Categoría: Entrevistas

  • ¿360 GRADOS en moto desde el norte del norte?

    ¿360 GRADOS en moto desde el norte del norte?

    Entrevistamos a Alicia Sornosa, periodista del motor y moto viajera que presenta su libro “360 grados”, una mujer, una moto y el mundo por delante. Es el apasionante relato de Sofía, una aventurera decidida que con su moto acompañó a Pedro, su amor, hasta que éste se desvaneció y la cruda realidad se interpuso en el camino. Un paralelismo entre los personajes y su vuelta al mundo en moto que nos acerca más a su “trayecto vital marcado por el reto de afrontar un viaje de esta magnitud” tal y como comenta ella en esta novela.

    Aunque pocos son ya los que no te conocen, haznos un resumen de tu CV motero Alicia.

    Me considero moto viajera, en realidad. Desde los 14 años he viajado sobre ruedas. Primero por la zona de la Sierra de Ayllón, ya que veraneaba en Riaza, con un Vespino que me dio la oportunidad de explorar desde muy joven. Ya en 2010 realizo mi primer viaje largo en moto, con una Harley Davidson 883, desde Madrid hasta Andorra y vuelta. Desde 2011 hasta 2013 viajé por los cinco continentes, consiguiendo ser la primera hispana en hacerlo. En Septiembre de 2013 regresé a América del Sur, conocí Bolivia y el norte de Argentina y Chile más a fondo, en un viaje de más de 20.000 km. Durante cuatro meses de 2014 viajé desde Madrid hasta Tokio, a través de la Transiberiana, Kazajistán y Mongolia y su gran desierto del Gobi. Arribé a Hokkaido desde la isla rusa de Sakhalim. Regresé desde Tokio cuatro meses mas tarde. En 2015 cambié de moto, de una BMW F650GS a mi nueva Ducati Scrambler. Desde entonces he recorrido India y Nepal, el este de Europa, Marruecos, México y su Baja California, de donde acabo de regresar.

    ¿Quién ha sido un referente en este mundo de las dos ruedas para ti?

    Muchas personas, la mayoría anónimas. Antes de saber que iba a dar la vuelta al mundo en moto, seguía a Fabián C.Barrio de “Salí a dar una Vuelta” Gustavo Cuervo, que nunca me perdí una charla suya, como no, las aventuras de Ewan McGregor y Charly Boorman…y como te digo personas menos conocidas, como Marcel Barrilero y algunos pilotos como Laya Sanz.

    ¿Por qué un velero antes que una moto?

    Yo tenía la idea de dar la vuelta al mundo en velero desde los veinte años. Trabajaba todos los veranos en un puerto de Lanzarote, charteando grupos de guiris de una isla a otra en un catamarán. Trabajaba como cocinera, pero eso me permitió aprender a navegar. El barco es lo más para enfrentarte a uno mismo y a la naturaleza. Ver el mundo desde el agua…la idea me sigue fascinando. Después viene lo práctico: lo que tienes años después es una moto…¡con la que viajar!

    ¿Te consideras más periodistas o más motera?

    Me considero periodista, es mi profesión. Viajar en moto es mi pasión, mi sueño. Lo bueno es que son cosas perfectamente compatibles y que se complementan.

    El día más feliz “sobre dos ruedas que recuerdas?

    Cada vez que he sacado mi moto de un embalaje y la he montado para seguir rodando por algún lugar aún sin explorar. Esa sensación es como si te hicieran el mayor regalo del mundo…algo nuevo, misterioso.

    ¿Y el más triste?

    El momento en el que sabes que ese viaje ya ha terminado. Siempre lloro.

    Estas envuelta ahora en la promoción de tu libro 360 GRADOS: Una mujer, una moto y el mundo y la verdad, al leerlo a veces uno llega a preguntarse ¿Por qué Sofía, el personaje de la novela, aguanto tanto?

    Es una historia épica en la que los personajes van al límite. Ella no se atreve, duda en seguir o no, tiene miedo. Creo que es una actitud plenamente humana y que a todos nos pasa en muchos momentos de nuestras vidas; el miedo al cambio, a lo desconocido, el preferir “lo malo conocido que lo bueno por conocer”. Lo bueno es que al final lo supera como puede, y le va bien.

    ¿Qué fue lo que más te costó escribir y por qué?

    ¡Toda la novela! Ha sido un proceso de años. Primero escribí un libro de viaje, pero me di cuenta que hay muchos y muy buenos, así que me puse un reto aún mayor: escribir una novela. Y he conseguido hacerlo, en parte gracias al método “La Habitación Sellada”, de Clara Peñalver, una gran novelista, buena amiga y motorista también. Me entendió y me ayudó en el proceso creativo. Ha sido el trabajo que más me ha costado hacer en lo que llevo de vida.

    ¿Qué recuerdas y cuentas con más cariño en esta novela?

    Yo recuerdo de mi viaje millones de cosas maravillosas, los colores de las puestas del sol de cada país, el sonido de las ciudades, del bosque, los mejores cielos llenos de estrellas, la vida nómada… Del tiempo durante el que he estado escribiendo esta novela, lo que recuerdo con más cariño son los kilómetros entre Madrid y Granada que hice para visitar a Clara, el apoyo de los míos y las largas noches tecleando frente a la ventana de mi escritorio.

    Este libro es quizás, a parte de un viaje, un libro sobre tu verdad no contada?

    ¡Yo todo lo que he contado sobre mi viaje es verdad! No hay ninguna verdad oculta. La novela está basada en mi experiencia en ese viaje, inspirada en el recorrido que hice. Pero también está inspirada en muchas historias de personas que me he encontrado en el camino, en este u otros viajes.

    ¿Una terapia quizás?

    Escribir siempre es una buena terapia. Siempre lo he hecho, para agradecer o curar cosas. Para tener memoria o para olvidar. Para eso se escriben historias.

    Sofía, el personaje de la novela es valiente, ¿Y “Pedro”?

    Pedro es un personaje muy controvertido, seguro de si mismo y el prototipo de lo peor del género masculino.

    ¿Eres consciente de que todos somos conocedores de quienes eran Sofía y Pedro en la vida real?, ¿No te incomoda el que te puedan rebatir la historia?

    Sofía y Pedro no existen. Son dos personajes de una novela, eso no lo puede rebatir nadie, ¡los he creado yo!. Claro que ha paralelismos entre los personajes de 360 Grados y mi vida real. Pero una vez dicho esto, cada personaje tiene su propia personalidad, me ha pedido ser así o asá, llega un momento que tienen vida propia y ahí yo no cuento, eso es la magia de la literatura.

    ¿Desnudarte “literariamente” hablando ante tantos lectores no te da miedo?

    Cada vez que publico un artículo sobre mis viajes, un post en mi página web, contesto a una entrevista…todo eso da miedo. Ya había publicado relatos en algunos libros de viajes (Mujeres Viajeras, Casiopea y el Mundo en la Maleta, VAP) y da vértigo ver tus palabras en papel, pero una novela da mucho más vértigo, miedo…te expones a que todo el que la lea opine sobre tu trabajo, eso es desnudarse, y va estar ahí durante lo que aguante ese papel.

    Narras cosas muy íntimas entre Sofía y Pedro, ¿fue tan descuido Pedro en todo?

    Cuando, tal y como narras en 360 GRADOS, la envidia y ese afán de protagonismo que describes por parte de Pedro, se impone por encima ya no solo del amor, sino del compañerismo que ha de existir en un equipo, ¿Por qué no dejarlo ahí?

    Si Sofía hubiera dejado a Pedro al principio de la novela, no habría novela. He necesitado un conflicto y una serie de hechos para crear esta historia. Así es la literatura. Y como en la vida real durante un viaje, suceden muchas cosas.

    ¿Qué consejo le darías a los Pedro”s”?

    Que dejaran en paz a las Sofías de sus vidas, que fuesen más valientes y no se hicieran pequeños por estar al lado de mujeres fuertes.

    ¿Y qué consejo a las Sofia”s”?

    Que se armen de valor y se despeguen, que crean en ellas mismas y aumenten su amor propio.

    ¿Cuándo terminaste de escribir 360 GRADOS, qué sentiste?

    Me sentí más ligera, como cada vez que entrego un trabajo de peso. Me sentí orgullosa el día que mi editor, Antonio de Bandaaparte, me dio el OK, me sentí muy, muy pequeñita el día que llegaron los libros a casa y hasta ahora lo que siento es vértigo.

    ¿Por qué leer tu novela?

    Porque no es un libro de viaje, pero viajas por el mundo, porque la prota va en moto, pero también en tren…en avión. Porque es un sueño dar la vuelta al mundo, aunque sea desde el sofá. Porque muestra que el valor, la amistad, el amor y la comprensión son fundamentales para las relaciones humanas. Y a los que viajamos nos encanta recordar ese lugar a través de los ojos de otros.

    Ha sido un placer para El Digital de Asturias- Territorio Rider, haber tenido la oportunidad de entrevistarte y de que nos hayas abierto el “alma de Sofía”.

    Elsi Rider

     

  • A la India en moto desde Asturias

    A la India en moto desde Asturias

    Desde Asturias, con Lusi, la BMW F700GS, 18.000 kilómetros de ilusiones, buenos y malos momentos por delante, atravesando países tan “opacos” como Irán, para llegar a la India cumpliendo un sueño, uno de los muchos pendientes de realizar

    Cuando un buen día reaccionas tras una situación vital como la de despertarte en la UCI de un hospital, totalmente monitorizada y rodeada de cables que terminan en tu cuerpo, te hace replantearte la vida. Tras una terrible negligencia médica que me llevó a ver el famoso túnel de la muerte y despertarme de un coma, pase tres años sumida en un mar de preguntas, hasta que un buen día decidí que si la vida me había dado una segunda oportunidad era para aprovecharla y hacer aquellas cosas que tenía pendientes, todos aquellos viajes a lugares lejanos que quería hacer, aquellos sueños que por unas cosas u otras siempre se quedaban guardados en el cajón de los deseos, y uno de ellos era este, “ir a la India en moto” desde Asturias.

    El 22 de septiembre y a lomos de mi moto, llamada LUSI en honor a mis dos perras labradoras, Luka y Sira, emprendí en solitario esta aventura atravesando Europa, Turquía, Irán e India.

    Europa, era conocida para mí, llevo muchos años viajando en moto y opte por coger un ferri en Barcelona para tener más tiempo y visitar Turquía, así como Irán, país por el que sentía una especial curiosidad, siendo la primera mujer española en recorrer el país iraní en solitario y en moto y la segunda conocida en todo el mundo.

    He de decir, que este viaje, es un viaje al alcance de cualquiera que esté acostumbrado a viajar con su moto por Europa, tan solo hace falta organizarse y un poco de planificación para el tema de papeleos, tiempo y dinero obviamente.

    Mi destino fue la India y recorrer el Rajasthan en moto, pero sin duda alguna, mi viaje, el verdadero viaje fue Irán, un país con fama de “opaco” en el que tuve la oportunidad de descubrir de primera mano la amabilidad de sus gentes, la belleza de sus paisajes y la gran cantidad de Patrimonio de la Humanidad declarados por la UNESCO, ¡Bueno si, y la gasolina a 0,45 céntimos y a 0,37 cuando me acerqué al Golfo Pérsico!

    TURQUÍA

    Siendo un país turístico como lo ha sido, es una pena ver el estado policial y militar en el que se encuentra aterrados por los ataques terroristas, cada poco un control policial con barricadas, y hasta en el Gran Bazar de Estambul eres cacheado antes de acceder. Lugares donde antes llegabas con tu moto para hacerte la típica foto delante de La Mezquita Azul o la de Santa Sofía por ejemplo, ahora están blindados.

    Mi llegada a Estambul fue en plena hora punta, ante un impresionante atasco y la “forma turca de conducir”, metida en mitad del centro terminé en un hotel en el que me alojé durante dos días para visitar la ciudad, que no defraudó, aunque “al que madruga Dios le ayuda” y el día de mi partida, la ciudad me regaló a las cinco de la mañana las vistas más maravillosas de esta ciudad con todas sus mezquitas iluminadas de colores, así como el puente del Bósforo que no pude apreciar a mi llegada porque bastante tenía

    con que aquel tráfico loco no me tirará al suelo. Me despedía de esta bella ciudad y ponía rumbo a Pamukkale, uno de los lugares más turísticos del país junto a la Capadoccia que también visitaré.

    Pamukkale

    Castillo de algodón en Turco, es una zona natural famosa por sus piscinas colgantes con aguas termales ricas en minerales, donde te puedes dar un baño a 37 grados y después visitar las ruinas de Hierápolis, antigua ciudad helenística, hoy en ruinas y declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

    Cuando llegas allí con tu moto, por sinuosas carreteras, o como fue mi caso por pistas, el paisaje te recompensa e invita a quedarte para disfrutar de todo aquello que la naturaleza ha creado para nuestro disfrute. Terminé pasando dos días allí y entablando tertulias por la noche con los dueños del hotel.

    Capadocia

    Después de un día disfrutando por pistas y carreteras olvidadas de Turquía, llegué a Capadocia; una espectacular zona de este país donde todavía en la actualidad hay casas excavadas dentro de las pequeñas montañas que conformar todo aquel conjunto. ¡Tener la oportunidad de llegar a sitios tan diferentes y en moto, es toda una gozada!.

    Con una agradable temperatura y a lomos de mi Lusi, visité museos, ciudades subterráneas, castillos, pueblos peculiares de la región y subí en globo para ver mi segundo amanecer más bonito de mi vida.

    Fue aquí, donde conocí a un matrimonio de artistas, él turco y ella francesa, asentados en la región para regentar un hotel y con ellos hable de la situación del país, del fallido golpe de Estado que hizo peligrar mi viaje y del descenso del número de turistas por miedo a los ataques terroristas.

    La Turquía interior

    Tuve la sensación de que hay dos Turquías, una la turística y otra la más agreste y menos europeizada y aquí fue donde empecé a notar “el cambio”, llegando a lugares donde no se ven turistas y no te aceptan el euro, lugares donde las mujeres ya van todas con el velo y te sientes muy observada ya no solo por forastera, sino por ser mujer y viajar sola en moto.

    El GPS no funciona bien, a medida que me voy acercando a Irán suele ser algo normal, terminó en mitad de un monte y la noche me sorprende, no se ve nada y no me atrevo a poner la tienda de campaña porque la oscuridad me impide encontrar un buen sitio, así que continúo y acabo en un pedregal, ¡Vi luces al fondo!, así que pensé ¡ Donde hay luz hay vida y me lancé por aquella pendiente con el ánimo de no terminar en el suelo y encontrar un sitio donde descansar que la etapa había sido dura. Llegué a un pueblo “de cuyo nombre no puedo acordarme”, y allí había una hotelucho, llamado “GRAN HOTEL”, era un lugar donde no acostumbraban a tener turistas y todos me miraban extrañados, salí a cenar y las miradas me perseguían, por alguna razón no me sentía segura allí y mi moto dormía en la calle con la incertidumbre de si al día siguiente estaría allí y como me la encontraría; al final no paso nada y pude continuar ruta hacia mi destino, FRONTERA CON IRAN por Esendere.

    EN LA FRONTERA Y SIN MARIDO LLEGO A IRÁN

    El paso fronterizo por Esendere estaba en obras, había llegado por caminos y pistas, me encontraba ahora con una serpenteada carretera donde los camiones hacían rectas las curvas, incluso uno de ellos me tiró a la cuneta. Antes de entrar en la frontera más y más controles policiales y un montón de obras con mucho polvo, piedras y barro; los coches esperan la recogida de pasaportes que hacen aquí los militares y cuando llegan a mi altura, les doy el mío, sorprendidos de que viajase sola en moto y sobre todo de que fuese a Irán, preguntándome insistentemente si estaba segura de lo que iba a hacer.

    Llego a la frontera pocos minutos antes del cierre, la parte turca asfaltada pero no así la iraní, donde me recibe un militar metralleta en mano que me indica donde dejar la moto y me pregunta por el resto de gente y por “mi marido”, pregunta que todo el mundo me hizo a lo largo de mi viaje por el país, extrañados de que condujese una moto siendo mujer y sola, “sin marido”, dudando muchas veces sobre si él me dejaba, a lo que respondía “que en Europa no era raro”. En Irán las mujeres tiene muy limitada la conducción de motos y de bicicletas, pudiendo hacerlo si están federadas pero nunca rodeadas de hombres porque se considera entonces que es una “falta a las normas establecidas”.

    Extrañados de mi presencia, enseguida me encuentro rodeada de hombres, que allí no había ni una sola mujer, y accedo a un edificio deteriorado y viejo sentándome en una sala interior y ya con el velo puesto, un funcionario vino y me pidió el pasaporte “¿y tu marido?, otro vino y se llevo el carnet de passage “¿Y tu marido?, y así una y otra vez me fueron preguntando casi todos los que se acercaban a mi por “MI MARIDO”. Después de una hora estaba en otra pequeña garita con un militar que me pregunto por los motivos de la visita a su país y finalmente esbozando una sonrisa me dijo WELCOME TO IRAN, una frase que esta INSTITUCIONALIZADA en todo el país persa y con el que su gente te recibe con los brazos abiertos y te “miman” como turista.

    Mi primer contacto con el pueblo iraní fue en Urmia, donde ni mi teléfono ni mi GPS funcionaban y me ayudaron unos señores a los que encontré en mitad de la ciudad, que no solo lo hicieron, sino que toda la familia vino a hacerse fotos conmigo y me ofrecieron zumo y aquí es la única vez que me quité el velo, ante la insistencia de ellos por hacerme sentir cómoda, que fue la tónica general en mi recorrido por el país, gente amable, que te intenta ayudar en todo y con una enorme facilidad para comunicarse con el extranjero.

    Un país lleno de patrimonio con ciudades espectaculares como Abyaned, Isfahan, Shiraz, Yazd y un largo etcétera, a veces en mitad del desierto, otras entre montañas como cuando bajé al Golfo Pérsico y siempre rodeada de buenos paisajes .

    Las motos de alta cilindrada están limitadas, por lo que cada vez que me veían me paraban para hacerse fotos con Lusi y cuando se daban cuenta de que era una mujer entonces, la expectación era todavía mayor.

    Irán es un país de grandes posibilidades para la moto, puedes viajar por carreteras convencionales, autovías, o por pistas, muchas pistas para el disfrute del off road. Hay gasolineras en todos los sitios y su precio es lo mejor 0,45 céntimos y 0,37 en la zona del Golfo Pérsico.

    Una de mis mejores experiencias, aunquec cada día tenía una, fue la noche que dormí en el desierto de Yazd, pero no lo hice en tienda de campaña, sino en una casa iraní, donde tuve el placer de conocer más de cerca las cosas de este país persa compartiendo mesa y tertulia. Rodar por los túneles que les protegen del sol en esta ciudad oasis del desierto con tu moto, es un placer, un privilegio, un lujo; estas ciudades del desierto adoptan soluciones muy ingeniosas para protegerse del sol.

    Otra de las cosas que me encontré fue el MUHARRAM, que viene a ser nuestra Semana Santa española, con sus procesiones y sus cofradías y cofrades. Algo que había visto muchas veces por la televisión, lo tenía delante de mí. La gente del país me decía que era una pena que hubiese coincidido mi viaje con esta festividad porque era un mes tres, pero para mí fue un regalo cultural, estar presenciando algo tan íntimo para ellos, en una pías aparentemente tan opaco y ver como se sentían agradecidos de ver que en un occidental, en este caso yo, me interesase por su cultura y tradiciones.

    Ha llegado el momento de dar el salto a la India y hago un último intento en Irán para conseguir un visado y poder atravesar Pakistán, pero tampoco lo consigo, así que busco un parking en Teherán donde dejo la moto ya que pasarla en avión era muy caro y no tenía presupuesto suficiente para hacer frente a esto, con lo cual, mi intención era coger un vuelo hasta New Delhi.

    INDIA Y ALQUILER DE MOTOS

    Aterrizo a las 04.00 de la mañana y un taxi me deja en el centro de New Delhi donde estaba el hotel. He quedado con Berto, que llevaba tiempo intentando ir a India para un tour fotográfico y siempre se había disuelto el grupo y anulado el viaje, así que había decidido venir conmigo a recorrer el Rajasthan.

    Nos quedamos dos días en Delhi para tomar contacto con el país y buscar unas motos para alquilar; mientras tanto tuc tuc arriba, tuc tuc abajo, fuimos visitando la capital, desde la famosa Puerta de la India, hasta los innumerables templos que hay repartidos por toda la ciudad.

    Mi ruta era visitando los puntos más importantes de esta región, Jhunjuhnu, Mandawa, Bikaner, Udaiur o Jodpur entre otros muchos.

    India es un país saturado de basura encima de la cual tuvimos que conducir muchas veces y la contaminación a veces no te deja ver a mas de dos kilómetros.

    He de decir, que este era mi destino, pero no encontré aquello que esperaba; obviamente esta es una opinión muy personal y solo sobre una región de la India, que además es muy turística; es mi vivencia personal que no tiene porque coincidir con el resto; tuvimos la sensación de que nos veían como “un euro con patas”, comprensible, no digo que no, pero que al final te satura el hecho de tener que estar todos los días negociando y sin un momento de tranquilidad porque en cuanto te ven, esperan sacar algo del turista. Recuerdo en Jadpur, que vino un chico con un niño en brazos y enseguida le dijimos que no queríamos nada, que solo queríamos traquilidad, se fue, y pensamos, “nos habremos pasado, a lo mejor solo quería hablar”, y nos quedamos con un mal sabor de boca por nuestra desconfianza, al poco tiempo, apareció para pedirnos dinero a cambio de una foto con su hijo y esto es solo una de las muchas experiencias de este estilo que tuvimos.

    A parte de lo anterior, decir, que las puestas de sol son maravillosas, y que también hay gente amable y que te intenta ayudar, aunque por desgracia no encontramos mucha. Recuerdo el día que pinchamos, se suponía que eran 50 rupias y al final pagamos 200.

    Una ciudad que nos fascinó porque encontramos esa espiritualidad y misticismos que buscábamos fue Pushkar, lugar de peregrinaciones donde por la noche todo se ilumina con velas y los cantos espirituales atrapan a la noche; por la mañana los fieles se bañan y dejan escurrir el agua entre sus manos para realizar de manera metódica su ritual.

    Conducir en India, tampoco es tan difícil, existe un absoluto caos pero todo fluye y las velocidades no son altas, como mucho 80 kilómetros hora de media, con lo cual al ser una conducción “de esquivarse” unos a otros puedes circular sin problemas pero con un buen claxon, que aquí se pita por todo.

    EL REGRESO

    Fue la parte del viaje en la que más sufrí, en Irán empezó a nevar y las temperaturas se desplomaron, pasando de los casi 50 del Golfo Pérsico a los menos 13 en Turquía.

    La peor etapa fue en Dogubeyazit, ya en Turquía, a los pies del Monte sagrado Ararat, donde cuentan que Noe aterrizó con su arca, a más de 5000 metros de altura y con nieves perpetuas. Aunque preveía una bajada de temperaturas por el mes, hablamos ya de finales de noviembre, nadie preveía semejante temporal.

    En Irán, país en el que circulan muchos coches, de repente empecé a darme cuenta de que había muy pocos y más adelante los puestos de venta que había a ambos lados de la carretera eran arrancados de cuajo por un fuerte viento que terminó con mi moto en el suelo. Hice noche en Tabriz en medio de una intensa nevada, y cuando entré en el pueblo fronterizo de Dogubeyazit, pasó de nieve a hielo, era una auténtica pista de patinaje, me caí hasta tres veces seguidas ante las burlas de muchos vecinos y los coches que me pitaban detrás, la frustración, rabia y cansancio eran visibles y en un momento dado me dí al vuelta y les grite “no por mucho pitar voy a levantar la moto del suelo”.

    Curiosamente, apareció un señor con barba, de esos que cuando los vemos nos cambiamos de acera, al que no le pediríamos nada y me ayudó a levantar la moto, me dijo que íbamos a tomar un té, haciendo gestos de “tranquila, tranquila”, yo le decía “no té, hotel”, pero insistió y de repente estábamos delante de un local oscuro, de esos a los que no entraríamos nunca, y solo hombres, yo insistí en que no quería un té, pero ante su insistencia y mi desesperación “de tirados al río”, para allá que nos fuimos y cuando entré todas las miradas se posaron en mi, creo que debía de tener una cara de sufrimiento grande al ver como sus ojos me miraban con pena, enseguida me acercaron a la estufa y me pusieron un té, que por el frió y los nervios se me cayó al suelo, era incapaz de sostener aquel vaso entre mis manos, me lo recogieron del suelo y me trajeron otro, en ese momento me derrumbé a llorar como una niña y los gestos de aquel hombre que me acompañó eran de “deja de llorar o te doy”… Este hombre llamo a otros dos y entre todos conseguimos llevar la moto a un parking de un hotel donde me quedé aquella noche buscando soluciones para salir de aquella pista de patinaje y continuar ruta, porque detrás venía otro temporal. Localicé a un hombre con un pequeño camión de ganado donde con mucho esfuerzo y sin rampa cargamos la moto y la descargamos 5 km después exhausta ya de tanto esfuerzo para que no se nos cayera la moto al suelo.

    Después rodé bajo condiciones extremas de -13 grados, con una sensación térmica mayor encima de la moto, que me hacia parar cada vez que tenía la oportunidad, ya fuera gasolinera o casa particular, donde la gente al ver el estado en el que iba con los dedos azulados me acercaban estufas, me traían té e intentaban ayudarme siempre y es que en los momentos peores el ser humano saca lo mejor de si mismo para con el prójimo.

    Después y con algún percance que otro por el GPS en Grecia, llegue a la península siempre bajo un temporal de lluvia y viento que curiosamente desapareció al llegar a mi casa en Asturias, donde se supone que siempre hace mal tiempo.

    Muchas gente me pregunta, si volvería a hacerlo y mi respuesta es SI, porque los sueños aunque no les demos importancia la tienen, son el motor que nos motiva para realizar cosas y si no soñamos somos peces a los que la corriente arrastra. Viajar es la mejor inversión que podemos hacer y además hacerla para nosotros y si es en moto mejor, porque la vida en moto ¡es más vida!

    Texto y fotos: Elsi Rider

     

  • Encuentro de Grandes Viajeros, ¿Te atreves a soñar?

    Encuentro de Grandes Viajeros, ¿Te atreves a soñar?

    ¿Te atreves a viajar desde Segovia al mundo entero? Esto es lo que nos propone el encuentro de GRANDES VIAJEROS tras 13 ediciones cargadas de sueños, emociones y sentimientos sobre dos ruedas.

    El encuentro se desarrollará en El Espinar (Segovia), los días 19, 20 y 21 de mayo; en esta edición, la número 13, los responsables de la organización del evento 2017 son Gabriela Rodríguez y Sergio Morón, dos apasionados de la moto y de los viajes, grandes viajes, por lo que el éxito una vez más estará garantizado.

    Entrevistamos a estos dos moteros y encargados de todos podamos disfrutar de un encuentro sobre ruedas.

    Un poco de historia sobre GRANDES VIAJEROS, qué es y cómo surgió

    Grandes viajeros comenzó en el año 2004 cuando un grupo de viajeros decidieron conocerse y juntarse para compartir sus experiencias de un viaje similar que habían realizado por USA, la reunión fue tan bien que a partir de allí Jaime y Conchi decidieron que eso no se podía perder y que organizarían un encuentro el próximo año.

    Es así como en el año 2005 surge el I Encuentro de Grandes Viajeros que se celebró en la ciudad de Ávila. En esa primera reunión eran solo un puñado de viajeros, pero decidieron que valía la pena continuar con estos encuentros con el condimento de que cada edición los anfitriones sean distintos y de distintas partes de nuestro país. Hoy nos encontramos en plenos preparativos para la edición número 13 de este encuentro que sigue manteniendo el espíritu de aquella primera reunión de viajeros y amigos.

    ¿Cuántos viajeros han pasado ya por el encuentro?

    Aunque en los primeros encuentros eran mesas redondas, donde todos exponían y compartían sus anécdotas, hoy son ya más de 40 los viajeros que nos han hecho disfrutar de sus historias y ponencias.

    ¿Hubo alguna edición especial por alguna razón?

    Todas son especiales porque son diferentes, cada una con su sello y su personalidad. Si hubiera que destacar alguna visita en particular, podríamos decir que las visitas de Emilio Scotto y Ted Simon fueron hitos en la historia de Grandes Viajeros.

    ¿Qué se encuentra uno en este evento referente a actividades?

    Grandes viajeros arranca el viernes con aquellos participantes que van llegando y que ya reciben el programa y un pack de bienvenida. A partir de allí comienzan los encuentros entre viejos conocidos y gente por conocer acompañados de risas, experiencias y buenos momentos. El sábado, día principal del encuentro, se comienza con dos ponencias por la mañana, al mediodía compartimos una buena comida incluida en el evento y luego por la tarde seguimos disfrutando con las últimas dos ponencias. El domingo, y con el fin de que también los participantes conozcan un poco más la ciudad que alberga el encuentro, suele ofrecerse la posibilidad de hacer visitas guiadas que pueden ser al casco histórico, una bodega o una zona típica del lugar.

    ¿Qué destacáis del encuentro?

    El encuentro, además de despertar el amor y la pasión por los viajes en moto y hacernos soñar, es la excusa perfecta para encontrarnos con viejos amigos de todos los puntos cardinales de España, conocer nuevos viajeros y compartir un fin de semana con personas que disfrutan de conocer y viajar sobre las dos ruedas y sobre todas las cosas, el ambiente distendido de amigos que comparten y se ilusionan con la promesa de volver a reencontrarse pronto.

    ¿Alguna anécdota?

    Citamos de la pagina encuentrograndesviajeros.com una anécdota que nos pareció que merece ser contada ya que todos conocemos a Ted Simon por su libro ‘Los Viajes de Júpiter’ y lejos de ser una persona distante e inaccesible, es un ser cercano y entrañable.

    “De Ted Simon sólo decir que tuvo una paciencia infinita con todos, firmó libros, también en alguna que otra maleta de aluminio, hizo mil esfuerzos por responder siempre en español y aunque a veces todo este ajetreo, y sus 79 años, parecían hacer mella en él, nunca perdió la calma y hasta me parece que se le saltó alguna lágrima al ver la sorpresa que la organización le había preparado, una moto igual a la que llevó en su primera vuelta al mundo.”

    Fecha para este año, lugar exacto y actividades a desarrollar.

    Este año se realizará en El Espinar, Segovia, el día 20 de mayo. La recepción de los viajeros comenzará el viernes 19. El sábado tendrán lugar las ponencias en el auditorio de El Espinar y el domingo habrá visita guiada a la ciudad.

    Cómo inscribirse y dónde dormir y comer

    Toda la información se publica en la página encuentrograndesviajeros.com. Allí encontrarán los detalles de la inscripción, el alojamiento y las sugerencias para comer. Además pueden ponerse en contacto con la organización a través del correo electrónico: 2017@encuentrograndesviajeros.com y estaremos encantados de responder a las dudas y consultas que surjan

    ¿Por qué acudir a Grandes Viajeros?

    Es una oportunidad única para compartir un fin de semana con viajeros experimentados, nuevos viajeros llenos de ansias por conocer y aprender y todos compartimos esta actividad en un clima distendido y de grata amistad.

    En una frase cómo definiríais el encuentro.

    Una cita ineludible para todos aquellos a los que nos gusta viajar, encontrarse con amigos y compartir esa parte de nuestra vida que nos hace tan feliz.

    Muchas gracias Gabriela y Sergio por vuestro tiempo para el Digital de Asturias y nos vemos en breve para seguir soñando con lo que a los amantes de las dos ruedas nos hace felices.

    Elsi Rider