Cannes, 15 may (dpa) – Una frecuente modalidad de robo en América Latina es tirar del bolso desde una moto, y el director argentino Agustín Toscano parte de ese fenómeno para pedir un momento de reflexión antes de juzgar a nadie en «El motoarrebatador», la película que hoy fue recibida con interés en el Festival de Cannes.
Ese tipo de robos es un delito que no deja de florecer en todo el continente americano. «La moto se transformó en el arma de la impunidad y de escapatoria fácil. Estos tironeos son tan habituales que mucha gente deja de salir a la calle prácticamente y se mueve en los barrios privados», explicó Toscano en entrevista con dpa.
En su opinión, la delincuencia ha ido conduciendo a que la gente vaya abandonando la calle y los centros de las ciudades se vayan despoblando.
Pero él no quería hacer una película sobre robos, sino que partiendo de ese delito convertido en algo cotidiano, rodar un drama sobre un único robo que falla, en el cual en vez de lograr el cometido, que es llevarse una cartera, sucede casi una tragedia al dejar abandonada en la calle y en estado dudoso a la víctima.
«El motoarrebatador» es una invención derivada de «motochorro», la palabra que en Argentina define al ladrón subido en una moto, algo que se da desde hace lustros, pero que ahora la sociedad enfrenta de otro modo, según señaló el realizador de San Miguel de Tucumán.
«Una parte de la sociedad se puso justiciera, vengativa y se puso a dar linchamientos. Los paran y los bajan de las motos y los muelen a palos. Es una especie de colectivización de que todos los ladrones son iguales», explicó el realizador, quien recuerda que en Tucumán incluso hubo un un proyecto de ley para impedir que dos varones fuesen subidos a una moto.
«El motoarrebatador», protagonizada por Sergio Prina y Liliana Juárez, muestra sin embargo dos tipos de ladrones, uno que se queda impresionado por lo ocurrido y reflexiona, mientras que al otro no le importa nada haber dejado a una persona a un paso de la muerte.
Y esa diferencia es la que precisamente busca subrayar Toscano, que recurre al humor negro para contrarrestar la gravedad de la historia. «Se trata de eso, de presentar a un tipo que parece que quiere cambiar», dijo el realizador, que además cuenta con León Zelarrayán, Daniel Elías, Mirella Pascual y Pilar Benítez Vibart en el reparto.
Con una puesta en escena esteticista, la película evita al máximo el tono documental, aunque sí aparecen imágenes reales de los saqueos registrados hace varios años en Tucumán, cuando la Policía hizo huelga.
Y como siempre la realidad acaba imponiéndose a la ficción. Toscano recuerda que durante el rodaje, cuando se escenificaba en un supermercado un saqueo, una persona aprovechó la coyuntura para robar un calefón (una caldera).
El ladrón fue detenido y la noticia trascendió en la prensa local, pero al realizador le pareció vergonzoso el «bullying mediático» al que fue sometida esa persona, que se estaba llevando un calefón y una manta. «Estábamos entrando en el invierno y buscó lo que necesitaba», puntualizó.
«El motoarrebatador» es la primera película que Toscano dirige en solitario después de «Los dueños», realizada a cuatro manos en 2013 con Ezequiel Radusky. La cinta se estrenó entonces en la Semana de la Crítica de Cannes, donde obtuvo la Mención Especial del Jurado.
Ahora el director se presenta en la Quincena de los Realizadores, la sección paralela del certamen francés, donde dieron sus primeros pasos grandes nombres del cine mundial como Martin Scorsese o Ken Loach y que este año cuenta con una amplia presencia de cineastas iberoamericanos.
Por María Luz Climent Mascarell (dpa)