Ciudad de México, 17 ago (dpa) – La continuidad de la construcción del nuevo aeropuerto de Ciudad de México, una obra multimillonaria ya en marcha, se someterá a consulta popular en octubre, anunció hoy el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador.
«Va a ser una consulta vinculatoria», señaló López Obrador, que asumirá el poder el 1 de diciembre. «Lo que diga la mayoría es lo que se va a llevar a cabo».
En México las consultas populares deben ser organizadas por el Instituto Nacional Electoral y para ser vinculantes se requiere la participación de un 40 por ciento del electorado.
Sin embargo, López Obrador la planteó como una especie de encuesta informal, como acostumbraba a hacer cuando era jefe de Gobierno de Ciudad de México.
La decisión, sin embargo, fue calificada de «ocurrencia» por el que será el mayor partido de oposición, Acción Nacional (PAN). Su presidente, Damián Zepeda, dijo que la consulta no se apega a los requerimientos legales para convocar referendos.
López Obrador, que durante su campaña electoral se había opuesto a seguir adelante con la obra, que lleva un 30 por ciento de avance, afirmó que en decisiones complicadas, para no equivocarse «es mejor preguntar».
Después de un análisis técnico, el equipo de López Obrador presentó hoy los pros y contras de dos alternativas y dijo que las someterá a consulta.
Las opciones son continuar con la obra o sustituirla por la construcción -a menor costo- de dos pistas adicionales en el aeropuerto militar de Santa Lucía, cercano al actual, aunque no hay un dictamen definitivo de expertos sobre la viabilidad de ese proyecto.
Ahora se dará paso al análisis de especialistas, empresarios, agrupaciones civiles y la sociedad en su conjunto, previo a la consulta ciudadana, que se hará en la última semana de octubre.
«El país requiere un aeropuerto con características de desarrollo», cuestionó el líder del PAN en una conferencia de prensa. Hacer una consulta popular para definir su futuro sin ajustarse a los requerimientos legales es una «burla», consideró.
El proyecto del nuevo aeropuerto es la mayor obra de infraestructura del actual gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, que la anunció en 2014 y que implicaría el cierre del aeropuerto actual, porque no pueden operar en simultáneo.
Según los estudios del equipo de López Obrador, la obra lleva cuatro años de retraso y los costos han subido de los 169.000 millones de pesos previstos (8.900 millones de dólares) a 300.000 millones de pesos (15.800 millones de dólares).
La cancelación también tendría un costo: 100.000 millones de pesos (5.200 millones de dólares) por obras ya realizadas y gastos no recuperables. López Obrador dijo que se respetarán las inversiones comprometidas.
La ampliación del aeropuerto de Santa Lucía costaría 70.000 millones de pesos, pero hay puntos de vista encontrados sobre su viabilidad.
Un dictamen entregado por la agencia internacional especialista en temas de aviación Mitre a López Obrador establece que no podría operar de manera simultánea con el actual aeropuerto.
No obstante, expertos chilenos que trabajaron con el equipo de López Obrador afirman que sí sería posible, pero recomendaron hacer un nuevo estudio, que demoraría cinco meses.
Es decir, el informe de factibilidad no podría estar listo antes de la consulta.
En redes sociales hubo críticas también a López Obrador por querer definir el futuro del aeropuerto consultando a la gente, mientras anunció otros proyectos sin tomar en cuenta opiniones, como su idea de construir una refinería o de descentralizar el Gobierno federal enviando varios ministerios al interior del país.
