(dpa) – En las estanterías del pabellón 24 de la feria Agritechnica de la ciudad alemana de Hannover se apilan innumerables plantas. Pero en lugar de estar iluminadas por el sol, lo están por luces LED rojas o azules.
Ya sean frutas u hortalizas, con este método se pueden cultivar plantas de forma sostenible en escasos metros cuadrados a varios niveles: es lo que se conoce como agricultura vertical.
En la feria de tecnología agrícola de este año, los investigadores presentaron las ventajas de estas «Inhouse Farming» (huertas en el interior).
Una gran ventaja del cultivo vertical es el uso eficiente del espacio. «En el exterior, en un campo convencional, podemos producir 2,5 kilogramos de boniato por metro cuadrado, mientras que en un sistema de cultivo convencional cosechamos 7,5 kilogramos por metro cuadrado», explica Finn Petersen, de la Universidad de Osnabrück, en el oeste de Alemania.
Además, en campo abierto se obtiene una cosecha al año mientras que en el interior pueden conseguirse hasta tres.
Según el centro de información agraria alemán, la superficie utilizable para la agricultura es cada vez menor. Cada vez se pierde más suelo fértil debido a los monocultivos, el uso de productos químicos y el sobrepastoreo, entre otros.
A esto se añaden las consecuencias del cambio climático: los fenómenos meteorológicos extremos, como las lluvias torrenciales y la sequía, aumentan constantemente y provocan una disminución del rendimiento de los cultivos.
Según las previsiones de Naciones Unidas, en 2050 habrá en la Tierra unos 9.700 millones de habitantes, casi 2.000 millones más que ahora. De ellos, unos 6.000 millones vivirán en centros urbanos, y todas estas personas necesitarán abastecerse de alimentos. Según los expertos, la agricultura vertical podría ser una solución.
«Necesitamos una transformación del sector agrícola», afirma Heike Susanne Mempel, de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Weihenstephan-Triesdorf, en el sur de Alemania.
«Otra ventaja de la agricultura en el interior es que solo se utiliza para el cultivo la cantidad de agua que realmente se necesita», subraya Petersen. Así se ahorra agua de forma eficaz. Se utiliza mucha más en el campo que en un sistema de cultivo vertical.
«No hay ningún otro sistema que utilice tan poca agua como el sistema de cultivo vertical», afirma Mempel. Sin embargo, admite que las necesidades energéticas del sistema de cultivo vertical son muy elevadas. «Hay que encontrar soluciones para esto», agrega.
Además, las hortalizas clásicas, como los tomates o los pimientos, tienen menos potencial en la agricultura vertical en Europa. «Hay sistemas muy eficientes en invernaderos y fuerte competencia en las regiones meridionales, así que no llegaremos muy rápido a una zona económicamente rentable con la agricultura vertical en Europa», estima la experta.
Según Mempel, los tradicionales campos al exterior no desaparecerán por completo. «Seguiremos necesitando todos los sistemas de cultivo», afirma. «Seguiremos necesitando campos abiertos en el futuro, necesitaremos invernaderos y, a medio plazo, estoy convencida de que también veremos huertas verticales con mucha más frecuencia».
La edición de Agritechnica de este año contó con 2.811 expositores de 53 países distintos. El tema principal de la feria, que tuvo lugar a fines de noviembre, fue «Productividad verde», es decir, cómo producir más utilizando menos recursos.
Por Philip Dulian (dpa)