MADRID (dpa) – Tras 100 partidos con la camiseta del Fútbol Club Barcelona el chileno Alexis Sánchez bien puede decir que llegó, se fue y volvió. Ahora, por fin, no sólo él se siente un «jugadorazo»: los demás también lo ven así.
Siete meses después de que Alexis Sánchez pronunciara su frase más famosa desde que fichó por el Barcelona -«soy un jugadorazo»-, el chileno está recibiendo el máximo reconocimiento a su talento después de iniciar la nueva temporada a su mejor nivel.
Aquella frase, pronunciada en una concentración con la selección chilena, se hizo muy impopular en Barcelona y a menudo fue utilizada con ironía por sus hinchas para exponer su disgusto por el rendimiento del futbolista. Pero ahora, con seis goles en el inicio de la temporada, ese término de «jugadorazo» comienza a recuperar su acepción original.
Sánchez, de 24 años, cumplió recientemente 100 partidos con el Barcelona y lo hizo marcando un gol en el triunfo 3-0 de su equipo en el campo del Celta de Vigo. El gol llegó tres días después de su sensacional tanto ante el Real Madrid en el clásico, su gol más admirado desde que está en en el club azulgrana, un tiro por encima de Diego López, el arquero del Real Madrid, que será uno de los grandes goles de 2013.
«Convencido de sus aptitudes, de su juego y con un ego por las nubes, Alexis Sánchez, ‘el jugadorazo’, siempre ha trabajado duro hasta ver recompensado su esfuerzo con el aplauso de una afición que ha tardado en confiar en él», comentó el diario «Sport».
El diario barcelonés alude ahora al chileno como «un acierto en los fichajes de (Josep) Guardiola», el técnico que le llevó al club catalán hace poco más de dos años después de convencer a sus directivos de la utilidad del delantero.
A mediados de 2011 el futbolista costó 43 millones de euros (59 millones de dólares), una cifra poderosa que le pesó mucho desde su llegada.
Ahora, en el comienzo de su tercera temporada, Sánchez está ofreciendo un rendimiento magnífico y recuerda a aquel jugador que maravilló a Guardiola cuando el delantero jugaba en el Udinese.
Si en su primera temporada concluyó con 12 goles en la Liga española, todavía peor fue su estadística en la pasada campaña, que cerró con unos pobres ocho tantos en el torneo.
El del año pasado era un Sánchez visiblemente angustiado, capaz de errar remates insólitos. Tanto es así que se rumoreó con insistencia su venta al final de la temporada. También se habló de problemas, nunca comprobados, entre el chileno y la megaestrella argentina Lionel Messi.
Entonces llegó Gerardo Martino y cualquier duda se disipó. El nuevo técnico argentino no sólo se opuso a su salida, sino que le aseguró que sería un futbolista fundamental.
Martino quería al Sánchez potenciado por Marcelo Bielsa en sus años al frente de la selección chilena, ese Alexis que presionaba y se movía sin pausa ni complejos en el frente de ataque. Sánchez comenzó la temporada con la autoestima reforzada y, lo que es más importante, sin ansiedad. Como un verdadero «jugadorazo».
Por Alberto Bravo