Categoría: Entrevistas

  • “Del Cantábrico a dos mares”; Azerbaiyán, más contraste y regreso

    “Del Cantábrico a dos mares”; Azerbaiyán, más contraste y regreso

    Llegamos a la frontera de Azerbaiyán, donde por mi condición de mujer me gritan y tiran con desprecio mi pasaporte de mala manera, detecto que eso de que una mujer llegue en moto no les ha gustado nada.

    Las carreteras son anchas, pero no puedes pasar de 90 máximo y hay rádares a lo largo y ancho del país cada 10 kilómetros diría yo. A penas unos pocos kilómetros y ya tenemos un coche de policía mandándonos parar, ¿qué hemos hecho si vamos con toda la prudencia del mundo?…gritos por aquí y por allá y nosotros con cara de no entender nada, de repente ME OBLIGAN A SUBIRME AL COCHE DE POLICIA, ¡A MI!, nuestra insistencia en preguntar por qué no da resultados, así que respiro y me lleva a una señal de prohibido adelantar pero en el otro sentido de la marcha, yo le indico que nosotros lo hemos hecho bien, ni tan siquiera hemos adelantado, pero ¿esta claro que quieren su parte!, entre unas cosas y otras conseguimos que al final nos dejen marcharnos ….esto de las mordidas es algo que uno se encuentra por todo el Cáucaso y en los tres países tuvimos que ir bregando con los policías.

    El país está salpicado de villas olímpicas y como país de contrastes y diferencias enormes entre clases, a lo largo de las principales vías a Bakú levantan enormes muros y castillos con edificios nuevos y sin terminar para tapar las humildes casas y carreteras sin asfaltar que hay detrás de esos muros , al menos fue mi impresión, kilómetros de muros sin sentido a lo largo de las carreteras que llevan a la capital.

    NAGORNO –KARABAJ, ESA ZONA TAN PELIGROSA,

    Subimos a un lago y de camino paramos en una cima a más de 1500 metros tras carreteras de paella va y paella viene y curvas y más curvas pero con el asfalto todo roto y lleno de baches, la moto va saltando todo el día y los LADAS típico coche ruso que abunda en esta zona del Cáucaso, te adelantan a toda mecha, ¡eres extranjero y hay que adelantarte aunque les vaya la vida en ello!, en esos adelantamientos se salen de las curvas, vuelven a la carretera , te los encuentras subiendo de frente; todo un deporte de riesgo; el caso es que paramos para una fotos y un ruso “MEDICO DENTISTA “ que así se presenta, nos invita a tomar un té con su familia, hablamos del país y nos cuenta que esta zona es muy visitada por los rusos, que el lago es muy bonito pero que tengamos presente que nos pedirán el pasaporte, y puede que no nos dejan pasar, ESTAMOS CERCA DE NARGORNO KARABJA, territorio “conflictivo” y sin darnos cuenta estamos en esta zona, de una belleza espectacular, mucha vegetación y en la frontera hacia el lago, ningún problema, ni tan siquiera nos piden el pasaporte, nos apuntan nombres y nacionalidad y subimos al lago, donde como ocurre en la zona alquilan una especie de tendejones que más bien parecen campos de refugiados para pasar allí los días.

    Las distancias son pequeñas, atravesamos el país y llegamos a Bakú, la capital, una ciudad impresionante, es majestuosa y por la noche todo un espectáculo de color, eso sí, las zonas principales, el resto aparece en un estado de semi abandono que como siempre confirma esta contraste del Cáucaso entre unas zonas y otras.

    Llegamos de noche, encontramos un lugar para dormir y nos vamos a cenar, y lo hacemos enfrente de las famosaza FLAME TOWERS, de excepcional belleza y que se conocieron a nivel mundial tras los juegos olímpicos europeos celebrados en 2012 en este país.

    Perderse en su ciudad antigua es todo un deleite; murallas de siglos de historia recorren esta ciudad y sus callejuelas son un gran bazar al aire libre lleno de tiendas que venden cosas antiguas y recuerdos del país, y “vino”, país productor y que presume de tenerlo muy bueno, y la verdad que lo probamos varias veces y ESTABA MUY RICO, así como su cerveza también de un sabor suave pero intenso que bien fresca ante los 38 grados sienta muy bien.

    De regreso al hotel decidimos que al día siguiente queremos madrugar para evitar el tráfico loco de esta ciudad, así que en nuestro destartalado hotel pasaríamos la noche, hasta la mañana siguiente donde recogeríamos el arena del mar Caspio para llevarla hasta el Cantábrico, “Del Cantábrico a dos mares”.

    Decidimos salir del país por la zona norte para iniciar el regreso a España, toca pasar fronteras nuevamente, Azaerbaiyán, un caos una vez más.

    Ya en Turquía, nos bañamos en el mar negro de negra arena y cenamos en un famosos restaurante con Unye a nuestros pies, una bonita ciudad costera. Un restaurante con una cena de lujo por 15 euros dos personas, eso si ¡nos falto el vino!, que como sabéis en Turquía, en unos locales si se sirve alcohol y en otros no y esta era de zumos y limonadas que te sirven con pajita como a los niños, curiosas y diferentes formas de vida, esto es lo bonito de viajar.

     

    Ya en casa, el arena del mar Negro y del Caspio se mezclan con el Cantábrico, y en ese momento pensamos en que a veces un viaje, unas motos y una ilusión consiguen unir lugares que los hombres se cansan en dividir.

    Elsi Rider

  • Del Cantábrico a dos mares: Armenia, un país para degustar

    Del Cantábrico a dos mares: Armenia, un país para degustar

    Saliendo de Georgia, la carretera sinuosa, tranquila, y a medida que uno llega a la frontera se empieza a ver el típico mercadeo…¡Ya está cerca!…La parte georgiana, sin problema, y por la razón que sea, llena de puestos de DETERGENTES, así sin más, por aquí y por allí. La parte fronteriza de Armenia lleva más tiempo, hay que firmar unos papeles para poder circular con la moto por el país y al final entre pitos y flautas te pasas una hora de espera, eso llegando a primera hora donde casi no hay colas.

    Unos moteros de Rumania y otros rusos también están esperando para pasar al país. Lo bonito de encontrarte a esta gente viajera es que todos conocemos el buen rollo de los grandes viajes y entre todos nos intentamos ayudar.

    Los primeros kilómetros ya dentro del país, indican que éste es más humilde que Georgia, de gente más sencilla y con menos poder adquisitivo, coches antiguos y destartalados, esos típicos LADAS cargados de sandias hasta en el volante que luego venden en cualquier carretera.

    En Erevan, capital de Armenia, se pone “el campo base”, hay que tener en cuenta que es un país muy pequeño y no hay grandes distancias.

    UN POCO DE HISTORIA SOBRE ARMENIA

    Un pequeño resumen sobre este país, aunque como siempre digo LA WIKIPEDIA, ya lo tiene todo, aún así, se puede decir que aquí están los orígenes del cristianismo, en una época en la que nadie se atrevía a proclamarlo como religión, Armenia fue el primer país en hacerlo.

    Con la moto, con LUSI, mi BMW F 700 GS, surcando valles y montañas mágicas donde aparecen monasterios milenarios, a la sombra del monte Ararat, aquel que me venció con la nevada en mi viaje a la India en moto, se descubre una nueva palabra DIÁSPORA ARMENIA, que hace alusión a todos los armenios que viven fuera del país desde hace generaciones pero que siguen siendo tan armenios como el que más.

    En un país del tamaña de Galicia en España, un país pequeño. Hay muchos templos patrimonio de la humanidad y curiosamente nunca te cobran entrada y están abiertos al culto. ¡REALMENTE ES UNA GOZADA PODER LLEGAR A ELLOS EN MOTO!

    ECHMIADZIN – EL VATICANO ARMENIO

    “El Vaticano armenio”, así es, con la catedral más antigua del planeta, si si DEL PLANETA… un conjunto de edificios en la ciudad más sagrada del país, donde un amable policía se ofrece para hacer la foto delante de la mismísima puerta.

    En esta catedral están enterrados mártires como Hrispsime o Santa Gayane, huidas de Roma para encontrar la más cruel muerte en Armenia, convirtiéndose en la semilla del mensaje de Jesucristo.

    KHOR VIRAP

    Esta era una de las visitas más esperadas cuando preparaba mi viaje, en pleno valle del Ararat, ese que me dejo atrapada con la nevada. Un paisaje bonito, de color singular, y antes de llegar un enorme cementero al lado derecho de la carretera. La foto que busco no puedo hacerla, hay demasiada luz y no me permite ver con claridad las nieves perpetuas del Monte Ararat, ese monte sagrado donde aterrizó el Arca de Noe.

    En este templo hay una historia cruel y que lo ha convertido en centro de peregrinaje para rendir honor a San Gregorio “El iluminador” que estuvo preso durante 13 años en una celda, un pozo que por cierto visité y era difícil hacerse a la idea de permanecer tanto tiempo en ella; de hecho el nombre de Khor Virap se debe a este pozo en el que estuvo en cautiverio “POZO HONDO”; pues bien, San Gregorio estuvo allí por divulgar el cristianismo. Cuentan las leyendas que se mezclan con la historia que el rey Tirítides III mandó matar a 36 monjas venidas de Capadocia y que escapaban del las garras de Diocleciano cuando este territorio de Capadocia pertenecía al Imperio Romano, y entre ella Santa Gayene y Santa Hripsimeh, después de esto, el rey enloqueció y no fue hasta 13 años después que acudió a San Gregorio para curarle, lo cual hizo y como agradecimiento no solo se convirtió este rey al cristianismo sino que le nombró Obispo de Cesarea de Capadocia.

    Durante la visita, algo bonito e inolvidable sucedió; la llamada a la oración desde Turquía (estamos en la misma frontera), sentada allí, en una roca observando aquella espectacular vista ante mis ojos. “Las fronteras que ponen los hombres, que absurdas son piensas cuando ves toda esa valla que separa territorios).

    MONASTERIO DE NORAVANK

    Era otra de las rutas preparadas, ya no solo por el monasterio sino por el paisaje, salpicado de puestos de SANDIAS, si sandias por todos los lados, y además paramos a ver el mapa, ese que nunca falla, delante de uno que nos invita a sandia, no nos quiere cobrar nada ¡ ESTA RICA Y A 40 GRADOS REFRESACA MUCHO!.

    Al subir a este templo, se circula paralelo a un desfiladero del río Arpa, en un acantilado entre asombrosas rocas rojas, que espera ser declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO desde 1996.

    Cae la noche, toca circular por Armenia de noche y con prudencia, como ha de hacerse siempre en los grandes viajes, sin arriesgar, aunque tengamos ganas a veces de correr más. La prudencia te permite seguir disfrutando del viaje, ese que termina cuando llegas a tu casa.

    Ahora toca la SUIZA ARMENIA, la carreteras están en bastante mal estado y en esta zona parece que empeoran, la temperatura a menos de 100 kilómetros de Erevan, capital de Armenia, una ciudad europeizada 100%, con todas las marcas famosas que conocemos y un ritmo de vida trepidante por las noches, como en todas las ciudades de esta zona del Cáucaso, donde por la noche cobran vida y aparecen coches de alta gama,

    eso sí, todos de importación y modelos antiguos que aceleran y llevan la música tan alta que parece que el coche va a saltar por los aires al ritmo del BOM BOM BOM de los altavoces; pues eso, que a menos de 100 kilómetros de la capital, los puestos de venta de las carreteras ahora ya se llenan de flotadores, bañadores y demás accesorios playeros, ¡ NOS ACERCAMOS AL GRAN LAGO DE SEVAN!, donde la temperatura pasa de 38 grados a 25 de media. Los Campins aquí son peculiares, algo así como “campamentos de refugiados”, en el sentido de la imagen que transmiten al pasar al lado; la gente monta sus tendejones, tiendas, toldos, y allí hacen vida, con una cama tirada por aquí y un viejo sofá puesto por allí. Los camiones, si camiones y coches llegan hasta la misma zona de baño y entre ellos la gente se tumba a tomar el sol.

    Por la noches todo oscurece en Armenia, no hay apenas alumbrado público y los coches conducen con las largas siempre puestas.

    A la mañana siguiente, de repente una vieja moto se acerca por el lado contrario de la carretera, me extraña mucho , puesto que aquí NO HAY MOTOS, no es como en otros países donde las motos son los elementos de transporte de toda una familia, como sucede por ejemplo en el cercano país de Irán, aquí NO HAY, así que observo y veo una coleta bajo el casco y una mano que saluda efusivamente, un giro rápido y se para a mi lado Caterina, una chica alemana que decidió que su primer viaje en moto fuese nada más y nada menos que a MONGOLIA, ahora, llena de anécdotas, entre ellas el miedo que pasó en el Pamir, estaba pensando que no iba a volver a casa y quería seguir viajando, y ya vería si trabajando por aquí o por allí podía seguir conociendo lugares; tras una cena entre anécdotas y risas nos despedimos e intercambiamos datos para volver a vernos en un futuro.

    CEMENTERIO DE NORALUZ

    Cuenta La leyenda que el reflejo del agua del lago Sevan hizo que las más de 800 cruces que hay en el cementerio de Noraluz, espantaran a un tal Tarmelán creyendo que eran escudos de un gran ejército y por eso se hizo famoso el lugar por sus KHACHKARS (cruces de piedra)

    Tras una pista de off road para ir a comer nos dirigimos a este lugar, estamos a25 grados con sol cuando de repente oscurece y en plena ruta empiezan a caer cuatro gotas que pasaron a ser cientos y termino granizando y por debajo de 14 grados; ante las “pelotas de golf” que caían del cielo, paramos en una destartalada tienda donde su dueño nos dejó entrar para resguardarnos de los granizos, y mientras tanto, el hombre se empeñó en que fotografiásemos a unos peces que tenía allí en una especie de bañera casera a modo de “piscifactoría” donde criaba este pescado del lago Sevan para venderlo.

    La trompa de granizo va cesando y continuamos, buscamos el cementerio y las cruces de piedra, y así, sin darnos cuenta metemos las motos hasta el mismo corazón del cementerio, que dicho sea de paso, son diferentes a los nuestros, aquí levantan una especia de lápidas con la fotografía del difunto “serigrafiada” en la piedra; la verdad que la imagen de las motos en mitad del lugar era “peculiar” y saliendo por callejuelas llenas de barro al final damos con las famosas cruces (khachkars), de excepcional belleza y con las ovejas pastando en la zona y una señora que insistentemente nos quería vender calcetines de lana a toda costa.

    Vemos otra iglesia ortodoxa, no es conocida, pero un grupo de jóvenes con sus profesores la visitaban y alrededor de las motos se formó un tumulto, unos querían fotos, otros subirse a ellas, los más atrevidos que les llevásemos de paseo, pero lo mejor fue la conversación con ellos, “querían saber, conocer las razones para visitar el país, preguntaban si conocíamos Nagorno y animaban a visitarlo porque “era bonito y no peligroso” Una bonita conversación que nos llevó a la caída de la noche.

    Al día siguiente y antes de emprender la marcha hacia Azerbaiyán queremos visitar el famoso monasterio de Sevan, que aparte de ser sencillo pero bonito, como todos los monasterios ortodoxos de Armenia, tiene unas vistas de lujo sobre el lago Sevan increíbles.

    Una vez más las motos siguen llamando la atención y la gente se arremolina para fotografiarse con ellas, hasta los coches paran y traen a los hijos en volandas para ponerlos encima de ellas y llevarse la foto de recuerdo, y luego eso sí, la pregunta que todo el mundo hace ¿Cuánto CUESTA Y CUANTO CORRE?.

    Elsi Rider

  • Del Cantábrico a dos mares: “Georgia, contrastes y pueblos inalcanzables”

    Del Cantábrico a dos mares: “Georgia, contrastes y pueblos inalcanzables”

    Una vez que hemos pasado la frontera de Georgia, aparece un paisaje salpicado de vacas sueltas por la carretera que me recuerdan a mi anterior viaje a la India, solo que aquí, no son sagradas y nadie las respeta, por lo que más vale que salgan “por patas”.

    Agustí, el otro viajero continúa su ruta hacia los países del “TAN” y una Georgia entera está por descubrir, con sus grandes contrastes entre la antigua Unión Soviética y su “europeidad”.

    Y nos fuimos a más de 1500 metros en Mestia

    Mestia, región de Svaneti, en plena cordillera del Cáucaso, llegar es más o menos fácil, aunque la carretera tiene muchas irregularidades y de vez en cuando alguna pista que otra. Es una región con lengua e historia propia que vivió completamente aislada hasta hace poco más de de veinte años ya que apenas llegaban turistas.

    Es una región salpicada de torres medievales en las que se venían a refugiar y defender familias cuando tenían enfrentamientos entre ellas o los saqueadores árabes cruzaban puntualmente las montañas para robar a sus habitantes y esto sucede en todas las poblaciones de los SUANS que así se les conoce, pero en Mestia el número de torres supera las treinta entre montañas de más de 4000 y 5000 metros. Svaneti presume de de tener en su territorio los cuatro picos más altos de la cordillera del Cáucaso, siendo el pico Ushba uno de los más ingobernables de los escaladores de medio mundo.

    Allí en esta zona está USHGULI, el pueblo más alto de “Europa” habitado.

    Llegamos a Mestia por sinuosas carreteras esquivando vacas y cerdos que pacen y se tumban a sus anchas, entre un paisaje salpicado de casas georgianas y una mezcla de edificios de la antigua Unión Soviética y carreteras que en cuanto dejan de ser principales se convierten en pistas de off orad.

    Es una carretera estrecha, hemos de ir con cuidado por la conducción a «la georgiana”, que toma las curvas rectas y van como si no hubiese un mañana. Un gran lago aparece bordeando la carretera durante muchos kilómetros y en medio un peculiar bar donde todos los viajeros dejan su firma, y como no podíamos ser menos, allí quedó España en el muro.

    De vez en cuando la deteriorada carretera se transforma en pistas de off road, y la verdad ¡cómo disfrutamos del día!, el paisaje, las pistas, el entorno, todo hacia que fuese especial para todos los sentidos., hasta el punto de olvidarnos de que casi no teníamos gasolina y menos mal que al final Lusi aguanto bien, porque la reserva me dura 75 kilómetros y conseguí estirarla hasta 79 ¡ buff!

    Uplistsikhe o pequeña Capadocia turca

    A catorce kilómetros de Gori; tenemos que deshacer parte de la ruta de montaña que nos había llevado a Mestia, no había otra carretera, así que siguiendo ésta y paralela al río Mtkvaria, llegamos a Uplistisikhe que significa “FORTALEZA DEL SEÑOR”.

    Habitada desde hace ya 4000 años y calculando que tuvo una población de más de 20.000 personas se parece (para los que conocéis Turquía) a Capadocia, pero pequeña. La moldeabilidad de las rocas permitió construir graneros, bodegas, iglesias, así como casas de personas que vinieron de otros lugares a buscar la prosperidad que ofrecía este sitio.

    Era el centro de muchas rutas comerciales con Irán, de hecho en la carretera, aparece “IRAN MIL CIENTO Y PICO KILÓMETROS”, y además una ruta secundaria de la seda.

    Se divisa el pueblo a lo lejos, entre una especie de desierto, un meandro y una zona absolutamente verde ¡todo un contraste!, las motos, en un camino empedrado encuentran sitio para esperarnos a la sombra.

    Es cierto que se parece a Capadocia, aunque desde luego más, mucho más pequeña, pero de gran encanto, con una especie de bodegas enterradas para el vino; Georgia sobre todo en esta zona, es famosa por sus preciados vinos, que dicho sea de paso ESTÁN MUY BUENOS.

    En aquella cima de Uplistskhe, al lado de aquella pequeña iglesia ortodoxa, siento paz, tranquilidad, sosiego, bienestar; estas sensaciones que son difíciles de describir y plasmar en un papel, ¡Hay que estar allí!. El viento sopla fuerte, y la temperatura es de 42 grados que soporto perfectamente (los que me conocéis sabéis que por debajo de 25 grados tengo frío jejejej).

    Una vez realizada la visita, comemos en un bar lleno de fotos y recuerdos de Stalin, donde el dueño nos cuenta toda su historia y nos saca vino de esas bodegas que tiene excavadas en las rocas, bajo el suelo. La comida georgiana es muy saludable, mucha verdura, fruta, y mucho pollo…Todo muy rico.

    Nos aventuramos por unas pistas y Lusi, mi BMW F 700 GS se fue al suelo, toqué demasiado el freno delantero y …¡¡¡¡ CAIDA TONTA!!!, pero no pasó nada, más que la anécdota de preguntarnos si fue la PIBA (cerveza en georgiano) la que tiró a Lusi jejejejej.

    Nos alojamos en una Guest House, muy recomendable que nos acercó más a la vida georgiana; sus dueños afables nos querían ayudar y facilitar todo, nos encontramos tan bien que decidimos quedarnos una noche más; la mujer cocinaba para nosotros cada día algo diferente y todos los huéspedes que llegaban querían fotos con las motos.

    Tbilisi, la capital de Georgia

    Tbilis o Tiflis, significa lugar de aguas termales; cuenta la leyenda que el rey Vakhtangi estaba en el bosque mientras su halcón perseguía a un faisán, éste cayó a un manantial de agua y vieron salir vapor, así que sorprendidos por la abundancia de agua caliente construyeron una ciudad en este sitio. En el casco antiguo de la ciudad se puede ver una estatua ecuestre de este rey.

    Ha sido una ciudad que ha estado en manos de persas, árabes, mongoles, timúridas y rusos, y en medio algún que otro rey georgiano, pero siempre interrumpido por invasiones de los citados anteriormente; supongo que todo esto hace de esta ciudad una extraña pero bonita mezcla de diferentes culturas que se nota a cada paso que das por su casco antiguo, un verdadera joya de callejuelas por las que merece la pena perderse; casas antiguas con preciosas blasonadas de lo que en su día fue la época próspera y que ahora se entremezclan con enormes edificios. Es curioso pasear y ver barrios donde vive gente en un estado de absoluto abandono, pero con coches de alta gama a la puerta, y es que al georgiano le gusta presumir, nos dice Lukas, un chico de 21 años que había estado trabajando en valencia y hablaba muy bien español.

    Tbilisi es el paraíso de los rusos para sus vacaciones, es muy barata para ellos, y les encanta ostentar de su poder económico, ante el saber de los georgianos sobre la necesidad de divisas que son traídas por éstos.

    Paseando por su casco antiguo se ven como citaba antes muchos edificios destruidos por la salida poco pacifica de Georgia de Rusia y en la década de los 90 sufrieron mucho; ahora desde la “Revolución rosa de noviembre de 2003” todo ha cambiado y se nota la prosperidad de la ciudad, donde un turismo rejuvenecido da paso a noches de fiesta que bien pudieran simular a Ibiza.

    Pateamos toda la ciudad, y cuando digo toda es toda, cogimos los medios de transporte urbanos, bus, metro y taxi para comprobar lo que nos temíamos, que había otra Tbilisi, la de la gente trabajadora que acude al casco urbano para su jornada laboral; edificios de la era soviética viejos y calles con infraestructuras nefastas que contrastan con la modernidad del centro.

    Los georgianos son PRO EUROPA, y cualquiera diría muchas veces paseando entre sus callejuelas arregladas del centro que estamos en una ciudad europea con terrazas perfectamente arregladas, las calles limpias, muchas flores…La verdad que enamora, esta ciudad guarda una parte de esa nostalgia de la antigua era con muchos locales alternativos, tiendas pequeñas de todo tipo y es una extraña mezcla que funciona, con sus termas en medio de la ciudad, esas tiendas donde cuelgan una especie de chorizos que resultan ser un exquisito manjar hecho de frutos secos y especias, zumos naturales por las calles y música, mucha música por la noche y sobre todo JAZZ.

    Subimos al teleférico para admirar la ciudad desde arriba y sus famosos tubos y puente de cristal, paseamos por la hermosa catedral ortodoxa de la Santísima Trinidad, una maravilla…una joya dorada puesta en medio de esta gran urbe.

    Ya el último día y antes de coger las motos para emprender ruta hacia Armenia, decidimos subir al famoso parque de atracciones en el funicular, donde cenamos con la ciudad a nuestros pies mientras caía la noche y delante teníamos una de esas vistas que quizás la cámara no capte pero que no se olvidan de lo bonitas que son.

    En definitiva, nos da pena irnos, creo que le hemos cogido el gusto a esta ciudad nada caótica, por cierto, sino fácilmente transitable, con muchos turistas de Arabia Saudita, que visitan las iglesias ortodoxas sin mayor problema, y con gente autóctona sencilla y agradable que para nada se acerca a la imagen de secos y mafiosos.

    Mañana, toca Armenia y su paso fronterizo, cuna del cristianismo, siendo el primer país del mundo en declararla oficial, donde atravesaremos paisajes de belleza extrema y conoceremos a sus gentes, humildes y sencillas, más bien lejos de la ostentosidad georgiana.

    Elsi Rider