Managua, 2 jun (dpa) – Al menos tres personas murieron hoy en Nicaragua, entre ellos un ciudadano estadounidense, en medio de la creciente ola de violencia que estremece al país, informaron fuentes oficiales y de derechos humanos.
En un comunicado, la Policía Nacional confirmó que el ciudadano norteamericano Sixto Henry Vera fue asesinado esta madrugada en el sector oriental de Managua, y atribuyó el crimen a «grupos delincuenciales, encapuchados, con armas de fuego, morteros y bombas molotov».
Según el informe, los elementos también causaron «lesiones gravísimas al ciudadano Marcos Pomares Varela e incendiaron dos vehículos».
La embajadora de Estados Unidos en Managua, Laura Dogu, confirmó en su cuenta de Twitter la noticia y expresó que «la muerte de un ciudadano de EEUU es de gran preocupación para la Embajada».
Por su parte, el director de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH, no gubernamental), Álvaro Leiva, dijo que el norteamericano tenía 48 años y era dueño de un bar en la zona oriental de Managua.
Según versiones extraoficiales, Vera presuntamente recibió la llamada de un amigo que le pedía auxilio en el lugar. El auto de su amigo, presuntamente un taxista, también fue incendiado.
El canal 15 de televisión mostró imágenes de los dos vehículos calcinados y del cuerpo del norteamericano. En el lugar quedaron también ropas, zapatos y sandalias de mujer. Se desconoce si hay más fallecidos.
Detonaciones de armas de fuego y morteros artesanales se escucharon durante toda la madrugada en la zona este de Managua, mientras en las redes sociales se reportaba un incesante movimiento de vehículos y motorizados con policías y civiles encapuchados.
A través de las redes sociales la población también alertaba de robos a mano armada en diversas áreas capitalinas, principalmente en céntricos residenciales de clase media.
En Masaya, unos 25 kilómetros al este de la capital, dos manifestantes murieron en medio de disturbios que agitaron la ciudad durante toda la noche, según indicó el director de la ANPDH, que se presentó hoy temprano al lugar.
Alvaro Leiva aseguró que uno de los manifestantes «fue ejecutado por una agente» de la policía que «disparó dos veces a quemarropa cuando el ciudadano ya había sido neutralizado».
«La población de Masaya vive una situación de profunda violación a los derechos humanos», dijo, y agregó que recibió información sobre la presunta presencia de francotiradores en la ciudad.
Yubran Suazo, del opositor Movimiento 19 de Abril en Masaya, responsabilizó a elementos afines al Gobierno por «los actos de represión y vandalismo contra el pueblo», y pidió a la policía «cesar la represión». De lo contrario, dijo, «el pueblo podría tomar la justicia por sus propias manos».
En Masaya los ciudadanos se organizaron desde la noche del viernes alrededor de barricadas que bloquean las vías en toda la ciudad, en un intento por poner fin a la ola de saqueos nocturnos que ha diezmado el comercio desde hace varios días.
De acuerdo con la plicía, en la misma ciudad delincuentes encapuchados con armas de fuego y morteros saquearon una sucursal bancaria y atacaron la sede policial. La policía capturó a once personas, todas ellas con antecedentes penales, se indicó.
Otros grupos con las mismas características quemaron vehículos y edificios públicos en otras localidades de las provincias de Chontales (centro), Estelí (norte), León (occidente) y Granada (sur), según el informe policial.
Voceros de la opositora Alianza Cívica, formada por estudiantes, sector privado y sociedad civil, han acusado de los actos de vandalismo y destrucción a grupos de pandillas y criminales supuestamente contratados por el Gobierno.
La crisis en Nicaragua comenzó el 17 de abril con una protesta de estudiantes en contra de una reforma al Seguro Social, que afectaba a miles de trabajadores y jubilados. Las manifestaciones se extendieron tras la violenta acción de la policía y fuerzas paramilitares contra manifestantes desarmados.
Según cifras oficiales, 39 personas han muerto desde esa fecha, pero la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA registra 97 fallecidos, en su mayoría jóvenes estudiantes que protestaban contra el Gobierno.
Por Gabriela Selser (dpa)