Buenos Aires, 17 ago (dpa) – La ex presidenta argentina y actual senadora opositora Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) negó hoy haber recibido un soborno a cambio de beneficiar a un empresario con un decreto mientras gobernó el país sudamericano.
«A mí nunca nadie me pagó nada por firmar ni este ni ningún otro decreto, ni por llevar adelante ninguna de las medidas de mis gobiernos», aseguró la ex jefa de Estado en un comunicado que publicó en su sitio de Internet con el título «Sobre pijamas, dormitorios y decretos en la Argentina macrista arrepentida».
Fernández de Kirchner respondió a la declaración que dio a la Justicia el empresario Gabriel Romero, presidente de la compañía Emepa, que se presentó el jueves como imputado colaborador, o «arrepentido», en la causa que investiga una supuesta trama de sobornos pagados por empresarios a ex funcionarios kirchneristas.
Romero confesó haber pagado en 2010 sobornos por unos 600.000 dólares para que el entonces Gobierno de Fernández de Kirchner le extendiera a través de un decreto presidencial la concesión de explotación de la hidrovía Paraná-Paraguay, utilizada por el comercio marítimo desde la capital paraguaya y el este de Argentina hasta el Atlántico.
El empresario detalló que el pago fue en dos cuotas de 300.000 dólares, la primera un día antes de que se publicara el decreto presidencial 113/2010 en el Boletín Oficial, la segunda poco después, informó el diario «La Nación».
Ese decreto, firmado por Fernández de Kirchner, prorrogó sin licitación pública la concesión de la vía navegable, el cobro de peajes y el dragado a la empresa Hidrovías S.A., de Romero y la firma belga Jan de Nul, hasta 2021.
En su comunicado, la ex jefa de Estado dio una larga explicación acerca del recorrido que tuvo desde 2002 la resolución referida por Romero en la Justicia y que hasta llegar a su firma obtuvo el respaldo de diferentes organismos de control gubernamental.
«Mi intervención como presidenta de la Nación se limitó a lo único que podía y debía hacer: ratificar lo actuado y resuelto (…) Ese decreto, finalizado todo el proceso explicado previamente, era para mí obligatorio firmar», consideró en su primera declaración pública desde que se conoció la presunta trama de sobornos.
Fernández de Kirchner se presentó a declarar el lunes en la Justicia ante la sospecha de que, junto a su fallecido esposo, el ex presidente Néstor Kirchner (2003-2007), lideraron una supuesta asociación ilícita que cobraba sobornos a cambio del otorgamiento de contratos de obras públicas, según precisó en su momento el fiscal Carlos Stornelli.
La investigación judicial comenzó a partir de una revelación del diario «La Nación» que accedió a ocho cuadernos en los que el chofer de un ex funcionario kirchnerista detalló las fechas, las direcciones, los nombres y los montos de dinero de los supuestos pagos de fondos de empresarios a funcionarios.
Entre las anotaciones, el chofer precisó, además, que el dinero era entregado en bolsos y llevado en algunos casos a la residencia presidencial oficial, la vivienda particular de los Kirchner u oficinas públicas.
