Estuvimos en la 56 edición del GRAN PREMIO DE VELOCIDAD CIUDAD DE LA BAÑEZA, que se organiza desde el año 1952 y con algunos de los asturianos que corrían en este circuito urbano que resucita cada año los campeonatos de antaño, cuando los circuitos permanentes de velocidad no existían en España. Gracias al Moto Club Bañezano, a la generosidad de sus vecinos y a la verdadera pasión de todos los que participan podemos disfrutar de este derroche de camaradería, autenticidad y entusiasmo en clásicas 2T, 4T y también GP 125/Moto 3.
Todos son ganadores porque correr en la Bañeza es todo entrega y dedicación. Forman una especie de familia que se reúne en la zona de boxes improvisados y abiertos a todo el mundo, lejos de la competitividad y más cercano a la ayuda mutua, compañerismo y camaradería que se respira entre todos ellos. No es tarea fácil, cada uno tiene su profesión y el poco tiempo que les queda libre lo dedican a preparar sus motos “espartanas”, sin electrónica, control de tracción ni nada de lo que disfrutan actualmente las motos, simplemente con determinación y resolución hacen las cosas con ingenio, manteniendo verdaderas joyas expuestas para deleite de todos.
Nos vamos encontrando banderas asturianas y a algunos de los pilotos del Principado, coincidiendo todos en que lo más duro de la carrera es el calor y la espera. Cuando están a punto de salir al circuito hay una mezcla de orgullo, felicidad y nervios, “te sientes piloto por un día” nos dice Mamel Coto que compite con su Ducatti 450 en 4T gracias a la generosidad, apunta, de Bruno Heres que le ofreció el motor.
Rodrigo Zaragoza, por su parte con su OSSA 250 de 2T es otro de los grandes de Asturias que en el año 2011 quedó tercero y nos indica que lleva viniendo toda la vida a la Bañeza, “preparamos nosotros mismos las motos, y lo peor es el poco recambio que encontramos, teniendo a veces que fabricar manualmente la piezas, lo que encarece mucho todo esto”, al lado está Jorge Luis Quirós, con su Ducatti 450 de 4T comiendo con su familia, lleva todo el año preparándose para esta carrera que considera diferente. Seguimos caminando entre boxes “vestidos de azul astur” y nos encontramos con Marco Antonio Ivazón que resalta la cantidad de participantes que son y además con buen nivel. Nos cruzamos con otros pilotos astures como Fernando Fernández García (Ducatti 450 de 4T), así como con Francisco Manuel García (Bultazo 250 de 2T).
Hemos llegado al box de José Bruno Heres García que lleva ocho años consecutivos corriendo y con su Ducatti 450 de 4T alcanzó en esta edición su sexto podium, con una tercera posición en 4T, alcanzando “casi, casi” a Pepín San Millán con su compañero Agustín Fernández, el mago de las clásicas, que consiguieron siete victorias consecutivas. Bruno nos señala que esta carrera “tiene algo especial que hay que sentir y resalta que lo único que cambiaría sería el ayudar a la organización pagando la inscripción al menos”.
Las carreras llegan a su fin y es inevitable la clasificación final, pero la Bañeza, es algo más, es el recuerdo latente de una época en la que la tecnología electrónica y digital no existía, es una exhibición de motos de más de treinta años que gracias a la famosa avería de los hermanos Del Val se ha convertido en un referente que está a la altura de las míticas carreras de otros lugares y Asturias además, gracias a sus entregados pilotos está presente.
Autora y foto – Elsi Raider