Washington, 4 jun (dpa) – La Asamblea General de la OEA, la cita anual más importante de la organización que agrupa a los países de América, arrancó este lunes en Washington con la firme decisión de Estados Unidos de lograr la suspensión de Venezuela y profundizar en el aislamiento internacional de Nicolás Maduro.
«Además de la suspensión, pido medidas adicionales contra el régimen de Maduro hasta que haya la presión necesaria para que la gente pueda tener acceso a ayuda humanitaria», instó en el plenario el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, que se vio las caras allí con su homólogo venezolano, Jorge Arreaza.
Según supo dpa de fuentes diplomáticas de tres países distintos, la administración de Donald Trump, que lleva días negociando con el Grupo de Lima, tiene los 18 votos que necesita para aprobar una resolución que dé inicio al proceso de suspensión de Venezuela.
Pero no tiene de momento los 24 que necesitaría para aprobar esa suspensión en una Asamblea General Extraordinaria que habría de convocarse para ello. El texto fue presentado hoy formalmente por Estados Unidos y seis países del Grupo de Lima (Argentina, Brasil, Canadá, Chile, México y Perú).
Si saliera adelante la supensión, sería un gesto simbólico que frenaría el golpe de efecto de Maduro, que inició el año pasado los trámites para sacar a Venezuela de la OEA. Nunca en sus 70 años, un miembro dejó voluntariamente la organización. Supondría un «mensaje» a Maduro, manifestó Pompeo.
«¿Cómo nos van a suspender de donde ya nos fuimos?», se preguntó retóricamente Arreaza. El canciller venezolano basó su estrategia hoy ante la OEA en presentar la posible suspensión como «accesoria» y en acusar a Estados Unidos de injerencia y de dictar las actuación de la organización, integrada por 34 países.
Estados Unidos, dijo Arreaza dirigiéndose a Pompeo, es el «dueño del circo» y el «director ejecutivo de la corporación de países».
«Venezuela está de salida, nosotros estamos cumpliendo con las obligaciones de la Carta, que nos obliga a estar presentes hasta abril del año que viene», manifestó. «Estamos contando los días para retirarnos de esta organización», insistió.
Donald Trump, que ha llegado a asegurar que no descarta la opción militar en Venezuela, ha hecho de ella el centro de su política latinoamericana. Le da oportunidad en clave interna de mostrar fuerza en un problema cercano a casa.
Venezuela estaba llamada a ser el tema central de esta 48 Asamblea General desde las elecciones en las que Maduro fue reelegido el 20 de mayo y que la OEA le había pedido suspender por carecer de garantías democráticas.
No las reconocieron ni Estados Unidos ni el Grupo de Lima, conformado por otros 14 países americanos críticos con Maduro. Los 15 negociaron en los últimos días el proyecto de resolución sobre Venezuela, que se espera que sea votado mañana martes.
Washington ha trabajado para tratar de captar a algunas naciones del Caribe -alineadas tradicionalmente con Caracas porque de allí reciben petróleo subvencionado-, pero también sobre algún otro país, según supo dpa. El domingo por la tarde hubo en Washington una reunión del Grupo de Lima, Estados Unidos y otros dos países y hoy por la mañana volvió a reunirse el Grupo de Lima en la capital estadounidense, justo antes de la inauguración de la Asamblea.
Pocos temas han dividido tanto a la OEA en la última década como el de Venezuela, que ha llegado a dejar en cuestión la efectividad del único organismo que reúne a todos los países del continente excepto a Cuba (que desde que se levantó su suspensión en 2009, no ha pedido la activación de su membresía).
Hace un año, en la Asamblea General en el balneario mexicano de Cancún, los cancilleres fueron incapaces de aprobar un documento sobre Venezuela, debido en último término al bloqueo de los pequeños países caribeños que reciben petróleo venezolano barato.
Fue entonces cuando se creó el Grupo de Lima, para presionar a Maduro sin tener que negociar resoluciones que no llegan a nada. Estados Unidos no forma parte de él, pero está tras su origen.
Desde la Asamblea de Cancún se ha agravado la crisis humanitaria en el país latinoamericano y Maduro profundizó la deriva que sus críticos en la organización consideran desde hace tiempo dictatorial.
El proyecto de resolución presentado hoy insta a Maduro a permitir la entrada de ayuda humanitaria e invita a los países a tomar medidas para apoyar a los que están recibiendo la mayor parte del éxodo venzolano que sale de Venezuela.
La situación en el país latinoamericano se ha convertido en prioridad para Gobiernos que, como Colombia y Brasil, sufren directamente los efectos de la crisis migratoria. Según la ONU, 1,5 millones de venezolanos dejaron el país entre 2015 y 2017.
Por Sara Barderas y Tatiana Rodríguez (dpa)