Bogotá, 8 dic (dpa) – El ex presidente colombiano Belisario Betancur, que murió este viernes a los 95 años, empezó a ser velado hoy sin los honores reservados a los jefes de Estado, como él mismo había pedido a su familia.
Las honras fúnebres comenzaron en la Academia Colombiana de la Lengua y seguirán mañana con una misa en un colegio de Bogotá. El ex mandatario será sepultado en un cementerio de las afueras de la capital.
Betancur, que murió por problemas renales, se retiró por completo de la política tras cumplir su periodo como jefe de Estado, de 1982 a 1986, y había pedido a su familia que su sepelio no tuviera honores especiales.
Las honras fúnebres de los ex presidentes colombianos se celebran tradicionalmente en el Capitolio Nacional, la sede del Congreso, mientras que las misas son en la Catedral Primada. Además, los ex presidentes son sepultados en un lugar especial del Cementerio Central.
Betancur, un intelectual que tras terminar su gestión como presidente se dedicó a actividades culturales, encabezó un Gobierno que fue el primero en intentar un acuerdo de paz con los grupos guerrilleros.
Sus conversaciones con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) avanzaron hasta una tregua bilateral, pero las negociaciones se rompieron en medio de acusaciones mutuas de incumplimientos.
El Gobierno de Betancur, elegido a nombre del Partido Conservador, tuvo que afrontar con solo una semana de diferencia dos acontecimientos que estremecieron al país en noviembre de 1985: el asalto guerrillero al Palacio de Justicia y la destrucción del municipio de Armero por el deshielo del Volcán Nevado del Ruiz.
El 6 de noviembre de 1985, tras el fracaso del proceso de paz con las FARC y la falta de resultados en conversaciones con otros bandos alzados en armas, el entonces grupo guerrillero Movimiento 19 de Abril (M-19) tomó por asalto el Palacio de Justicia, a pocos metros de la casa presidencial.
Los guerrilleros pretendían hacer un «juicio revolucionario» al Estado, pero el asalto derivó en una sangrienta toma de rehenes que en la historia colombiana recibe el nombre del «Holocausto de la Justicia».
En la toma guerrillera y la respuesta militar, que según una Comisión de la Verdad se caracterizó por el exceso de fuerza durante un enfrentamiento que duró más de 24 horas, murieron 11 magistrados, 35 guerrilleros y otras 52 personas, en tanto que 11 fueron declaradas como desaparecidas.
Betancur fue investigado por el Congreso, que archivó el caso por falta de pruebas en su contra, en medio de denuncias en el sentido de que el Gobierno hizo caso omiso a informes de inteligencia que sospechaban del asalto y de que durante la crisis supuestamente dejó el mando del país a los militares.
En noviembre de 2015, en el trigésimo aniversario del asalto guerrillero, Betancur pidió perdón por su gestión de la crisis de rehenes.
Cuando Colombia aún no se reponía de ese hecho, el Gobierno de Betancur tuvo que afrontar una semana después, el 13 de noviembre, la peor tragedia natural en la historia del país.
Un deshielo del Volcán Nevado del Ruiz provocó la creciente de un río que destruyó a Armero. Unos 25.000 habitantes del pueblo quedaron bajo toneladas de lodo y piedras, por lo que el lugar fue declarado campo santo ante la imposibilidad de rescatar los cadáveres.
Además, Betancur estuvo en el centro de la polémica cuando a comienzos de su Gobierno anunció que Colombia renunciaba a ser la sede del Mundial de 1986, concedida por la FIFA en 1974, con el argumento de que el país tenía que invertir recursos en el frente social y no en un torneo de fútbol. La organización le fue adjudicada entonces a México.