Categoría: Entrevistas

  • Entrevista con Jack Leeming, editor de «Naturejobs»

    Entrevista con Jack Leeming, editor de «Naturejobs»

    Un-doctorado-te-ensena-a-trabajar-con-inteligencia-y-eso-es-valioso-para-cualquier-empresa_image_380Recientemente se celebró en Madrid una jornada en la que se habló de las alternativas profesionales de los investigadores y Jack Leeming, editor de Naturejobs, el mayor portal de trabajos científicos, tiene bastante que decir en este tema, no solo por su actual empleo sino también por su trayectoria. Este londinense, enamorado de Thomas Pynchon, Charles Bukowski y la cocina, se formó como químico inorgánico, pero luego decidió aventurarse como emprendedor y periodista científico.

    Aparte de la academia, ¿qué otras opciones laborales hay para un científico o un doctorado?

    Hay muchísimas opciones. Por lo general, se tiende a plantear como una elección entre academia e industria, pero esto es una simplificación excesiva. La ciencia es una parte muy importante de la sociedad moderna y hay un montón de alternativas laborales disponibles para alguien con un doctorado, incluso en ámbitos totalmente ajenos a la ciencia.

    Un doctorado te enseña a trabajar duro, de forma inteligente e independiente, lo cual es valioso para cualquier empresa, haga o no I+D. La investigación y el desarrollo industrial puede ser una de las posibilidades más obvias para un científico que vaya a salir del ámbito institucional, pero no es la única.

    ¿Puede concretar ejemplos de estas otras alternativas?

    Transformar investigación en negocio a través del emprendimiento es una de las opciones más conocidas. También la gestión de proyectos, las finanzas o incluso el comercio. Un grado académico te da conocimiento y habilidades, pero en el fondo es simplemente un certificado de inteligencia aplicada. Si puedes demostrar que tienes la inteligencia y la motivación, no hay nada que te impida seguir cualquier camino e ir adquiriendo más habilidades en otras áreas a medida que avanzas.

    ¿Cree que, en general, los científicos ven como un fracaso el abandono de la carrera investigadora y buscan otras posibilidades solo en caso de que esto falle?

    En absoluto. Por alguna razón, se tiende a pensar que la investigación dentro de la academia es más valiosa que la que se hace en la industria, y esto es un poco pueril. Las universidades son instituciones que ganan dinero, y las empresas pueden hacer investigación que mejore la vida de la gente. Lo bueno de la industria es que a menudo la investigación se convierte directamente en un producto.

    Hace poco estuve en una charla de la doctora Berryman-Bousquet, de laboratorios SHARP. Ella es física y dice que la mejor parte de su trabajo es ver su investigación transformada en algo real. Hay un montón de investigadores trabajando en la industria porque es lo que realmente quieren hacer, no porque no les quede otro remedio.

    Usted mismo es un ejemplo de búsqueda de oportunidades fuera del laboratorio…

    Pues sí. Yo hice mi máster en química orgánica y sinteticé un compuesto nuevo de níquel-fosfato cancrinita. Fue divertido y gratificante, y tal vez podría haber sido útil para algo. Pero lo dejé para ser emprendedor, y ahora soy periodista científico en Nature. Tal vez el medio gramo de ese compuesto esté todavía cogiendo polvo en un tubo en mi antiguo laboratorio, pero para mí fue el final de aquella historia.

    ¿Qué acciones llevan a cabo en Naturejobs para ayudar a los investigadores a avanzar profesionalmente?

    Nuestra estrategia se divide en tres partes. Tenemos un blog que ofrece ayuda y asesoramiento a nuestros lectores, que se actualiza de manera constante y da información y consejos a los abonados.

    También contamos con Naturejobs Career Expo, que es una versión en vivo de lo que ofrecemos en el blog, y una gran oportunidad de establecer contactos y conocer a potenciales empleadores que normalmente no te encuentras en la calle. Hay mesas redondas, talleres de currículums, conferencias, stands y muchas otras cosas. Es muy divertido y obtenemos una gran respuesta de la gente cada vez que las hacemos. ¡Justo acabo de regresar de una en Dusseldorf!

    Por último, también hacemos entrevistas directas (Insideviews) y cubrimos campos específicos o áreas geográficas de la ciencia (Spotlights) en la revista Nature.

    Dentro del blog está The Faculty Series donde, por ejemplo, usted da consejos sobre cómo negociar ayudas para abrir una start-up o crear su propio laboratorio. ¿Tiene mucha respuesta de científicos que quieren iniciar este tipo de actividades?

    Estos ejemplos corresponden a piezas relativamente nuevas, por lo que todavía hay que esperar para ver qué respuesta tienen. Pero, por supuesto, intentamos publicar temas que interesen a nuestros lectores. Muchos de ellos son posdoctorados tratando de definir la trayectoria de su carrera y desde Naturejobs queremos ayudarles a dar los pasos adecuados.

    En Naturejobs, ¿qué experiencia tienen con los investigadores españoles?

    Naturejobs es una marca global y tratamos de apelar a todo el mundo. Personalmente, no he tenido mucho contacto con investigadores españoles en el pasado; supongo que he tenido mala suerte. Pero en estas jornadas he conocido a un montón de gente de la Comunidad de Científicos Españoles en Reino Unido, así que tal vez a partir de ahora podremos establecer un mayor contacto. ¡Ya veremos!

    FUENTE SINC

  • Entrevista con Manuel Catalán Morollón, geofísico de la Armada

    Entrevista con Manuel Catalán Morollón, geofísico de la Armada

    En-un-solo-dia-en-el-polo-pueden-pasar-sobre-tu-cabeza-las-cuatro-estaciones_image_380Es doctor en Física, profesor, divulgador y, en la actualidad, Jefe del Servicio de Geomagnetismo del Real Observatorio de la Armada. En total, ha pasado dos años de su vida en el Ártico y la Antártida, a bordo del buque de investigación oceanográfica Hespérides. Manuel Catalán Morollón (San Fernando, Cádiz, 1962) nos relata su experiencia como científico y militar en las regiones con el clima más extremo del planeta.

    ¿A qué se dedica un geofísico?

    La geofísica estudia el comportamiento de nuestro planeta desde diferentes puntos de vista y nos ayuda a entender qué condiciones deberían darse en otros para poder albergar vida. Sirve para explicar procesos físicos como el campo magnético de la Tierra, esencial para la supervivencia de las diferentes formas de vida; o conocer en detalle su campo gravitatorio, que es fundamental para predecir las órbitas de los satélites artificiales y conseguir que sus productos sean precisos. El desarrollo de la sismología sirve para comprender por qué y cómo se producen los terremotos, y quizás en un futuro ser capaces de predecir con cierta precisión el cuándo. Mi labor investigadora ha ido encaminada al estudio de cuerpos anómalos situados bajo el subsuelo o corteza, y en particular bajo el fondo oceánico.

    ¿Cómo ha sido su experiencia personal a bordo del Hespérides?

    Mi contacto con este buque ha sido la que cualquier investigador o responsable científico ha podido tener cuando ha embarcado en él, quizás con la salvedad de que al ser, además de científico, Oficial de la Armada, uno observa a su alrededor todo lo que le rodea con unos ojos diferentes. Los casi dos años que de forma discontinua he pasado en este buque han aderezado mi vida profesional con anécdotas, y me han permitido aprender cosas de otros investigadores.

    ¿Cómo es el día a día de una persona que trabaja en las expediciones del Ártico y el Antártico, desde los puntos de vista humano y científico?

    Obviamente estás en una plataforma inestable como consecuencia del estado de la mar. Sin embargo, es clave tratar de que esto no perturbe una rutina estricta, y que tu día sea lo más parecido al que llevarías cuando no estás de expedición. Compatibilizar las guardias en el laboratorio, el tratamiento de los datos adquiridos, contrastar tus resultados con los de otros colegas embarcados, intercambiando impresiones; sacar un rato para hacer deporte con independencia de que estés cansado porque has estado de guardia cuatro horas por la noche; las comidas y algo de sobremesa para convivir con tus compañeros. Todo esto es fundamental.

    ¿Se establecen relaciones personales estrechas?

    Sí, en ese tipo de situaciones, en las que voluntariamente renuncias a comodidades, no puedes limitarte a tu trabajo sin más: debes tratar de cultivar las relaciones personales. Eso facilita el trabajo de campo en periodos extensos, como es el de una campaña geofísica, donde se da con frecuencia el “hoy por ti, mañana por mí”.

    ¿Qué supone vivir en un clima tan extremo?

    Para el navegante es una experiencia única. Compruebas que la meteorología que estudiaste cuando eras guardiamarina en la Escuela Naval Militar es útil. A lo largo de un día pueden pasar por encima de tu cabeza las cuatro estaciones del año. Es posible pasar de una mañana paradisíaca a una situación meteorológica muy preocupante, con vientos muy intensos de más de 100 km/h, y unas condiciones de visibilidad muy reducidas. Ello lleva a estar en una situación de zafarrancho de combate frente a la meteorología, extremando la prudencia y no bajando nunca la guardia.

    ¿Y como investigador?

    Como investigador, la perspectiva es similar cuando estás trabajando en tierra. Sabes que en un determinado momento las condiciones de visibilidad, de viento o de mar pueden dificultarte el retorno a la base, y por tanto debes tomar precauciones asegurando tus pasos y las comunicaciones con el campamento base, o con el buque, si de él dependes. En resumen, no dejar cabos sueltos. Hay que tener, como profesional, preplaneadas las diferentes contingencias que se pueden presentar en el trabajo de campo, con el añadido de que el entorno es además muy dinámico y cambiante.

    ¿Qué descubrimiento científico ha sido clave en la navegación?

    Resaltaría el avance que han experimentado las posiciones geodésicas. A finales de los años 80 del pasado siglo en la zona de la Antártida, el buque oceanográfico Las Palmas realizaba no solo el aprovisionamiento a los equipos desplegados en tierra, sino también estudios científicos en la mar. Cuando te situabas en su puente de gobierno, debías hacerlo utilizando distancias a diferentes puntos de costa, y percibías que unas islas no estaban bien situadas respecto a otras. Las diferencias en estas zonas polares podían llegar a ser de centenares de metros o incluso kilométricas. Sin embargo, el despliegue de la constelación de satélites GPS primero, los GLONASS más tarde y ya el embrión de la futura constelación Galileo, nos han permitido ser capaces de detectar movimientos de basculación dentro de las mismas islas, o de separación entre ellas, que están en el orden de los varios milímetros o de muy pocos centímetros al año. Esto nos ayuda a apreciar el tremendo avance alcanzado en este campo.

    ¿Cómo pueden contribuir las expediciones de la Armada en la lucha contra el cambio climático?

    A mi modo de ver esta responsabilidad recae sobre los científicos, que deben difundir sus resultados de forma que la comunidad internacional pueda concienciarse de cuál es la situación real, sin margen a la exageración. No debemos olvidar que si el clima evolucionara, la naturaleza también lo haría, buscando una nueva situación de equilibrio, pero con la particularidad de que no necesariamente el ser humano será compatible con ella.

    FUENTE SINC

  • Entrevista con José Manuel Moreno, catedrático de ecología

    Entrevista con José Manuel Moreno, catedrático de ecología

    Hay-energias-renovables-suficientes-para-cubrir-todas-nuestras-necesidades_image_380Numerosos científicos participan durante estas dos semanas en la cumbre del clima COP21 de París. José Manuel Moreno, catedrático de ecología en la Universidad de Castilla-La Mancha, explica por qué un aumento de 1,5 ºC ya es prácticamente inevitable. El investigador ha sido además vicepresidente del II grupo del Panel Intergubernamental del Cambio Climático hasta octubre de este año.

    “Se espera que se llegue a un acuerdo vinculante en el que estén todos los principales países emisores de gases de efecto invernadero. En principio, lo que han dicho estos países es que debe ser suficiente para garantizar que la Tierra no se caliente más de 2 ºC”. Estas son las bases de la negociación que está sobre la mesa en la Conferencia de las Partes (COP21), que comienza su segunda semana, como apunta Jose Manuel Moreno.

    ¿Qué pasaría si este acuerdo vinculante que se espera alcanzar el viernes o el sábado de esta semana no lo suscriben los principales emisores de CO2?

    Hay varias circunstancias. La meta es clara: que no se lleguen a producir emisiones suficientes como para que, con un cierto nivel de probabilidad, la Tierra no se caliente por encima de los 2 ºC. Por lo tanto, un acuerdo insuficiente no garantizaría esa meta. A día de hoy, los países se han comprometido a una serie de reducciones voluntarias para conseguir este objetivo.

    ¿Esas reducciones son ambiciosas?

    Por lo que sabemos hoy, la reducción de emisiones a la que los países se están comprometiendo no es suficiente, pero es un primer paso. El acuerdo debe contemplar mecanismos de revisión, de forma que, en el caso de que en un momento determinado no estemos adentrándonos por la senda de reducciones adecuada, puedan hacerse sobre la marcha modificaciones más ambiciosas para conseguir ese objetivo.

    ¿Que sea vinculante implica sanciones?

    Si el acuerdo es voluntario, el margen de incertidumbre en cuanto a su cumplimiento será demasiado amplio y, por tanto, teniendo en cuenta que estamos en una senda de calentamiento, nos puede llevar por encima de los 4 ºC o incluso 5 ºC con respecto a la época preindustrial. La no clarificación de los objetivos y compromisos, así como de los mecanismos de verificación y cumplimiento, haría que el acuerdo no fuese todo lo efectivo que se busca.

    ¿Cuál es el problema que plantean los países en desarrollo, como India o China?

    Este acuerdo lo tienen que firmar todos, aunque las metas puedan ser distintas según las responsabilidades históricas que hayan tenido los distintos Estados. De hecho, los compromisos de estos dos países son muy diferentes, precisamente por su distinto nivel de desarrollo y responsabilidad por lo emitido hasta ahora. Lo que sí tiene que quedar claro es que la cantidad de emisiones debe tener un techo previamente establecido. Porque el calentamiento del planeta es independiente de quién emite, solo importa el total emitido.

    ¿Qué techo de emisiones no se puede sobrepasar?

    Se ha calculado que las emisiones de CO2 acumuladas hacia el futuro no deben sobrepasar del orden de las 1.000 gigatoneladas de CO2 equivalentes. Eso supone que hay que reducir de forma drástica desde ahora mismo. ¿Cómo se llega a esa cifra ‘mágica’ de techo máximo de emisiones? Los países tendrán que ponerse de acuerdo en cual es el máximo que cada uno termina emitiendo. Si no están establecidas claramente estas cifras, no se van a conseguir los objetivos. Es un asunto de contabilidad.

    ¿Cree que la sociedad es consciente de la gravedad del calentamiento global?

    Todavía un número muy importante de personas, a tenor de lo que dicen las encuestas, dudan de la existencia del cambio climático y de que sea el ser humano quien lo cause. Los últimos movimientos por parte de diversos actores tienen su influencia en la opinión pública y esperemos que esta se haga más receptiva. Los gobiernos no se ven apremiados a actuar contra el cambio climático si la opinión pública no está convencida. Son importantes las tareas de información y de formación a todos los niveles para entender que no estamos ante un tema trivial.

    ¿Cómo hay que transmitir el mensaje?

    El problema que tiene el cambio climático es que las decisiones de hoy no afectan directamente al mañana, el mañana ya está predeterminado por lo que hemos emitido. Es un sistema con una enorme inercia, las próximas dos o tres décadas ya están decididas. Es muy difícil hacer ver a la gente que sus decisiones de hoy van a tener recompensa dentro de quince o treinta años, pero no actuar es mucho peor, y esos frutos ya los estamos cosechando desde hace tiempo.

    ¿Qué les diría a los escépticos del cambio climático?

    Que sus argumentos carecen de la mínima base de fundamento científico. Nadie del ámbito investigador lo cuestiona. El consenso científico es total.

    ¿Cuáles son los retos en adaptación?

    Puede que a finales de este año se alcance ya 1 ºC, lo cual no quiere decir que eso sea permanente, porque fluctúa, pero no deja de ser una marca que se pueda llegar a alcanzar por primera vez este año. Hay gases en la atmósfera ya emitidos que van a seguir produciendo calentamiento, de manera que prácticamente parece fuera de nuestro alcance evitar el incremento de 1,5 ºC. Todas las planificaciones deberían basarse, no ya en el pasado, sino en ese futuro, en el que el calentamiento será casi el doble de lo que ya nos hemos calentado. Habrá que realizar las medidas oportunas de adaptación, consecuentes con el calentamiento que se prevé de aquí a mediados de siglo.

    ¿Qué costes implicaría?

    Los análisis económicos dicen que la adaptación es totalmente factible con un coste pequeño y, sobre todo, menor que los costes que conllevaría no hacerlo.

    ¿Se podrá seguir con el ritmo de desarrollo actual?

    Sin modificar el modelo de progreso actual, no es posible detener el calentamiento. La Tierra es finita y no podemos seguir utilizándola como si tuviera infinitas opciones. Más tarde o más temprano va a haber que hacerlo. Los informes del IPCC dicen que cuanto antes se haga, será menos costoso.

    ¿Cómo se consigue un sistema industrial competitivo y sostenible?

    Hay energías renovables suficientes para cubrir todas nuestras necesidades, lo que se necesita es desarrollarlas de forma que sean compatibles con los precios que estamos acostumbrados a pagar por la energía.

    Por último, ¿es optimista frente a las metas que debe alcanzar el acuerdo?

    Se va a llegar a un acuerdo, no tengo la menor duda. Los países han venido con los deberes hechos. Que sea suficiente y garantista es lo que está en el aire, y por eso es importante establecer mecanismos que vayan compatibilizando los acuerdos con las necesidades reales de disminución de emisiones. Si no es así, aunque el acuerdo lo firme todo el mundo, no será el que se necesita para conseguir la meta establecida y acordada por todos los Gobiernos.

    FUENTE SINC