El juego en nuestro país lleva reculado más de 10 años, fue en 2011 cuando se aprobó la llamada como Ley del Juego. Algo totalmente necesario en una actividad de alto impacto económico, ya que se trata de un sector que mueve bastante dinero y en el que se pretende que el juego siempre se desarrolle de manera segura y totalmente responsable.
Pero esta legislación se encontró con la necesidad de ser actualizada, la publicidad de casinos y casas de apuestas online no ha sido vista con buenos ojos por parte del gobierno de nuestro país, que ha preparado una normativa bastante restrictiva y severa con respecto al juego que se desarrolla en plataformas por Internet.
Algo, que no ha sido visto con buenos ojos por parte de los empresarios del sector, que ven como sus posibilidades de expansión se ven bastante mermadas.
¿Cómo es la nueva regulación de juego en España?
El texto ya sido aprobado en noviembre del año pasado, si bien será de obligado cumplimiento durante este año 2021. Conocida como “ley Garzón“, se trata de un instrumento que pretende salvaguardar los intereses públicos. Con ello, se pretende evitar la adicción a este tipo de juegos, que no cabe duda de que también ha experimentado un crecimiento muy alto.
Uno de los puntos más polémicos es la eliminación de bonos de bienvenida y promociones especiales, que tanto atractivo proporcionan a quienes se acercan al mundo del juego. Esta nueva legislación no los prohíbe, sino que elimina la posibilidad que es una persona sin experiencia en el juego o que no esté previamente registrada en esa plataforma acceda a ellos. Para conseguir promociones como bonos con tiradas gratis en la ruleta en vivo o apuestas en las que se retorna el dinero si no resultas ganador, deberás estar registrado previamente en esa plataforma durante, al menos, 30 días.
Hay algo que sin embargo ha puesto en pie de guerra a los empresarios del sector. Se ha regulado normativamente con respecto a los casinos online y casas de apuestas, pero la lotería de carácter estatal, no ha sido incluida en esta normativa.Tratándose de un juego de azar, aunque con un amplio bagaje social, los empresarios no alcanzo a entender como no se ha regulado esta parte del juego, que también puede suponer un problema para las personas en riesgo.
Tanto las comunicaciones como la publicidad son los principales puntos de interés de esta nueva normativa, que en verdad no afecta al juego en sí, sino a la manera en la que se publicita.
Tampoco cambian las condiciones para poder jugar, como que el operador posea su licencia pertinente o que seas mayor de edad. Son los propios empresarios del juego los primeros interesados en impedir el accesotanto a menores como a personas en situación de riesgo. Se trata de un perfil de cliente que no les beneficia en absoluto.
Nuevos horarios publicitarios
Se trata quizás de uno de los aspectos más polémicos y el que ha generado un mayor número de críticas. La publicidad tanto de casinos como de casas de apuestas queda restringida a un horario prácticamente inasumible, entre la una y las cinco de la madrugada. ¿Qué se pretende con ello? Muy sencillo, que los menores de edad no tengan acceso a este tipo de información, ya que se supone que es un horario en el que deben estar durmiendo.
También queda prohibida la publicidad tanto en plataformas de vídeo como YouTube como en redes sociales, en las que se aplicará también esta restricción horaria. Sí, también habrá que decir adiós al uso de figuras de personajes conocidos o de famosos en la publicidad tanto de casinos como de casas de apuestas. No podrán servir de reclamo para las personas interesadas en comenzar a jugar.
Otro de los puntos sobre el que también se va a regular es el de tomar nuevas medidas de carácter tributario y fiscal. España tiene una disposición muy peculiar en cuanto a la fiscalidad, ya que el Estado autonómico así lo permite. A partir de ahora, la ley Garzón obligará a que las comunidades autónomas informen al ministerio de economía y hacienda sobre los tributos recibidos por parte de las empresas del juego, para así poder actualizarlos y obtener un mayor importe recaudatorio.
Sea como fuere, se trata de una ley que es bien vista por parte de los sectores sociales y educativos, pero que no ha dejado buen sabor de boca a las empresas de juego ni a la industria, ya que se encontrarán a partir de ahora con una situación crítica para poder promocionar sus productos y seguir desempeñando su actividad con normalidad. Los empresarios reclamaban un mayor consenso y no que se legislase a golpe del Real Decreto Ley.