Activistas de todo Estados Unidos piden trato humanitario para menores centroamericanos

6597090wChicago (EE.UU.), 28 ago (EFE).- La lucha por frenar las deportaciones y la petición de medidas para proteger los derechos de los menores centroamericanos que han llegado a la frontera en los últimos meses centraron hoy los actos del denominado Día Nacional de Lucha por las Familias.

Las protestas y reuniones comunitarias celebradas en todo el país tenían como objetivo pedir al presidente, Barack Obama, que actúe «con audacia» y dé un trato humanitario a los miles de menores centroamericanos que han llegado al país en los últimos diez meses y no separe a las familias ya instaladas en Estados Unidos, así como recordarle su compromiso con la comunidad hispana de lograr una reforma migratoria.

En Chicago se reunieron representantes de 30 organizaciones que han formado una alianza para coordinar el alojamiento, servicios y donaciones para por lo menos mil niños centroamericanos que llegarán a la ciudad antes de fin de año.

«Debemos tener en cuenta que se trata de niños vulnerables que han sido víctimas de violencia y necesitan nuestra compasión y ayuda», declaró en conferencia de prensa Patrick Magoon, presidente y director ejecutivo del Hospital de Niños Ann y Robert Lurie.

En la misma conferencia de prensa, el senador demócrata por Illinois Richard Durbin calificó la crisis de los niños de la frontera como una «tragedia humana», y opinó que muchos de ellos tienen derechos legítimos para reclamar refugio, porque han sido abusados físicamente o víctimas de «pandilleros o traficantes» de seres humanos.

«Tenemos la obligación moral de ayudarlos. Somos una nación fundada por refugiados y la forma como respondamos a esta crisis nos pondrá a prueba», agregó.

El gobernador estatal, Pat Quinn, por su parte, dijo que comunicó a Obama que Illinois está listo para colaborar, porque también considera que los niños deben ser tratados «con respeto, compasión y dignidad».

En Washington hubo un acto de desobediencia civil frente a la Casa Blanca con decenas de detenidos, y las protestas ruidosas se repitieron en otras ciudades como Filadelfia, Las Vegas y Phoenix.

En Los Ángeles, decenas de jóvenes inmigrantes beneficiados con la Acción Diferida (DACA, en inglés) se manifestaron por las calles de la ciudad californiana para pedir que los beneficios de este programa se extiendan también para sus padres y familiares.

Los activistas consideran que la falta de acción del Congreso para aprobar la reforma migratoria deja en manos de Obama la adopción inmediata de medidas administrativas para otorgar «el alivio más amplio posible» a las familias de trabajadores inmigrantes.

También le exigen que proteja a los niños centroamericanos, respondiendo a la larga historia de Estados Unidos de recibir a comunidades en momentos de dificultad.

Oscar Chacón, director ejecutivo de la Alianza Nacional de Comunidades Latinoamericanas y Caribeñas, exhortó al Gobierno a «repensar su política exterior» en Centroamérica, para adoptar «soluciones humanas que prioricen el bienestar de sus niños y familias».

La Casa Blanca reconoció en junio pasado que el país vivía una crisis humanitaria debido a la masiva llegada de cerca de 63.000 menores en los últimos diez meses, la mayoría procedentes de El Salvador, Honduras y Guatemala, debido a la violencia y situación económica que se vive en la región.