Jerusalén/Gaza, 14 may (dpa) – La controvertida apertura de la embajada estadounidense en Jerusalén se vio hoy ensombrecida por una de las jornadas más sangrientas de los últimos años, en la que más de 50 palestinos perdieron la vida y más de 2.400 resultaron heridos en enfrentamientos con soldados israelíes en la Franja de Gaza.
Coincidiendo con el 70 aniversario de la fundación de Israel, Estados Unidos hizo efectivo el traslado de su embajada, hasta ahora en Tel Aviv, a Jerusalén, que en diciembre reconoció como capital del Estado judío, en una decisión unilateral muy criticada internacionalmente.
Hoy inauguramos oficialmente la embajada de Estados Unidos en Jerusalén. ¡Felicitaciones!», dijo Trump en un mensaje de video retransmitido durante la ceremonia ante unos 800 invitados en el edificio del barrio de Arnona, que funcionaba hasta ahora como consulado del país. La sede, sin embargo, no es definitiva.
Trump reafirmó su decisión de reconocer Jerusalén como «verdadera capital (…) que el pueblo judío estableció en la antigüedad». «Israel es una nación soberana que tiene derecho a determinar por sí misma su capital».
Los palestinos reclaman la parte oriental de la ciudad, ocupada en 1967 y anexionada años después por Israel, como capital de su futuro Estado. De ahí que hoy salieran a protestar masivamente contra esa medida, así como contra la expulsión de cientos de miles de palestinos durante la fundación de Israel hace 70 años -que recuerdan en el día de la Nakba o catástrofe- y contra el bloqueo a la Franja de Gaza.
Al menos 52 fueron abatidos por los soldados israelíes y más de 2.400 resultaron heridos, la mitad por disparos, en enfrentamientos en la frontera de la Franja de Gaza con Israel, según el Ministerio de Salud del enclave. Con estas cifras se registra ya el día más sangriento en la zona desde la Guerra de Gaza de 2014.
El presidente palestino, Mahmud Abbas, llamó a tres días de luto y a una huelga general mañana martes por las muertes, al tiempo que reiteró su condena por el traslado de la embajada. El ministro de Sanidad palestino, Yawad Awad, acusó a Israel de cometer «una masacre contra manifestantes desarmados».
Por su parte, Israel acusó a la organización radical Hamas, que gobierna Gaza, de aprovechar las protestas para cometer atentados. El Ejército israelí denunció una «violencia sin precedentes» en las protestas y aseguró que tres células terroristas intentaron atacar a los soldados. Se lanzaron además botellas incendiaras, explosivos y cometas con fuego contra territorio israelí. Incluso hubo intentos de secuestrar a soldados, según detalló el portavoz miliar, Ronen Manelis.
Unas 40.000 personas que se concentraron en 12 puntos a lo largo de la frontera entre Israel y la Franja de Gaza para intentar traspasarla. «Nadie ha conseguido cruzar la frontera», dijo sin embargo el portavoz israelí. El ministro de Defensa israelí, Avigdor Lieberman, aseguró que su país seguirá actuando para evitar intentos de cruzar la frontera.
La Franja de Gaza habría secundado hoy una huelga general convocada por todas las fracciones políticas. Durante la mañana, jóvenes incendiaron neumáticos mientras los autobuses recogían a gente de la calle para acudir a las protestas. Desde los altavoces de las mezquitas se llamaba también a secundar las acciones. El Ejército israelí acusó a Hamas de pagar o presionar los palestinos para participar en la acciones.
La aviación israelí también atacó puestos de la organización radical Hamas en el norte de la Franja, según su versión en respuesta a disparos contra soldados lanzados desde allí.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, saludó el «momento histórico» de la apertura de la embajada y alabó el «coraje» de Trump de mantener su promesa.
«No tenemos mejores amigos en el mundo», dijo durante la ceremonia, en la que Estados Unidos estuvo representado por su secretario de Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, y la hija del presidente, Ivanka Trump, junto con su esposo y asesor del mandatario, Jared Kushner.
Como había hecho también Trump en su mensaje, Kushner, que forma parte del equipo de Trump para impulsar la paz en la región, quiso reiterar el compromiso de Estados Unidos con alcanzar un acuerdo de paz. Sin embargo, al hacer referencia a los sucesos violentos de Gaza, arremetió contra los palestinos: «Quienes provocan la violencia son parte del problema, no de la solución».
Varios cientos de palestinos con pasaporte israelí se manifestaron también en Jerusalén contra la apertura.
El Congreso estadounidense ya aprobó en 1995 una ley que preveía el traslado de la embajada de Tel Aviv a Jerusalén, pero todos los presidentes estadounidenses hasta ahora habían suspendido su aplicación para no salir del consenso internacional
Pese a la controvertida decisión de Trump, algunos países anunciaron que secundarán el paso de Estados Unidos. Guatemala inaugurá también su legación diplomática en Jerusalén el miércoles, y Paraguay la próxima semana. Honduras podría seguir el mismo paso.
Sin embargo, países como Rusia, Irán o Turquía criticaron el traslado de la embajada, mientras la Unión Europea (UE) y la ONU se centraron en condenar la violencia. También Jordania y Egipto, los dos únicos países árabes que tienen tratados de paz con Israel, condenaron la violencia por parte de Israel, mientras Turquía lanzó duras palabras corresponsabilizando a Estados Unidos de la «masacre». Más allá fue la red terrorista Al Qaeda, que llamó a la «guerra santa».
En Cisjordania, el otro territorio palestino, unas 5.000 personas participaron en una marcha portando banderas palestinas y negras, así como llaves para simbolizar su demanda de poder retornar a las tierras de las que sus antepasados tuvieron que huir o fueron expulsados a raíz de la fundación del Estado de Israel en 1948. Algunos manifestantes también quemaron una bandera de Estados Unidos.
Las protestas de hoy son también la culminación de la «Marcha del Retorno», que comenzó a finales de en marzo. Desde entonces, los palestinos marcharon en varias ocasiones hacia la frontera para reclamar su derecho a volver a sus antiguas tierras, algo que les niega Israel. En esas protestas también murieron decenas de palestinos en las últimas semanas.
Por Sara Lemel y Eliyahu Kamisher (dpa)