestra historia española, una de las primeras referencias a la pelota se encuentra relacionado con la muerte del soberano Luis I El Terco.
Según mencionan las crónicas de la época, aunque no detallan demasiado esta parte por la relevancia histórica del fallecimiento, el monarca navarro bebió agua helada tras un partido de pelota que simulaba, con lanzamientos de mano, la guerra entre dos campos donde se iba ganando o perdiendo terreno según avanzaba el juego.
Desde ahí hasta París 1900, cuando fue disciplina olímpica, pasaron siglos, sin embargo es un deporte que puede decir que ha formado parte de una de las competiciones más reputadas del mundo.
En esa edición, que se compitió en modalidad cesta punta, solo participaron dos países: Francia y España. Además, hubo polémica ya que se alzó nuestro país con el oro tras la retirada de los franceses por discrepancias con las normativas que impusieron desde el Comité. Como curiosidad, la polémica tardó más de un siglo en solucionarse.
No se reconoció esta medalla hasta 2004, cuando los nombres de José de Amézola y
Francisco Villota entraron a la historia de las Olimpiadas como ganadores de sendas medallas de oro.
No fue esta edición la única que vio este deporte. En París en 1924, en México 1968 y en Barcelona 92 también estuvo entre las disciplinas que se vieron, aunque esta vez como deporte de exhibición.