Cataluña, antes y después del 1-O: ocho claves

Barcelona, 28 sep (dpa) – El 1 de octubre de 2017 marcó un antes y un después en Cataluña. El referéndum ilegal celebrado ese día en la región provocó fuentes altercados esa jornada, pero desató además una crisis institucional y social sin precedentes en España.

A continuación, ocho cosas que cambiaron tras el 1-O:

El proceso independentista, en los tribunales: La Justicia española abrió una investigación sobre el referéndum del 1 de octubre e imputó a la cúpula independentista, incluido el ex «president» Carles Puigdemont. El juez Pablo Llarena, hasta entonces prácticamente desconocido en España, envió a prisión provisional a varios líderes y políticos separatistas. Para evitar la cárcel, algunos huyeron a países como Bélgica o Suiza, internacionalizando así el conflicto. El juicio tendrá lugar previsiblemente en los próximos meses.

Independentistas presos: Nueve figuras del independentismo catalán se encuentran en prisión de forma provisional desde hace casi un año. Entre ellos está el ex presidente del Gobierno catalán Oriol Junqueras, el ex consejero de Interior Joaquim Forn o los ex líderes separatistas civiles Jordi Cuixart y Jordi Sànchez, los primeros que fueron encarcelados, el 16 de octubre. Su libertad se ha convertido en una de las principales reivindicaciones del movimiento separatista en los últimos meses, con símbolos con el lazo amarillo.

Tensión judicial con Europa: La huida de España de varios políticos independentistas puso en el tejado de otros países el tema del «procés» catalán. La decisión de la Justicia belga de dejar en libertad sin cargos a cuatro ex miembros del «Govern» catalán reclamados por España o la de la Justicia alemana de no entregar a Carles Puigdemont a Madrid fueron muy controvertidas y supusieron una suerte de victoria para el independentismo. «La Justicia belga tiene una visión distinta respecto a la Justicia española, pero eso no quiere decir que no aceptemos las decisiones de un tribunal», dijo hace unos días el ministro español de Exteriores, Josep Borrell.

Tensión social: En los últimos 12 meses, la tensión social ha aumentado en Cataluña a raíz del proceso independentista y de las medidas adoptadas por Madrid para tratar de atajarlo. El mismo 1 de octubre hubo altercados entre las personas que trataban de votar en el referéndum ilegal y la Policía, que intentaba impedirlo. Desde entonces, los símbolos separatistas y españolistas han estado muy presentes en el espacio público catalán entre gran controversia. En los últimos meses se produjeron varios incidentes relacionados con este hecho: grupos de partidarios de la unidad de España arrancaron de calles y plazas los lazos amarillos a favor de la libertad de los independentistas presos mientras que algunas de estas personas recibieron insultos y agresiones mientras lo hacían.

Ruptura de relaciones con la monarquía: El mensaje que el rey Felipe VI lanzó a los españoles por televisión dos días después del referéndum, el 3 de octubre, marcó un punto de inflexión en las relaciones entre el Gobierno de Cataluña y la monarquía española. En aquel discurso inédito, el rey condenó la «deslealtad» de Cataluña y solicitó a los poderes del Estado «asegurar el orden constitucional y el normal funcionamiento de las instituciones». El Ejecutivo catalán tomó estas palabras como una afrenta y, meses después, el entonces recién investido «president», Quim Torra, anunció la supuesta ruptura de las relaciones con la casa real.

Cambio de Gobierno en España: Justo ocho meses después del 1-O, el Gobierno del conservador Mariano Rajoy cayó gracias a una moción de censura presentada por el socialista Pedro Sánchez y apoyada, entre otros, por los partidos soberanistas catalanes. La llegada a La Moncloa del nuevo presidente del Gobierno español supuso un «deshielo» en las relaciones entre Cataluña y Madrid, prácticamente rotas hasta entonces. El 9 de julio se produjo un gesto inédito con una reunión entre Sánchez y Torra en Madrid. Supuestamente, ese encuentro iba a tener una segunda parte en Barcelona en septiembre, pero a día de hoy no hay una fecha sobre la mesa.

Ruptura del tabú españolista : El proceso independentista catalán en general, y el 1-O en concreto, hicieron reaccionar a los catalanes que están a favor de la unidad de España. Las banderas del país empezaron a convivir con las «esteladas» (banderas independentistas catalanas) que hasta entonces habían dominado prácticamente en solitario las fachadas en la región. El 8 de octubre, pocos días después del referéndum, se celebró una manifestación españolista sin precedentes en Cataluña en la que participó un millón de personas.

La economía y el turismo, afectados: Los turbulentos días vividos hace un año en Cataluña tuvieron también incidencia en la economía de la región. Más de 4.500 empresas sacaron su sede social de Cataluña, según el Colegio de Registradores Mercantiles. El Gobierno catalán habla de 2.500. Por otra parte, el turismo, uno de los principales motores económicos de la región, se resintió durante meses. Varios países como Estados Unidos, Alemania o Reino Unido advirtieron recientemente que viajar a Cataluña podría ser arriesgado.

Por Ana Lázaro Verde (dpa)