(dpa) – Las zanahorias se arrugan, las cebollas y las patatas sueltan brotes. El Instituto Bávaro de Viticultura y Horticultura aconseja a quien todavía tenga hortalizas almacenadas de la temporada pasada, utilizarlas rápidamente, transformarlas en sabrosos platos y despejar el espacio para las cosechas de este año.
La institución alemana destaca especialmente la variedad de usos de las batatas, que, almacenadas correctamente a una temperatura de 15 grados centígrados, mantienen su frescura y su textura crujiente.
Los expertos aconsejan pelarlas y cortarlas en rodajas finas o en bastones, mezclarlas en un bol grande con una cucharada de aceite de colza y luego hornearlas en una bandeja durante unos 35 minutos, pero no más, porque de lo contrario se ablandan demasiado. Si es necesario, se pueden salar ligeramente.
Otra variación son las cazuelas de batata, para las que se pueden utilizar las mismas recetas que para las patatas, zanahorias o mezclas con rodajas de puerro o cebolla. Para ello, se ponen en una cazuela rodajas finas de batata.
Tras salpimentarlas, se vierte sobre ellas una mezcla de crema de leche, un huevo batido, dos cucharadas de queso parmesano molido y una o dos cucharadas de ajo picado. Luego se hornea la cazuela durante unos 45 minutos.
Los horticultores también tienen un consejo para los aficionados: Si se colocan los dos últimos tubérculos de batata del año en una bandeja de siembra con tierra y se mantienen húmedos, después de seis u ocho semanas se obtendrán esquejes que, una vez que hayan echado raíces, pueden ser trasplantados al huerto.
La batata se suele plantar desde mediados de la primavera hasta principios del verano.