Los especialistas en cirugía estética suelen recordar que la modificación de la imagen es algo asociado al ser humano desde siempre. Existe desde las civilizaciones más antiguas ese deseo de verse mejor, y hoy día, gracias al avance de la tecnología, se han conseguido mejorar los resultados a la par que la seguridad. Siempre y cuando, claro, se cuente con verdaderos profesionales.
Ya sabemos que el aumento de mamas y la liposucción son las dos cirugías más demandas, según datos de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE), seguida de otras como la abdominoplastia, la blefaroplastia o cirugía de los párpados, la elevación de senos, la rinoplastia y la reducción de mamas. También sabemos que precisamente en primavera es cuando tienen lugar más operaciones.
Pero la cirugía estética no solo se ocupa de mostrar cambios físicos evidentes. Las modificaciones también pueden tener lugar en partes del cuerpo que no suelen estar a la vista, como recuerda esta clínica de cirugía íntima en Barcelona. Sí, la cirugía íntima femenina o cirugía genital femenina también es muy demandada.
La labioplastia, una de las desconocidas
Se la conoce también como ninfoplastia, y es una operación quirúrgica que tiene por objetivo remodelar las partes íntimas externas, como labios menores o mayores.
Lo cierto es que, como comentan desde la clínica del doctor Fabrizio Moscatiello, que tiene la labioplastia en Barcelona entre su cartera de servicios, la estética de los genitales ha ido en aumento en los últimos años. Es por ello que cada vez son más clínicas de estética las que ofrecen la cirugía de los labios genitales, el rejuvenecimiento vaginal y otras operaciones adscritas a la cirugía íntima.
Muchas mujeres padecen hipertrofia en los labios menores, lo que se debe a causas variadas como malformaciones, problemas hormonales o mucha actividad sexual, como comentan desde la misma clínica. La labioplastia no solo ataja un posible complejo de la mujer, que la determina especialmente en su vida sexual, sino que ayuda a tratar posibles molestias en su día a día o en las relaciones, así como en actividades físicas cotidianas, como montar en bici.
Es habitual que estos problemas aparezcan en la etapa previa a la menopausia, cuando se produce la atrofia de la grasa que afecta, sobre todo, a los labios mayores, haciendo que aparezcan descolgados. A ello se une que los niveles de estrógenos descienden considerablemente, por lo que desciende la capacidad de lubricación y aumenta el dolor, la irritación o el picor. La maternidad y el mismo paso del tiempo son también factores comunes.
Hay diferentes tipos de labioplastia. La operación de los labios menores consigue que estos recuperen su tamaño original, para que dejen de aparecer descolgados y sin apenas diferencia con los labios mayores. La intervención sobre los labios mayores suele consistir en pequeñas infiltraciones de grasa para que hacerlos más grande, recuperando también su forma original. En cambio, la liposucción en el Monte de Venus retira la grasa acumulada que el envejecimiento suele acarrear.
Otras operaciones íntimas femeninas
Así pues, la cirugía íntima corrige problemas funcionales o estéticos en la zona genital, que pueden provocar molestias físicas o malestar en la vida normal y sexual de la mujer. Como indican desde la clínica del doctor Fabrizio Moscatiello, la mayoría de operaciones en este ámbito son sencillas, de forma que las pacientes pueden recuperarse en un periodo corto de tiempo.
Otra técnica es la reconstrucción del himen o himenoplastia, que permite a la mujer recuperar la membrana llamada virgo, que cierra la entrada al canal vaginal. Como cabe imaginar, esta práctica es bastante solicitada por mujeres cuyas culturas dan mucha importancia a la virginidad previa al matrimonio.
La vaginoplastia, por su parte, es el rejuvenecimiento vaginal. Con el paso del tiempo, los músculos vaginales pierden tonalidad, algo en lo que influyen especialmente los partos, pero también otras actividades cotidianas que pueden ir desde toser a levantar peso. Con la vaginoplastia aumenta la sensibilidad y mejora la imagen.
El clítoris también suele ser objeto de las operaciones íntimas. Cuando su tamaño es considerable, puede causar molestias por el mero roce de la ropa, así como complejos. Lo que hace esta cirugía es reducir la piel del capuchón, lo que ayuda a sentir más placer, así como a reducir un tamaño que se considera desmesurado por genética, por traumatismo o como consecuencia de un parto.
La perineoplastia (rejuvenecimiento de la zona del perineo) o el lifting del pubis son también operaciones íntimas.
Qué mujeres se someten a una cirugía íntima
Hasta hace unos años, estas intervenciones se dirigían especialmente a mujeres con problemas de incontinencia urinaria, habitual en quienes habían pasado más de un parto. Hoy día, sin embargo, se someten quienes no muestran deterioro de perineo u otras partes de la zona íntima, sino que quieren mejorar la estética de sus genitales.
Las edades oscilan entre los 35 y los 55 años, un perfil muy amplio, según la clínica de Moscatiello.