Washington, 11 jul (dpa) – El Gobierno de Daniel Ortega calificó hoy de «actos terroristas» las protestas que se suceden desde el 18 de abril en Nicaragua y, ante el consejo permanente de la OEA, en Washington, aseguró que tienen el objetivo de derrocar al Ejecutivo.
El ministro de Exteriores nicaragüense, Denis Moncada, habló de «embates terroristas de grupos internos y externos» para referirse a las protestas. «Estos hechos terroristas delincuenciales intentan derrocar al Gobierno legítimo», dijo en la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Allí rechazó además el nuevo reporte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), cuyo secretario ejecutivo, Paulo Abrao, denunció justo antes de la intervención de Moncada una «profundización y diversificación de las formas de represión» de los manifestantes e instó a la comunidad internacional a «exigir» a Ortega que le ponga fin.
«Esta delegación no puede aceptar el informe de la CIDH», dijo Moncada, que lo calificó de «apresurado, prejuiciado y carente de objetividad».
«Se requiere de tiempo e imparcialidad para informar con aproximación a la verdad lo que realmente ocurre en Nicaragua», añadió.
En el marco de las protestas contra el Gobierno de Ortega han muerto 264 personas desde el 18 de abril, según la cifra actualizada de la CIDH ofrecida hoy por Abrao. Los heridos ascienden a más de 1.800.
Abrao compareció ante la OEA después de que a principios de mes se instalara en Nicaragua el equipo de expertos internacionales (GIEI) que investigará la violencia y de que a finales de junio se formara el Mecanismo Especial de Seguimiento (MESENI) para monitorear la situación de los derechos humanos allí.
Las protestas contra Ortega comenzaron por la aprobación por decreto de una reforma de la seguridad social, que luego derogó.
Pero el malestar con Ortega allí se remonta a mucho antes. La oposición denunció fraude en los comicios municipales de 2008 y en los presidenciales de 2011. De las de 2016, en las que fue reelegido con el 72,5 por ciento de los votos, fueron excluidos algunos opositores. Los comicios carecieron de observación independiente.
