Bogotá, 26 ago (dpa) – La idea era que los colombianos decidieran a través de su voto una serie de medidas para frenar la corrupción en el Estado. Un objetivo noble que fracasó en un contexto adverso, con una campaña rodeada de noticias falsas y con poca inversión.
Para diversos analistas, el principal obstáculo de la consulta fue sin embargo el abstencionismo, pues menos del 40 por ciento de las más de 36 millones de personas habilitadas para votar lo hicieron.
A esto se sumó un umbral mínimo en el cielo: más de 12 millones de votos, mucho más de lo que ha obtenido cualquier candidato a la Presidencia de Colombia.
«El presidente Iván Duque ganó la presidencia con 10 millones de votos, su contrincante Gustavo Petro alcanzó poco más de 8 millones. Aquí tenemos que pensar si es justa la cifra de más de 12 millones de votos para aprobar una consulta popular», explicó el ex canciller Rodrigo Pardo, analista político en RCN Radio.
El segundo problema de la consulta, que en las urnas superó los 11,6 millones de sufragios, es que contó con poco dinero y, por ende, poca publicidad.
Esta iniciativa ciudadana apenas contó con 110 millones de pesos (37.400 dólares) aportados por el sector privado. En comparación, cuando Duque ganó la Presidencia lo hizo con una campaña que rondó los 16.719 millones de pesos (unos 5,68 millones de dólares), según cifras del Consejo Nacional Electoral.
La estrategia se volcó a las redes sociales y los promotores, con pancartas y folletos ilustrativos, recorrieron las calles del país. Pero faltó el debate.
«Este llamado a acudir a las urnas no contó con elementos como debates televisados, tampoco hubo una polarización en donde se pidiera votar por el ‘Sí’ o por el ‘No’, tampoco campañas en tarimas y plazas públicas, y tampoco corrió mucho dinero para hacerle propaganda a la consulta», indicó Pardo.
Aún así, a la consulta le faltaron menos de 500.000 votos para ser válida y las siete preguntas superaron el 99 por ciento de votos de favor.
«Es una votación maravillosa que se movió desde la ciudadanía (…) Este es un mandato ciudadano que hay que acoger en el Congreso, más allá de los umbrales», dijo Angela María Robledo, ex candidata vicepresidencial del Partido Alianza Verde, de centroizquierda.
Más allá de que algunos consideren un triunfo que miles de personas hayan acudido a las urnas, gran parte del abstencionismo radicó en la desinformación y las noticias falsas que no dejaron de circular.
«A pesar del esfuerzo de los promotores, muchos colombianos no se enteraron de la consulta. Los ciudadanos tampoco conocen los mecanismos de participación consagrados en la Constitución», señaló la Revista «Semana».
En las calles rondó el rumor de que los promotores de la consulta recibirían millones por cada voto y que los sueldos de los congresistas se reducirían al igual que lo harían los de los trabajadores. Todo era falso.
Según el Índice de Percepción de la Corrupción, que publica cada año la ONG Transparencia Internacional, Colombia se ubica en el puesto 96 entre 180 países, siendo el primero el más limpio. En el último año y medio, la Fiscalía ha procesado a unas 2.200 personas por casos de corrupción en gobiernos locales.
La consulta nació además porque en los últimos años el Congreso ha hecho naufragar ocho proyectos de ley que buscaban combatir la corrupción. El legislativo es precisamente el que goza de la imagen más desfavorable según encuestas, debido a los escándalos que envuelven a algunos parlamentarios.
A la iniciativa tampoco le ayudó que el apoyo que había recibido de las mayoría de los sectores políticos se fue diluyendo al pasar de los días. La bancada del partido oficialista Centro Democrático cambió de opinión en las últimas semanas y decidió no respaldar la iniciativa.
Aún así, el presidente Duque dijo que la «lucha contra la corrupción no para aquí» y anunció que no escatimará esfuerzos en sanar este mal, que año tras año se carcome los recursos del Estado.
Por Giuseppe Palacino (dpa)