Bogotá, 4 mar (EFE).- Al menos ocho personas heridas, una de ellas de gravedad, dejaron hoy las protestas por el mal servicio del sistema público de transporte Transmilenio de autobuses de Bogotá, que fueron reprimidas por la Policía.
Las protestas se produjeron en al menos siete estaciones de Transmilenio pero la situación más grave fue la de Suba, en el noroeste de la ciudad, donde ocho personas resultaron heridas, entre ellas un hombre que cayó de una altura de tres metros y que fue trasladado a un hospital del sector, según la Secretaría de Salud, que no ha facilitado su identidad.
«Estoy enterado de que hay un bloqueo y hay un herido», dijo el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, que se acercó al lugar para tratar de calmar los ánimos.
El secretario de Salud de Bogotá, Aldo Cadena, informó en su cuenta de Twitter de que cuatro usuarios de la estación de Suba fueron ingresados en diferentes hospitales mientras que otros cuatro heridos no requirieron traslado a centros asistenciales.
Según él, una embarazada que estaba en la estación de Venecia, en el sur de Bogotá, fue ingresada en la Clínica Veraguas por inhalación de gas, mientras que otras nueve personas que sufrieron el mismo problema en las estaciones General Santander y Madelena fueron examinadas por médicos pero no necesitaron hospitalización.
Las protestas comenzaron muy temprano esta mañana cuando centenares de usuarios bloquearon estaciones en diversos puntos de la ciudad para protestar por la demora de los autobuses, lo que generó un efecto dominó en el sistema que a lo largo de la mañana se fue normalizando.
Para controlar la situación, la Policía envió a la estación de Suba unidades del escuadrón antidisturbios que desde tanquetas lanzaron gases contra la multitud, lo que desencadenó el caos en la zona.
En su visita a la terminal de Suba, Petro escuchó las reclamaciones de los usuarios tanto por lo que llamaron «pésimo servicio» del transporte público como por la reacción desproporcionada de los policías antidisturbios que arremetieron contra la multitud y utilizaron tanquetas.
Petro atribuyó las protestas, que se producen esporádicamente desde hace varias semanas, a «intereses políticos» por las elecciones legislativas del próximo domingo y por la crisis que enfrenta su administración ante la amenaza de destitución que pende sobre su cabeza por parte de la Procuraduría.
«Ustedes saben en qué situación estamos en Bogotá. Hay elecciones el domingo y hay muchos candidatos que tratan de buscar votos», expresó el alcalde a la multitud que exigía respuestas.
Según Petro, como hay gente que quiere sacarlo del cargo, bien sea por la vía de la destitución o del referendo revocatorio de su mandato, previsto para el próximo 6 de abril, «hay quienes están queriendo pescar en río revuelto» y por eso impulsan las protestas recurrentes contra el sistema de transporte público masivo.
El alcalde habló con la gente y propuso ampliar en una hora por la mañana y otra por la noche el horario de funcionamiento del sistema Transmilenio, que actualmente opera entre las cinco de la mañana y las doce de la noche.
El sistema Transmilenio, que comenzó a operar el 18 de diciembre de 2000, fue elogiado en sus inicios como un modelo de política pública de transporte, pero en los últimos años ha empezado a dar señales de saturación por el aumento del número de usuarios y las deficiencias de servicio y de infraestructura.
Según la Alcaldía, el Transmilenio cuenta actualmente con 115,5 kilómetros de carriles propios y mueve una media de 1,9 millones de pasajeros diarios, con lo que cubre el 30 % de la demanda de transporte público de Bogotá, ciudad que tiene más de siete millones de habitantes.