Hace miles de años, desde los tiempos de la Antigua Grecia, ya se empezaban a estudiar los beneficios del agua del mar para la salud. Uno de los pioneros en afirmar que el “agua de mar lo curaba todo” fue un médico llamado Hipócrates de Cos nacido en el año 460 A.C que existió durante el llamado siglo de Pericles.
Hipócrates tenía la creencia que el mar sanaba todas y cada una de las enfermedades del hombre. Hoy en día, esta creencia está descartada porque por supuesto la mayoría de las enfermedades no se pueden sanar a través del agua del mar. Sin embargo, lo que sí no es un mito y está comprobado científicamente, es que el agua de mar tiene propiedades curativas que son beneficiosas para la salud.
En primer lugar, se sabe que el mar tiene una composición diferente a la que se encuentra en los lagos u otras corrientes de agua dulce, ya que posee grandes cantidades de zinc, yodo y potasio que la convierten en un mecanismo provechoso para nuestra piel. Además, para nadie es un secreto que el agua marina posee un efecto cicatrizante, ideal para la curación de heridas con mayor rapidez.
Asimismo, cuando se trata de enfermedades potencialmente crónicas, el agua de mar es un componente maravilloso para producir una mejora considerable en los pacientes. Por ejemplo, cuando una persona padece de algún tipo de cáncer es recomendable la ingesta de agua de mar isotónica diluida, ya que, ésta es un alcalino natural que regula todas las funciones corporales. Recordemos que las células cancerosas se desarrollan en medios ácidos, y por ello es necesario alcalinizarlo para frenar su desarrollo.
Durante el siglo XX, el investigador francés René Quinton descubrió que los componentes del agua marina eran los mismos que estaban presentes en las células del cuerpo, siendo muy similar al plasma de la sangre. A raíz de este descubrimiento, entre 1910 y 1950 junto al médico francés Jean Jarricot fundó los llamados “Dispensarios marinos”. En estos famosos dispensarios marinos se usaba el agua de mar para curar diversos padecimientos como el cólera, problemas de tiroides, desnutrición y los problemas de la piel. El éxito de estos dispensarios fue tan rotundo que posteriormente se crearon también en Colombia, Argentina, México, Uruguay, Sudáfrica y España.
Conjuntamente, todavía hoy, se le suele recomendar a personas con enfermedades pulmonares, respirar la brisa del mar y bañarse periódicamente en la playa ya que el agua salada favorece a que los pulmones puedan eliminar todas las toxinas o elementos ajenos.
No obstante, estos no son los únicos beneficios. Tan sólo el sonido del mar también puede ser útil para tratar enfermedades mentales como la depresión o el estrés, debido a que el sonido del mar produce un efecto increíblemente relajante. Pero además, debido a que el agua de mar también contiene grandes cantidades de magnesio, y según estudios científicos el magnesio es un elemento que reduce potencialmente la ansiedad, normalmente se le puede sugerir a los pacientes que sufren de trastornos nerviosos que vayan de vez en cuando a la playa.
A pesar de todo, la Organización Mundial de la Salud advirtió en el 2017 que el agua de mar contiene también microorganismos que pueden ser patógenos, incluyendo bacterias, protozoos y virus, por lo cual su ingesta directa no es 100% recomendable.
En todo caso, los seguidores de esta tendencia aseguran que los beneficios del agua de mar son mucho mayores a sus contraindicaciones.
Según el científico francés René Quinton, quien mencioné anteriormente, el suero marino otorga una fuerza biológica a la célula para oponerse a la mayoría de las enfermedades.
Actualmente, en Estados Unidos y en algunos países europeos se continúa usando el agua de mar para tratar distintas enfermedades, incluyendo infecciones, problemas intestinales, obesidad o artritis.
Por último, de acuerdo con la revista “Discovery Dsalud”, la pureza extraordinaria del agua de mar es idónea para usos terapéuticos ya que en ella se hallan todos los elementos químicos conocidos y nuestra composición corporal es muy similar. Y es además, de gran ayuda para el tratamiento de la dermatitis, infecciones por hongos como el pie de atleta, psoriasis, eczema y el vitiligo.
Así que es importante mantener presente que ir a la playa, no está relacionado únicamente con la palabra “vacaciones”. La próxima vez que vayas, recuerda que el mar también te regala incontables beneficios para tu salud.
Soraya Andreina Pérez