Chris Pine es el héroe escocés Roberto I de Escocia en «Outlaw King»

Toronto, 7 sep (dpa) – Después de interpretar a un piloto perdido en una isla poblada de Amazonas en “Wonder Woman” o al capitán Kirk en las películas “Star Trek”, Chris Pine se viste de época para encarnar al héroe escocés Roberto I de Escocia, quien lideró a principios del siglo XIV la revuelta contra los ingleses, en “Outlaw King”.

“Outlaw King” es la primera película del director escocés David Mackenzie después de su exitoso western urbano con trasfondo social “Hell or High Water”, que le valió cuatro nominaciones a los Oscar el año pasado. Pero además, el film marca la primera vez que un gran festival como el de Toronto elige para su apertura una película respaldada por Netflix, lo que quiere decir que se trata de un film que no necesariamente tendrá un estreno a gran escala en cines.

Si bien Netflix suele organizar un estreno limitado de sus películas en algunas salas, su gran público es el que ve cine desde los dispositivos disponibles en sus hogares.

«Estoy muy contento con que Netflix haya trabajado con nosotros”, afirmó hoy Mackenzie al presentar la película. Si bien el director confesó que pensó su film para la pantalla grande, con cautivantes escenas de los paisajes escoceses y otras aún más impactantes de las grandes batallas cuerpo a cuerpo de la época medieval, afirmó que tener a la plataforma de streaming detrás fue una gran oportunidad.

“Estoy encantado con que probablemente se vea en cines donde sea posible, pero también con el alcance que tendrá al ser lanzada en simultáneo en 191 territorios al mismo tiempo. Tendrá el público más grande que jamás haya tenido una película mía. Y honestamente, no creo que un estudio hubiera financiado una película así ni nos hubiera permitido hacerla como la hicimos”, aseguró el también director de “Young Adam”.

Por su parte, Pine, quien ya había trabajado con Mackenzie en “Hell or High Water”, donde interpretó junto a Ben Foster a una dupla de hermanos que, después de haber perdido sus tierras en una hipoteca, decidían recuperar lo que consideraban suyo robando bancos, señaló que no sabía nada acerca de Roberto I de Escocia cuando le ofrecieron el papel, aunque en su condición de estrella de Hollywood sí sabe lo que es ser tratado como un rey.

“Sí, te tratan distinto sea merecido o no. Es peligroso creer que uno lo merece”, apuntó. “Lo que me interesó de esta historia es cómo una persona de gran fortuna y privilegios, cosas que en la sociedad occidental son consideradas muy valiosas, decide renunciar a todo ese prestigio, pedigrí y seguridad para hacer algo grande para muchas personas”, afirmó.

Si bien “Outlaw King” está ambientada en la misma época en que transcurría “Braveheart”, de 1995, en la que Mel Gibson interpretaba a William Wallace, otro escocés que se rebeló contra el rey Eduardo I de Inglaterra, el film de Mackenzie comienza allí donde terminaba el del australiano. En “Outlaw King” el personaje de Wallace es apenas una nota al margen y aparece ya en sus últimos días, escondido en el bosque y poco después desmembrado por los ingleses para exponer sus partes a modo ejemplificador en distintos puntos de Escocia.

Mackenzie prefiere no trazar paralelismos con la película dirigida por Mel Gibson, y tampoco pareció sentirse a gusto al ser preguntado hoy sobre si su historia de un pueblo oprimido intentando levantar cabeza ante los abusos de quien detenta el poder tiene algún paralelismo con lo que está sucediendo con el actual Gobierno de Donald Trump.

“Las historias de personas tratando de hacer cambios o recuperar algo que perdieron nos permiten conectar humanamente. Los desposeídos tratando de volver a poseer algo es humanamente algo muy fuerte para mí”, afirmó Mackenzie. “Pero es una historia de hace 700 años, sobre la formación de nuestro país (…) si eso tiene un paralelo con Trump no lo sé”, señaló.

El director afirmó que tampoco le interesa hacer foco en el nacionalismo escocés. “Es una historia antigua, el mundo era un lugar muy distinto, basta mirar el mapa del mundo en ese entonces, se centraba en Europa”, dijo. “Me ponen nerviosos los paralelismos contemporáneos. En todo caso, la idea que me interesa transmitir es que la compasión no es sinónimo de debilidad”.

También Pine trató de no hacer una referencia directa a Trump, pero no eludió la pregunta: “En relación a lo que está pasando en nuestro país, Estados Unidos, creo que el arquetipo que estamos mostrando es que hay esperanza en la posibilidad de hacer actos desinteresados. Necesitamos seguir contando este tipo de historias para no ser unos idiotas egoístas», opinó.

Por Astrid Riehn (dpa)