Cuba quiere abrirse al capital extranjero en «todos los sectores»

5836336wLa Habana, 28 mar (dpa) – Cuba aprobará previsiblemente este sábado una nueva ley para impulsar la llegada de capitales extranjeros a la isla, otra de las reformas de mercado con que la isla busca asegurar su modelo económico y político. La Ley de Inversión Extranjera es la última reforma del castrismo, destinada a reemplazar a la legislación previa de 1995 y que ha sido anunciada desde hace meses por el propio Raúl Castro. Mientras el gobierno subraya que la ley contribuirá a la «recuperación» y el «desarrollo» económicos sin renunciar al socialismo, algunos analistas se muestran escépticos respecto a las posibilidades de atraer realmente todo el capital que necesita la isla.

El proyecto debe ser aprobado el sábado por los más de 600 diputados de la Asamblea Nacional. La reforma prevé una apertura en «todos los sectores» de la economía, según detalles adelantados por la prensa oficial, salvo en las áreas de salud y educación, consideradas tradicionalmente como los grandes logros del castrismo.

La mayor de las Antillas sufre una crónica crisis económica desde los años 90, cuando la caída de la Unión Soviética puso a Cuba al borde del colapso. La isla depende hoy en gran medida del suministro de petróleo en condiciones preferentes desde Venezuela.

Tampoco las reformas de la «actualización» aprobadas hasta ahora han conseguido dar hasta ahora un impulso real a la economía cubana, coinciden varios analistas. La nueva ley de inversiones, con perspectivas macroeconómicas, es vista por eso con interés.

«Será un paso de avance importante, pero según el proyecto circulado volverá a depender de la implementacion de la ley», dijo a la agencia dpa Arturo López-Levy, politólogo de origen cubano de la Universidad de Denver. «Hay que recordar que la legislacion de 1995 nunca fue usada en toda su plenitud», valoró.

La ley «es la última oportunidad que tiene el proceso de reforma económica», consideró por su parte Pavel Vidal. El ex funcionario del Banco Central de Cuba y actual docente universitario en Colombia cree las expectativas económicas de los últimos años no se han cumplido.

«Ellos tenían un plan de crecimiento para estos años de cambio del 4,4 por ciento del PIB, que estaría impulsado por un incremento de las inversiones en más del 20 por ciento», dijo Vidal a dpa. «Y ese incumplimiento de las metas es evidente que se debe a la falta de inversión extranjera», analizó.

La nueva ley debe asegurar ahora ese flujo de capitales. Los pocos detalles que han trascendido hasta ahora apuntan a que, además de seguridades jurídicas contra expropiaciones, el gobierno ofrecerá generosos beneficios fiscales a las empresas extranjeras, como los que ya rigen para la zona franca del puerto de Mariel, inaugurada en noviembre de 2013.

Otra opción barajada es que Cuba permita la llegada de capitales a sectores económicos más pequeños, por ejemplo las cooperativas del sector agrícola.

«Se esperaría también que se acabe esa tendencia que empezó en los años 2000 de únicamente aprobar los grandes proyectos», consideró Vidal. «La inversión extranjera también tiene que llegar incluso a estas nuevas cooperativas, a pequeñas y medianas empresas».

Tras una apertura incipiente en los 80, la isla empezó a permitir desde los 90 la formación de empresas mixtas con capital extranjero, que operan sobre todo en el turismo o en infraestructuras.

Las interrogantes se centran por otro lado en la medida en que la isla pueda abrir la puerta a capitales de los cubanos emigrados.

No se sabe «cuál es el límite de esas inversiones para los cubanos (de la diáspora»), dijo a dpa Emilio Morales, presidente de la firma de asesoría The Havana Consulting Group de Miami. Para los cubanos en Estados Unidos, donde vive la principal comunidad del exilio, las posibles trabas de la ley se suman a los impedimentos que ya plantea de por sí el embargo económico norteamericano.

También la posible ampliación de las condiciones de propiedad en las empresas mixtas genera expectativas. El Estado cubano permite hasta ahora la formación de empresas con capital extranjero, aunque no que se constituyan compañías completamente bajo control foráneo.

Otro de los puntos que podría ser determinante para los potenciales inversores extranjeros es el impedimento para los empresarios de contratar directamente mano de obra local y dar incentivos laborales. La agencia estatal cubana a cargo de las contrataciones fija sueldos muy por debajo de los montos que pagan las empresas extranjeras por su personal local.

Esa intermediación es un «cuello de botella» que la nueva ley mantendrá en relación con la de 1995, cree el politólogo López-Levy.

«Es un esquema que en la práctica no funciona», analiza Morales, que cree que el proyecto podría tener aún muchas trabas. Si en un plazo de un año no hay «inversiones que despunten en un horizonte positivo, ellos van a tener que remodelar un poco la ley», señaló.

Vidal también ve con cautela la nueva legislación. Pese a las reformas de los últimos años, «lo cierto es que siempre la realidad se queda por debajo de las expectativas», advierte sobre las reticencias a las cambios dentro del propio castrismo.

Por Isaac Risco