Berlín/Viena, 18 ago (dpa) – La canciller alemana, Angela Merkel, recordó al presidente ruso, Vladimir Putin, la responsabilidad de Moscú en la solución de los conflictos abiertos en Ucrania y Siria, coincidiendo con una reunión que ambos mandatarios mantuvieron hoy en el Palacio de Meseberg, a unos 60 kilómetros al norte de Berlín.
«Alemania tiene responsabilidades pero, sobre todo, Rusia tiene responsabilidades como miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Por eso tenemos que trabajar en buscar soluciones en Ucrania», declaró la dirigente germana en una breve comparecencia conjunta con Putin ante la prensa celebrada antes del encuentro bilateral.
Merkel, que se mostró confiada en lograr avances en el conflicto de Ucrania, donde junto a Francia ejerce de mediadora para intentar sellar la paz, aseguró que Alemania abogaba por enviar a la zona una misión de paz de las Naciones Unidas que se ocupase de monitorear el alto el fuego.
«Otro tema importante que abordaremos será Siria. Aquí tenemos que intentar que las batallas que se libran en la ciudad de Idlib no deriven en una catástrofe humanitaria», agregó la canciller, convencida de que la solución del conflicto pasa por impulsar un proceso político en el país árabe, que incluya tanto una reforma de la Constitución como la convocatoria de elecciones.
Putin, por su parte, recalcó la importancia de intensificar la ayuda humanitaria en Siria mediante la reconstrucción de infraestructuras básicas que permitan a los millones de refugiados desplazados regresar a sus casas.
«Tenemos que volver a poner en pie los servicios básicos de agua y luz», insistió.
El presidente ruso dedicó buena parte de su intervención a recordar las relaciones económicas que mantienen Berlín y Moscú. Tras recordar los estrechos lazos que unen a ambas potencias, el dirigente subrayó la fuerte dependencia energética de Alemania con Rusia.
Este fue el segundo encuentro bilateral que los dos mandatarios mantuvieron en los últimos tres meses. Sobre la mesa, además de Siria e Ucrania, figuraban temas como Irán, derechos humanos y asuntos de carácter bilateral, como el gasoducto Nordstream 2, que conectará Rusia con Alemania y Europa Central y del Este a través de 1.200 kilómetros por el mar Báltico.
Este proyecto ha sido fuertemente criticado por Trump, quien entiende que servirá para hacer a Europa energéticamente muy dependiente de Rusia.
Atrás quedaron los tiempos en los que ambos mandatarios apenas se veían frente a frente. La anexión de Crimea, muy cuestionada por Berlín, enfrió el contacto personal entre los dirigentes. A pesar de que siguieron hablando por teléfono, en los últimos cuatro años Merkel tan solo visitó Rusia en dos ocasiones.
Desde que comenzó la crisis en Ucrania, Putin no había pisado suelo germano de forma oficial. El líder ruso llegó hoy a Alemania procedente de Austria, donde acudió como invitado a la boda de la ministra de Exteriores austríaca, Karin Kneissl.
Previamente, en Austria, el avión presidencial de Putin aterrizó en la segunda ciudad más grande del país, Graz. Luego el presidente ruso viajó en un convoy de vehículos casi 50 kilómetros hasta el lugar de la boda, cerca de la frontera eslovena.
El casamiento tuvo alrededor de 100 invitados, entre ellos el canciller conservador de Austria, Sebastian Kurz, y el vicecanciller de extrema derecha, Heinz-Christian Strache.
Putin llevó consigo un coro ruso tradicional para la celebración, presentó un gran ramo de flores e incluso bailó con la novia en la terraza de la fiesta.
La asistencia de Putin fue una señal del fortalecimiento de los lazos de Rusia con Austria después de años de tensas relaciones con Occidente a causa de la crisis de Ucrania.
La invitación remitida a Putin a la boda de Kneissl y del empresario Wolfgang Meilinger irritó a los políticos de la oposición austriaca, que apuntaron al involucramiento de Moscú en la actual crisis ucraniana.
