Bogotá, 24 may (dpa) – Tal vez el principal reto que tiene Iván Duque no es ser el primero en las elecciones presidenciales del domingo en Colombia, posición en la que lo ubican todas las encuestas, sino lograr ser visto como un eventual jefe de Estado que no tenga otro jefe detrás.
Para muchos políticos y personas del común, Duque es una marioneta del ex presidente Álvaro Uribe (2002-2010), el máximo líder del partido de derecha radical Centro Democrático, quien impulsó desde el año pasado la candidatura del abogado bogotano, de 41 años.
Aunque hasta hace pocos meses era desconocido para la mayoría del país, Duque empezó a ascender cuando ganó el respaldo de Uribe en la competencia por un sector de la derecha para presentar una candidatura presidencial.
En marzo pasado Duque ganó una consulta interna y fue proclamado candidato, tras lo cual empezó a encabezar las encuestas con una amplia ventaja.
De fácil risa, buen humor y considerado hasta por sus críticos como «un tipo simpático», Duque asegura que él será el jefe de Estado y que escuchará los consejos del senador Uribe, aunque eso no quiere decir que cumplirá sus supuestas órdenes.
Pero muchos no creen en esas palabras. «Será una Presidencia en cuerpo ajeno (…) El poder real en Colombia se trasladaría de la Presidencia al Senado», dijo el presidente de la Cámara de Representantes, Rodrigo Lara, al hablar sobre cómo sería un Gobierno de Duque.
La candidata a vicepresidenta de Duque, la conservadora Marta Lucía Ramírez, afirmó la semana pasada con vehemencia en un debate por televisión que Uribe no tendrá ninguna injerencia en un Gobierno del Centro Democrático. Los otros candidatos vicepresidenciales no disimularon sus risas.
Iván Duque Escobar nació el 1 de agosto de 1976 y recibió el título de abogado de la Universidad Sergio Arboleda, tras lo cual hizo sendos máster en Derecho Económico en la American University y en Gerencia de Políticas Públicas en la Georgetown University.
Su vida laboral empezó en 1999 como consultor en la Corporación Andina de Fomento (CAF) y siguió como asesor en el Ministerio de Hacienda durante el Gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002). Luego fue consejero del Banco Interamericano de Desarrollo para Colombia, Perú y Ecuador.
La única actividad política que ha cumplido hasta ahora, además de su candidatura presidencial, la ejerció desde 2014 hasta comienzos de este año como senador del Centro Democrático.
Germán Vargas Lleras, candidato presidencial de una parte de la coalición centroderechista de Gobierno, ha afirmado que Duque es «un buen muchacho» pero que no debería ser elegido presidente porque es «un ‘pollo’ (joven) sin experiencia».
Por su parte, Gustavo Petro, candidato presidencial izquierdista a quien Duque cataloga de «castrochavista», afirma que el alfil de Uribe es «un ‘castrochavista’ de derecha».
Aunque es un hombre joven, Duque tuvo una transformación en los pocos meses de campaña. Su cabello se tornó blanco y muchos críticos no desperdiciaron la ocasión para decir que se lo tiñó para no ser percibido como el «pollo» al que se refería Vargas Lleras.
Pero él lo niega y dice que el cambio de color obedece al estrés que le ha ocasionado una campaña que puede llevarlo al palacio presidencial.
Por Rodrigo Ruiz Tovar (dpa)