Berlín, 2 jun (dpa) – Las modificaciones previstas en los automóviles diésel para que puedan circular en las ciudades con elevados índices de contaminación costará a las automotrices más de 4.000 millones de euros, de acuerdo con datos del Ministerio de Medio ambiente alemán publicados hoy por el grupo mediático Funke.
Sin embargo, a pesar de este elevado coste, la ministra de Medio Ambiente, Svenja Schulze, defendió las mejoras de los vehículos y recordó que el beneficio de las automotrices alemanas el pasado año fue notablemente superior a esta cifra.
Incluso cuando una modificación del vehículo se sitúe en una cifra máxima de 3.000 euros (3.500 dólares) por automóvil, el coste de mejorar el hardware en las 17 ciudades más contaminadas ascenderá según cálculos del Ministerio a 2.900 millones de euros. «Si se le suman los vehículos de las personas que no viven en esas ciudades pero que van a trabajar allí, la cifra aumenta hasta los 4.400 millones de euros».
Sin embargo, llevar a cabo modificaciones técnicas directamente en el motor es un tema controvertido en el Gobierno alemán. La canciller, Angela Merkel, y el ministro de Transportes, Andreas Scheuer, se oponen. Scheuer insiste en que estos cambios suponen una enorme intervención en los automóviles y una inversión en los vehículos antiguos. Además, desde el punto de vista jurídico es muy complicado obligar al fabricante a llevar a cabo estas mejoras, que el sector automotor rechaza.
Hasta ahora las automotrices solo se han mostrado partidarias de efectuar cambios en el software de los vehículos, pero no en el hardware, algo que elevaría notablemente el coste.
La guerra contra los vehículos diésel surgió como reacción al escándalo de la manipulación de los motores diésel de Volkswagen que estalló en 2015. La automotriz alemana admitió entonces que trucó los motores de más de 11 millones de automóviles en todo el mundo para simular emisiones de gases contaminantes por debajo del límite permitido.