(dpa) – El sistema antibloqueo de ruedas, también conocido como ABS, es moneda corriente en automóviles y motocicletas, pero lo nuevo es que comienza a incorporarse a las bicicletas eléctricas. ¿Cuándo resulta útil? Cuando, por ejemplo, en medio de la calle aparece un balón de fútbol rodando de no se sabe dónde. Uno impulsivamente tendería a presionar fuerte la palanca del freno, lo que bloquearía la rueda delantera y haría que perdiéramos el control de la bicicleta y acabáramos sobre el asfalto. ¿En ese caso el ABS nos ayudaría?
En principio el sistema ABS evita el bloqueo de las ruedas. Es decir, en el caso del automóvil evita que, en caso de frenar de golpe, se pierda total control de la dirección. En el caso de los vehículos de dos ruedas, lo que hace el sistema es evitar, en primera línea, la caída.
«El bloqueo de las ruedas lleva irremediablemente a una caída porque el movimiento de la rueda girando es precisamente lo que permite generar esa estabilidad», apunta Siegrief Brockmann, que trabaja en una aseguradora. En situaciones críticas el ABS puede salvar una vida. Según el experto, el sistema «aplica la potencia máxima del freno sin bloquear el rodado», con lo cual reduce la velocidad el máximo posible en el trayecto anterior al obstáculo. Eso no ocurriría en el caso de una rueda que patina frenada.
No es de asombrar, entonces, que esta tecnología también resulte muy interesante para los ciclistas. Las bicis que tienen frenos de tambor o frenos de disco pueden bloquearse de pronto, al presionarse levemente los frenos, sobre todo al circular sobre una superficie húmeda.
Este sistema de asistencia es particularmente útil en las bicicletas eléctricas porque, en promedio, son bastante más rápidas que las bicicletas normales. Además, las eléctricas suelen tener muchos accidentes en los que no intervienen otros vehículos. Eso sí: la ventaja tiene su precio. En Alemania, por ejemplo, el ABS cuesta unos 500 euros (unos 560 dólares).
El funcionamiento del sistema es bastante similar al de una motocicleta. Un sensor de giro reconoce un bloqueo y dispara, a través de una válvula magnética, la presión en un conducto hidráulico. Según los especialistas, un verdadero ABS sólo funciona con un sistema de freno hidráulico y precisa un abastecimiento de electricidad estable. Por eso es recomendable en el caso de bicicletas eléctricas que tengan suficiente energía en las baterías.
El ABS para ciclistas ha sido desarrollado principalmente por las empresas Bosch y BrakeForceOne. Pero su uso aún no es extendido, y eso hace que los precios no sean tan asequibles. Por el momento se está incorporando el sistema a bicicletas de alta gama. Una vez que el sistema sea más liviano y más económico, seguramente su uso se extenderá, pero puede demorar aún unos cinco años.
Si uno quisiera incorporarlo a una bicicleta normal, debería pensarlo dos veces, porque tendría que sumar una fuente de energía externa, que no sólo resultaría costosa desde lo económico, sino también pesada para circular. Allí la única solución es aprender a frenar muy bien.
Por Fabian Hoberg (dpa)
Foto: Robert Günther/dpa-tmn