China acusa a los separatistas uigures de la masacre con 34 muertos

5998115wKunming (China), 2 mar (dpa) – Un grupo de hombres vestidos de negro, que según las autoridades chinas eran miembros de la minoría uigur, atacaron con cuchillos a los pasajeros de una estación de trenes de la ciudad de Kunming, donde causaron la muerte de 30 personas, informa hoy la agencia oficial Xinhua.

A su vez, la policía mató a cuatro atacantes, tres hombres y una mujer, lo que eleva a 34 el número total de muertos. Al principio se habló de 29 víctimas pero la muerte de un policía las elevó a 30. Además hay unos 130 heridos, una de ellas una atacante.

El grupo, formado por más de diez hombres armados con grandes cuchillos, se lanzó de forma inesperada en la noche del sábado contra las personas que estaban en el exterior de la entrada y después en el hall de venta de billetes de la estación de la capital de la provincia de Yunnan, en el sudoeste de China.

Fue «un ataque terrorista organizado, premeditado y llevado a cabo de manera brutal», aseguraron las autoridades. La televisión estatal mostró cómo la policía retiraba un machete del lugar, así como imágenes de víctimas tendidas sobre un charco de sangre entre el equipaje, los zapatos y otras pertenencias.

Las autoridades señalaron que hay al menos cinco atacantes prófugos. El jefe de Estado y de partido de China, Xi Jinping, condenó el hecho y llamó a luchar contra el terrorismo. También condenó la violencia el seretario general de la ONU, Ban Ki-moon.

«Pruebas halladas en el lugar del crimen» demuestran que se trató de un ataque organizado por separatistas de la provincia noroeste de Xinjiang, afirma Xinhua. «Fue un atentado terrorista típico y un grave crimen contra la humanidad», añadió un comentarista.

La masacre se produce cuatro días antes del comienzo de las sesiones anuales de la Asamblea Popular Nacional en Pekín, una época normalmente tensa a nivel político durante la que se aumentan las medidas de seguridad en China.

Aunque se recomendó a los editores de los medios evitar grandes titulares y fotos y atenerse a la información de Xinhua, las imágenes de la matanza circularon ampliamente en los medios sociales como Weibo, el equivalente chino a Twitter.

El ataque comenzó a las 21:20 hora local (13:00 GMT). Yang Haifei, un residente local, relató que estaba comprando un pasaje cuando vio un grupo de personas que ingresaba corriendo a la estación, en su mayoría vestidas de negro, y comenzaba a atacar a la gente en el lugar.

«Vi una persona venir directo hacia mí con un cuchillo largo y corrí con todos», relató, para luego añadir que quienes fueron más lentos resultaron gravemente heridos. «Caían al suelo sin más», señaló, y relató que él sufrió heridas en el pecho y la espalda.

La estudiante Liu Chen, de 19 años y de Wuhan, quería comprar un ticket para viajar a la ciudad turística de Lijiang. «Primero pensé que eran unas personas que se estaban peleando, pero después vi la sangre y oí los gritos». La estación de trenes de Kunming es una de las más grandes de del país y un gran eje de transporte en el sudoeste de China.

Otro testigo, Zuo Ruxing, relató al «South China Morning Post» que los atacantes se lanzaban contra una persona y después contra otra, sin parar. Zuo salió corriendo y vio a un hombre caer al suelo a su lado. Después, un atacante trató de apuñalar a la hija de seis años de su amigo Pan Huabing, pero éste se interpuso y resultó herido en el cuello. Zuo agarró a la niña y huyó. Pan se encuentra ahora en estado crítico tras ser operado.

Las circunstancias del hecho son poco comunes. Xinhua habló de «un cambio en la estrategia de ataques», porque los separatistas atacan normalmente a símbolos del gobierno como comisarías o edificios públicos, pero nunca habían actuado contra simples ciudadanos como en esta ocasión.

Los uigures son una minoría étnica de religión musulmana, formada por unos ocho millones de personas, que vive en Xinjiang, en el noroeste de China, donde hay tensiones desde hace años. Los urigures se sienten reprimidos por los chinos a nivel político, religioso y cultural, mientras que Pekín los acusa de separatismo y terrorismo. Tras la toma del poder en 1949 los comunistas ocuparon la zona, que antes era el estado independiente de Turquestán Oriental y que hoy cuenta con 21,8 millones de habitantes.

Según la alemana Sociedad por los Pueblos Amenazados, desde principios de 2013 han muerto 254 personas por la escalada de la violencia entre las fuerzas de seguridad chinas y los uigures.