Categoría: Entrevistas

  • El «jet lag»: Entrevista con la profesora Kneginja Richter

    El «jet lag»: Entrevista con la profesora Kneginja Richter

    (dpa) – Al viajar cruzando distintos husos horarios aparece un molesto efecto secundario conocido como «jet lag» o desfase horario, en español. Uno se siente cansado, decaído, desconcentrado, con síntomas similares a la resaca.

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    Cansancio, aplatanamiento, casi como con resaca: así se hace sentir el «jet lag». Foto: Christin Klose/dpa

    «El jet lag se produce cuando el cuerpo no puede encontrar un ritmo natural de sueño-vigilia tras un cambio horario», explica la profesora Kneginja Richter, médica especialista en sueño. ¿Qué puede ayudar? Richter da algunos consejos en esta entrevista desde Alemania.

    Pregunta: ¿Qué es peor en términos de desfase horario: volar lejos hacia el este, por ejemplo a Tailandia o Australia, donde es mucho más tarde que aquí, o volar lejos hacia el oeste, por ejemplo a EE.UU., donde es mucho más temprano?

    Richter: Eso depende en gran medida del cronotipo de la persona. Para las personas que se levantan tarde y son activas por la noche -los llamados búhos- el vuelo hacia el oeste es un poco más fácil de sobrellevar que el vuelo hacia el este. Para los madrugadores activos por la mañana, las alondras, el viaje hacia el este es un poco más fácil.

    Como los búhos tienen naturalmente un ritmo de sueño-vigilia alterado, se reajustan cuando vuelan hacia el oeste. Por el contrario, a las alondras les resulta más fácil tolerar el vuelo hacia el futuro a través del tiempo, es decir, hacia el este.

    Pregunta: ¿Sirve de algo adaptar lentamente el ritmo de sueño a la zona horaria del país de destino unos días antes del vuelo para que el cuerpo se acostumbre?

    Richter: Puede ser útil. Si sé que pronto volaré a Estados Unidos o Japón, lo ideal es que empiece a ajustar mi ritmo ligeramente una semana antes.

    Si viajo a Japón, por ejemplo, me acuesto un poco antes y me levanto un poco antes; si viajo a Estados Unidos, me acuesto un poco más tarde y me levanto un poco más tarde.

    Se trata de una regularidad, no de aumentar las horas, porque las horas de acostarse demasiado inusuales son estresantes para el organismo. No hay que alterar demasiado el ritmo del cuerpo al preparar el viaje.

    Sin embargo, acostarse media hora antes o una hora después durante unos días antes de viajar y luego levantarse antes o después puede tener sentido para adaptarse a la hora del país de destino. Tomar melatonina puede ayudar a conciliar mejor el sueño.

    Pregunta: Si me canso al llegar a EE.UU a primera hora de la tarde, ¿puedo acostarme a las 15 horas o debería mejor quedarme despierto hasta la noche para obligar a mi cuerpo a adaptarse al nuevo ritmo?

    Richter: Es mejor adaptarse inmediatamente al nuevo huso horario y soportar el cansancio durante todo el día. Uno puede permitirse una siesta de 20 a 30 minutos como máximo, ¡pero con despertador! Porque si no se pone despertador y el descanso se convierte en una siesta de dos o tres horas, no funciona.

    Mi consejo: procurar recibir en el destino la mayor cantidad posible de luz durante el día y asegurarse de que la habitación esté completamente oscura por la noche, cuando llegue la hora de acostarse. Lo mejor es pedir al hotel una habitación lo más silenciosa posible. Y llevar un antifaz para dormir.

    Datos profesionales

    La profesora Kneginja Richter es médica jefe de la clínica de día CuraMed de Núremberg y docente en la Universidad Tecnológica de Núremberg, Alemania. Es también portavoz del Comité Científico y del Grupo de Trabajo de Cronobiología de la Sociedad Alemana de Investigación del Sueño y Medicina del Sueño (DGSM).

    Por Tom Nebe (dpa)

  • Recomendaciones para evitar las «manías» perniciosas de los niños

    Recomendaciones para evitar las «manías» perniciosas de los niños

    (dpa) – Cuando un niño aún no domina el lenguaje, a veces busca otras formas de hacerse oír, por lo que puede ocurrir que tire del pelo a mamá o le dé una bofetada a papá cuando algo no le gusta. O que tire con algo sobre la cabeza de otro niño en el rincón de juegos porque se atrevió a quitarle un juguete.

    educación niños
    Foto: picture alliance / dpa

    Desde el punto de vista del pequeño rebelde, dicha forma de comunicarse parece tener bastante éxito al principio.

    «Si las palabras siguen faltando, el método descrito aporta una solución rápida y, sobre todo, una reacción rápida, así como una atención ilimitada», explica en entrevista con dpa Dana Mundt, pedagoga social del servicio de asesoramiento en línea de la Conferencia Federal de Asesoramiento Educativo en Alemania.

    Pregunta: ¿Cómo se pueden «aplacar» estos comportamientos y «manías»?

    Dana Mundt: Desgraciadamente, no existe ningún botón en el niño ni ningún remedio similar patentado, aunque a los padres a veces -y comprensiblemente- les gustaría mucho que así fuera.

    Sin embargo, los padres pueden apoyar y guiar a sus hijos desde una edad temprana. Útiles para el desarrollo del lenguaje son, por ejemplo, los llamados «baby signs» (señales para bebés). Se trata de gestos sencillos que se utilizan como complemento cuando se le habla al bebé. Un ejemplo: cuando le pregunte al niño si quiere beber algo, llévese simultáneamente la mano a la boca como si uno mismo tuviera una taza en la mano.

    Este método funciona muy bien para la sed, el hambre, los dolores, los mimos o las caricias. Permite a los niños mostrar brevemente lo que quieren de forma no verbal desde una edad temprana. Suele ser más rápido señalar la mermelada con el dedo que decir «mermelada».

    Pregunta: ¿Qué ayuda a potenciar el lenguaje?

    Mundt: Al hablar con un niño, siempre es bueno mantener un contacto visual directo. Es la única forma de saber si el niño está escuchando de verdad. Desgraciadamente, hoy en día es habitual que chateemos por el móvil y hablemos de lado en lugar de tomarnos el tiempo de mirarnos a los ojos. Pero el contacto visual es totalmente importante para el desarrollo del lenguaje.

    Los padres pueden mirar y leer junto con el niño libros ilustrados ya a una edad temprana, hablar de lo que ven en un paseo o cantar juntos. Todo esto favorece el desarrollo del lenguaje. También se puede hacer mucho a través del juego y la música. Por ejemplo, se puede asistir a un jardín musical si uno mismo no conoce muchas canciones infantiles, juegos de dedos o rimas.

    También me parece importante verbalizar los sentimientos a la hora de poner fin a los «malos hábitos». Si un padre ve que un niño está enfadado y que recurre a una pala para responder a la sustracción de un moldecito, por ejemplo, puede decirle: «Veo que eso te molesta, estás muy enfadado. ¿Puede ser?». Sin embargo, los límites deben dejarse bien en claro: que no se puede atacar a nadie.

    Pregunta: ¿Cómo pueden los padres establecer límites o enseñar formas alternativas de expresión?

    Mundt: Los padres deben dejar claro que no se puede arañar, morder, pegar ni escupir. En tales casos, debe decirse claramente: «¡Eso no puede ser!».

    En situaciones conflictivas, también pueden reflexionar juntos: ¿qué puede hacer el niño si no encuentra las palabras? «Estás enfadado porque el niño te ha quitado el moldecito, pero vamos a pensar qué puedes hacer sin ese moldecito. Mira, aquí hay otro. O mira este cubo aquí. O mira, la pala aquí. . .»

    Los padres deben estar ahí para ayudar y escuchar cuando se trata de eliminar «manías» molestas. Quizá no intervenir siempre de manera inmediata, sino también ver si el niño puede hacerlo por sí solo. Por supuesto, esto no se aplica si quiere arañar, pegar o morder a otro niño. Entonces, por favor, intervenga.

    Sin embargo, si el niño ha manejado bien la situación, no olvide elogiarle y apreciar la acción

    Por Claudia Wittke-Gaida (dpa)

  • Cómo prevenir la osteoporosis fortificando los huesos

    Cómo prevenir la osteoporosis fortificando los huesos

    (dpa) Todo el mundo quiere tener huesos resistentes y evitar la osteoporosis y las fracturas. Pero, ¿qué podemos hacer para protegernos de la pérdida de masa ósea?

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    El riesgo de osteoporosis, que es mayor en las mujeres que en los hombres, se reduce con la actividad física regular. Foto: Christin Klose/dpa

    A continuación, las preguntas y respuestas más importantes:

    ¿Qué ocurre en el cuerpo con la osteoporosis?

    «La osteoporosis es una enfermedad en la que se deterioran la densidad y la estructura óseas», explica el profesor Uwe Maus, especialista en artroplastia y osteología en Alemania.

    Cuando los huesos almacenan cada vez menos minerales que les confieren su dureza, las consecuencias son dolorosas, ya que incluso pequeñas caídas o accidentes pueden provocar fracturas óseas, por ejemplo en el antebrazo, la muñeca o la cadera.

    ¿Quién padece osteoporosis?

    La edad y el sexo son factores decisivos. «Las mujeres tienen mayor riesgo de osteoporosis que los hombres, lo que se debe sobre todo a los cambios hormonales durante la menopausia», explica Maus.

    Ciertos medicamentos también pueden afectar a la estabilidad ósea. «Un ejemplo de ello son las terapias con cortisona que se utilizan para enfermedades pulmonares», apunta el experto, que dirige la sección de osteología de la Sociedad Alemana de Ortopedia y Cirugía Traumatológica.

    Por su parte, el cirujano ortopédico Willibald Walter indica que la genética también influye. Si ya ha habido casos de osteoporosis en la familia, el riesgo aumenta. Por otro lado, fumar también puede tener un efecto negativo en la densidad ósea.

    ¿Cómo puedo prevenir la osteoporosis?

    La edad, el sexo y la genética son factores de riesgo para tener huesos porosos. Sin embargo, hay cosas que podemos hacer para prevenirla. Una especialmente importante es hacer ejercicio.

    El entrenamiento para fortalecer los músculos, en particular, puede proteger nuestros huesos de la osteoporosis. «El hueso experimenta deformaciones que lo remodelan y lo hacen más estable», explica Maus.

    A medida que envejecemos, también tiene sentido centrarse en deportes que fomenten la coordinación y el equilibrio, tales como yoga o pilates. Así se reduce el riesgo de caídas y, por tanto, de fracturas óseas.

    Quienes ya sufren dolores y no son afines a los aparatos del gimnasio, pueden probar la gimnasia acuática.

    ¿Es posible fortalecer los huesos con una dieta?

    «Es importante seguir una dieta rica en calcio«, aconseja Willibald Walter, ya que el calcio es el mineral más importante de nuestros huesos.

    Cuando se menciona el término «calcio», mucha gente piensa sobre todo en la leche y los productos lácteos. Sin embargo, las verduras verdes como las espinacas también ayudan a cubrir las necesidades. Incluso la avena como sustituto de la leche y combinada con otros cereales puede contribuir a la salud ósea, al menos si el producto lleva calcio añadido.

    El agua mineral también puede ser una fuente importante de calcio. Conviene comparar la información de las etiquetas, porque el contenido puede variar considerablemente de un agua a otra. En cambio, el agua del grifo suele contener muy poco calcio, aclara Maus.

    Lo que también ayuda a nuestros huesos es consumir muchas proteínas. «Sobre todo si se es un poco mayor, se debería comer lo suficiente para evitar la pérdida de masa muscular», aconseja Maus, ya que los músculos fuertes protegen los huesos como un amortiguador, y también reducen el riesgo de caídas.

    A la hora de ingerir proteínas, vale regirse por esta regla: un gramo por kilogramo de peso corporal al día. Si pesa 70 kilos, debe consumir 70 gramos de proteínas.

    La vitamina D juega también un papel clave. Esto se debe a que el cuerpo no puede producirla por sí mismo y la necesita para poder incorporar el calcio a los huesos.

    Para fijar la vitamina D se requiere de la radiación ultravioleta de la luz solar. «En invierno, sin embargo, ésta es baja, por lo que puede tener sentido determinar los niveles de vitamina D y tomar un suplemento», aconseja Maus.

    ¿Cuáles son los síntomas de la osteoporosis?

    La enfermedad aparece gradualmente. «Lo difícil es que la osteoporosis no da síntomas», explica el cirujano ortopédico Willibald Walter. El hecho de que los huesos hayan perdido ya una parte importante de su estabilidad no suele advertirse hasta que se produce la primera fractura.

    Sin embargo, según Walter, hay algunas señales de alarma que indican que la osteoporosis ya está avanzando. Por ejemplo, si se nota haber perdido algunos centímetros de estatura o si la espalda está cada vez más encorvada.

    Entonces ha llegado el momento de someterse a una revisión con un traumatólogo, que puede medir la densidad de los huesos y emitir un dictamen.

    Por Ricarda Dieckmann (dpa)