LONDRES (dpa) – Los cementerios de Londres, especialmente aquellos que datan de la era victoriana, merecen una visita. En el Highgate Cemetery, situado en el norte de la ciudad, descansa desde 1883 Karl Marx, y a tan sólo un tiro de piedra fue enterrado el ex agente ruso Alexander Litvinenko, que murió en 2006 envenenado con polonio.
En el sur de la ciudad reposan desde 1948 los restos del tenor austríaco Richard Tauber, cuya tumba, rodeada de césped y geranios, es una de las atracciones del Brompton Cemetery de Chelsea. Muy cerca de allí, la vida se hace oír, especialmente cuando los fans del club de fútbol que lleva el nombre de este barrio rompen el silencio del camposanto con sus gritos.
Sin embargo, quien aún albergue el romántico pensamiento y la esperanza de una sepultura «eterna» lo tiene complicado en Londres, y en general en todo Reino Unido. Y es que hace tiempo que los expertos llaman la atención sobre escasez de espacio en los cementerios.
Recientemente, la BBC hizo sonar las alarmas con la publicación de un nuevo sondeo: la encuesta revelaba que en un 25 por ciento de las alrededor de 400 parroquias preguntadas tendrán problemas de espacio en el plazo de diez años. Y casi un 50 por ciento señaló que en 20 años ya no habrá hueco en los cementerios.
Algunos contaron incluso que probablemente estarán saturados en tan solo cinco años. Pero además, en algunas parroquias la situación ya es alarmante, según muestra el sondeo: las zonas de aparcamiento y los caminos se están utilizando actualmente para colocar tumbas.
«La situación es grave y necesitamos urgentemente una solución», dice Tim Morris, del Instituto para la Gestión de Crematorios y Camposantos. Morris acusa al gobierno de haber empeorado las cosas durante «décadas de impasividad».
Aunque en Reino Unido hay un elevado porcentaje de cremaciones (en torno a un 75 por ciento), no ha disminuido la presión por los problemas del espacio. Según la BBC, uno de los factores que influye al respecto es la creciente población musulmana, para quienes la cremación es un tabú religioso.
Así, los expertos instan a las autoridades desde hace ya tiempo a que aprueben una normativa nacional para la «reutilización» de los lugares que ocupan las tumbas. En Reino Unido, esta normativa es local y actualmente oscila entre los 50 y 100 años para el levantamiento de una sepultura.
Hasta la fecha, sólo en los cementerios de Londres es posible crear más espacio enterrando a un nivel más profundo los restos que lleven más de 75 años bajo tierra. «Lift and deepen» (levantar y enterrar más profundo) reza esta práctica que ya se practica en algunos camposantos.
«No sé qué más tiene que pasar para que el gobierno se dé cuenta de lo grave que es la crisis», dice Julie Rugg, investigadora de cementerios en la Universidad de York. En su opinión, el método «lift and deepen» es la única solución. «Las familias quieren ser enterradas juntas, pero eso ya no puede garantizarse», añade.
Desde el Ministerio de Justicia afirman que el tema es objeto de debate constante. Y es que asuntos de tumbas y cementerios, cualquier cambio en la normativa debe ser tratado con respeto y sensibilidad. Pero según confirmó un portavoz, «aún no se ha tomado ninguna decisión».
Por Anna Tomforde