Madrid, 23 mar (dpa) – Adolfo Suárez fue el primer presidente del gobierno español elegido democráticamente en las urnas tras casi 40 años de dictadura franquista. Hoy murió a los 81 años tras una grave y larga enfermedad que borró de su memoria los momentos que ya forman parte de la historia del país.
Como aquel 5 de julio de 1976, día en el que juró con solemnidad su cargo como jefe del Ejecutivo español ante el rey Juan Carlos, dejando una imagen histórica para la posteridad.
Treinta y dos años más tarde, la imagen era bien distinta. En España se hacía pública una fotografía en la que un envejecido ex presidente aparecía de espaldas en su jardín junto al monarca, quien le pasaba el brazo por los hombros con gesto protector.
La familia de Suárez hizo público que sufría la enfermedad de Alzheimer en 2005. Desde entonces quisieron «mantener la dignidad» de una persona reconocida y querida en España. «Ya no recuerda que fue presidente del Gobierno, no conoce a nadie y sólo responde a estímulos afectivos como el cariño», dijo entonces su hijo, Adolfo Suárez Illana.
Durante años, estuvo alejado de la vida pública y tuvo que ser hospitalizado en varias ocasiones a causa de recaídas.
«Llevamos preparándonos para esto 11 años, pero no es fácil», explicó el viernes su hijo durante una rueda de prensa en la que anunció un «desenlace inminente» de la enfermedad de su padre, conmocionando al país.
Adolfo Suárez nació en 1932 en Cebreros, una localidad rural del interior de España. Tras estudiar Derecho, arrancó su carrera pública en los años 60, desempeñando varios cargos en el régimen de Franco, hasta que en 1969 fue nombrado director general de la radiotelevisión pública española, función que desempeñó hasta 1973.
Tras la muerte del dictador en 1975, Suárez entró en el primer gabinete de crisis formado por Carlos Arias Navarro y fue nombrado ministro secretario general del movimiento, lo que poco después le valdría los recelos de una parte de la sociedad.
Reconociendo su afán renovador, en 1976 el rey Juan Carlos puso en sus manos la formación de un gobierno con el que pretendía desmontar las estructuras franquistas asentadas durante años, poniendo la primera piedra de la democracia.
Un año después, el pueblo español le dio su confianza en las urnas al frente de la formación Unión de Centro Democrático (UCD), en las primeras elecciones libres en España desde antes de la guerra civil española (1936-1939).
Durante sus cinco años de mandato, se aprobó la Constitución española y se legalizaron sindicatos y partidos. Momento clave de la transición fue la legalización del Partido Comunista del histórico Santiago Carrillo en aquel 9 de abril de 1977, que pasó a la posteridad como «Sábado Santo rojo».
En la memoria de España queda la figura de un político moderado, elegante, capaz de apelar al diálogo y al consenso en momentos difíciles. Uno de ellos, el llamado 23-F, el frustrado intento golpista del teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero en 1981.
Aquel 23 de febrero, pocos días después de anunciar su dimisión al frente del gobierno, Suárez fue uno de los pocos políticos que permaneció sentado en su escaño cuando el golpista irrumpió en el Parlamento español y disparó al aire, acompañado por un grupo de guardias civiles.
Fue una etapa marcada por las dificultades políticas, económicas y sociales. En 1982 Suárez volvió a presentarse a las elecciones con una nueva formación, el Centro Democrático y Social (CDS), pero sufrió una gran derrota frente al Partido Socialista de un joven Felipe González, que estaría 14 años en el poder.
En 2003 el ex presidente se retiró de la vida pública, al detectar los primeros síntomas de su enfermedad. Sus últimas apariciones oficiales levantaron los rumores y la alerta por su estado de salud.
En una de ellas, en un acto electoral en la que quiso apoyar a su hijo, también político, perdió el hilo del discurso que leía y tuvo que recurrir a su espontaneidad: «Bueno, para qué mas discursos, yo lo que os quiero decir es que mi hijo es una persona de bien y que hará muy bien su trabajo», dijo ante el público.
La muerte de su esposa a causa de un cáncer en 2001 golpeó al ex presidente. Tres años después, su hija Mariam fallecía a causa de la misma enfermedad. Pero Suárez nunca se llegó a enterar. Cuando su hijo Adolfo le contó que había muerto, él respondió: «¿Y quién es Mariam?».
Por Ana Lázaro Verde
