California exige el «sí» antes del sexo entre universitarios

Citas para sexo(dpa) – Para la estudiante californiana Sofie Karasek, la frase «Yes Means Yes» (sí es sí) tiene un significado especial. «Es un gigantesco paso adelante», dice sobre la nueva ley con la que este estado de la costa oeste norteamericana pretende acabar con las violaciones y agresiones sexuales en la universidad.

Cuando hace tres años Karasek comenzó a estudiar en la universidad de Berkeley, ella misma sufrió un acoso de este tipo por parte de un compañero. Desde entonces, esta joven estudiante de Ciencias Políticas trabaja activamente para lograr una mayor seguridad y ayudar a las víctimas de su campus. Y no es la única.

Decenas de estudiantes y organizaciones de mujeres lucharon durante meses por la aprobación de la ley SB 967, también conocida como «Yes Means Yes», que fue ratificada el domingo por el gobernador Jerry Brown. Con ello, California se convierte en el primer estado que exige el «consentimiento afirmativo» para las relaciones sexuales entre universitarios. La normativa sólo es válida para las universidades públicas.

Según explica Karasek, de 21 años, lo importante es que a partir de ahora el «sí» se convierta en algo habitual. «Quien quiera mantener relaciones sexuales, debe preguntar antes a la pareja». La ley señala que quienes estén bajo la influencia del alcohol o las drogas, dormidos o inconscientes, no podrán dar su aprobación. No ser claro o guardar silencio tampoco significarán a partir de ahora «sí» al sexo, aunque el consentimiento no tiene por qué ser verbal: podrá hacerse con un movimiento de cabeza.

El senador demócrata Kevin de Leon fue el impulsor de la ley «Yes Means Yes» en el Parlamento de Sacramento. «Toda mujer tiene derecho a perseguir su sueño de tener una educación superior sin sentirse amenazada por la pesadilla de la violencia y las agresiones sexuales», dijo León tras la ratificación de la ley.

Según datos estadísticos aportados por el senador, una de cada cinco estudiantes en una universidad estadounidense ha sido víctima de violencia sexual durante su paso por el campus. Y al gobierno del presidente Barack Obama hace tiempo que le preocupa el asunto: el Departamento de Educación investiga las quejas de agresiones en decenas de universidades, entre ellas las prestigiosas Princeton y Harvard.

Desde hace semanas, la estudiante Emma Sulkowicz, de 21 años, llena los titulares de los periódicos con una particular protesta: recorre el campus de la universidad neoyorquina de Columbia con su colchón. Hace dos años, fue violada en su dormitorio por otro estudiante, pero pese a las denuncias ante la administración de la universidad, el agresor no ha sufrido castigo alguno, afirma.

También Karasek buscó ayuda en 2012 en la universidad de Berkeley y denunció lo que le ocurrió con la esperanza de que se tomaran medidas. Pero no pasó nada, y entre tanto el presunto agresor ha terminado sus estudios. La pasada primavera, la joven y otras 30 estudiantes que también habían denunciado agresiones sexuales llevaron sus casos a las autoridades californianas. Y es que para algunas víctimas, la indiferencia de las universidades es aún peor que la agresión.

Así, la nueva ley también pretende acabar con este punto. Se mejorará la formación de los empleados en la universidad, orientadores y el personal encargado de investigar las denuncias. Además, se exigirá a las universidades que en cumplimiento con la nueva normativa, ofrezcan ayuda a las víctimas y pongan en marcha medidas preventivas.

Muchas de las agresiones sexuales se producen en el entorno de las fiestas universitarias, en las que abundan el alcohol y las drogas. «A menudo, en ellas se dan casos de sexo sin que haya un consentimiento real», afirma la estudiante Rishi Ahuya, que apoya plenamente la iniciativa «Yes Means Yes». «Estoy muy a favor de una mayor precaución».

Para Karasek, lo importante es que las estudiantes «deberían sentirse seguras en el campus». «Estoy orgullosa de que hayamos aprobado esta ley en el estado más poblado de Estados Unidos», añade. «California marca tendencia, espero que después vengan otros».

Por Barbara Munker