La Consejería de Igualdad y Políticas Sociales ha incrementado las cuantías de las prestaciones económicas para las familias acogedoras de menores. Así lo recoge el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA), mediante la publicación de una nueva Orden que modifica a la anterior de 2004.
La consejera de Igualdad y Políticas Sociales, María José Sánchez Rubio, ha destacado que la prestación básica tiene por objeto atender los gastos de manutención de carácter periódico, derivados de la obligación de cuidar, alimentar y educar al menor, estableciéndose que la cuantía general asciende a 324 euros mensuales, por cada niño o niña, y para acogimientos temporales en familia ajena un total de 450 euros mensuales, por menor.
«Con respecto a la prestación específica para los acogimientos de urgencia y especializado, tiene por objeto remunerar la especial disponibilidad y cualificación de las personas acogedoras, que percibirán, además de la prestación básica general que corresponda según el número de menores acogidos, una prestación de 576 euros mensuales, por cada modalidad de acogimiento», ha informado Sánchez Rubio.
La responsable de las políticas sociales ha subrayado que «estas prestaciones económicas son compatibles entre sí, pudiendo coincidir varias en una misma familia acogedora de manera simultánea y/o consecutiva».
La nueva norma recoge además que podrá ser remunerado el acogimiento permanente tanto en familia extensa como en ajena. La Orden define el acogimiento permanente en familia extensa como el que se formaliza con personas físicas a quienes se le haya conferido la guarda de algún menor conforme a la legislación civil, en virtud de la vinculación existente por razón de parentesco, mediante la correspondiente resolución administrativa.
Por su parte, señala que el acogimiento con familia acogedora de urgencia se formaliza con personas físicas inscritas en el Registro de Solicitantes de Acogimiento y Adopción de Andalucía, que hayan sido calificadas para este acogimiento por la Comisión Provincial de Medidas de Protección.
Sánchez Rubio ha destacado que la Junta de Andalucía promueve el acogimiento en familia de menores que no pueden ser atendidos por las suyas. Para ello, ha informado de que su departamento ha puesto en marcha la campaña ‘Siempre en familia: acoger, adoptar, ayudar’ para concienciar a la sociedad de lo importante que es ofrecer un hogar temporal o permanente a aquellas niñas y niños que, por diversos motivos, se ven obligados a dejar su familia.
El objetivo es que puedan crecer con una familia que esté «dispuesta a darles el afecto y la estimulación que necesitan para su desarrollo». Sánchez Rubio ha recordado que esta campaña «es imprescindible para promover familias dispuestas a formar parte de la vida de los más de 2.000 niños y adolescentes que no pueden ser atendidos de forma adecuada por las suyas».
La integración familiar del sistema de protección, aquéllos que están tutelados por la Junta por abandono o malos tratos, es uno de los objetivos del II Plan de Infancia y Adolescencia de Andalucía 2016-2020, aprobado por el Consejo de Gobierno en junio del pasado año, según ha recordado la máxima responsable de las políticas sociales en Andalucía.
De este modo, se trata de sumar nuevas familias a las más de 3.200 que «ya han abierto sus hogares a quienes más lo necesitan». La consejera ha mostrado su agradecimiento a estas familias pero ha indicado que «no son suficientes» puesto que hay más de 2.000 menores que viven en centros de protección.
En este sentido, ha recalcado que «aunque nuestros centros están atendidos por excelentes profesionales que cuidan de que no les falte de nada», el fin es proporcionar al menor un entorno familiar como núcleo donde mejor se adquiere y fomenta el vínculo afectivo, necesario para el desarrollo emocional y social sobre todo en edades tempranas (0 a 6 años).
Junto con las familias acogedoras, que «abren su hogar a los pequeños», Sánchez Rubio ha resaltado otra modalidad de acogimiento como son las familias colaboradoras que comparten tiempo de ocio y vacaciones con menores que actualmente viven en centros de protección. Estas familias les permiten acumular experiencias normalizadoras.