La Cumbre de las Américas, un foro que reúne al continente

Lima, 10 abr (dpa) – La Cumbre de las Américas, mecanismo de concertación y de diálogo político que nació en 1994, volverá a reunir a presidentes y representantes de la mayoría de los 35 países del continente, esta vez en Lima, el 13 y 14 de abril.

La VIII Cumbre iba a estar marcada por la presencia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, crítico de la inmigración latinoamericana hacia su país y a quien se considera poco amigable con el bloque, pero a última hora anunció hoy que no vendría por la crisis siria.

La otra ausencia forzada será la del mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, «desinvitado» por su supuesto manejo unilateral del proceso democrático.

La cumbre surgió con el objetivo de buscar la unidad de la región en un contexto de globalización, con una agenda basada en la defensa de la democracia, el libre comercio y el desarrollo sostenible. En la primera reunión en Estados Unidos surgió la idea de crear un Área del Libre Comercio de las Américas (ALCA).

Sin embargo, ese propósito inicial fue abandonado en la IV Cumbre en 2005, en medio de desacuerdos, fundamentalmente con los países liderados por el presidente venezolano, Hugo Chávez.

No obstante, el foro avanzó por otros caminos, como por ejemplo la adopción de una cláusula democrática que excluía a gobiernos que violaran los términos constitucionales y que se convirtió en la Carta Democrática de la Organización de Estados Americanos (OEA) hoy vigente.

La cumbre también sirvió de telón de fondo para un descongelamiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, emblemas de la Guerra Fría en América durante 50 años.

En Trinidad y Tobago, la presencia del nuevo gobernante de Estados Unidos, Barack Obama, se sumó a una ola de solidaridad de América Latina por la inclusión de Cuba -separada de la OEA-, para crear un ambiente que se concretó en ciudad de Panamá en 2015.

En esa ocasión, el presidente de Cuba, Raúl Castro, en la primera presencia de su país, estrechó las manos con Obama.

Sin embargo, las diferencias no quedaron cerradas y prueba de ello es la ausencia en esta ocasión de Venezuela, principal estandarte del denominado «socialismo del siglo XXI».

Maduro no estará porque así lo dispuso el Gobierno peruano de Pedro Pablo Kuczynski -caído luego por supuesta corrupción y sustituido por el de Martín Vizcarra- con apoyo de Estados Unidos y de países que forman el Grupo de Lima (que hace seguimiento a la crisis venezolana).

Aunque Maduro prometió llegar a Lima «llueva, truene o relampaguee», desistió al final. Paradójicamente, tampoco estará Kuczynski, pues se vio obligado a renunciar cuando era inminente que el Congreso lo destituyera por sus vínculos con la empresa brasileña Odebrecht, acusada de corrupción.

En las cumbres se suele hablar también de temas sociales y de cooperación, aunque en estos casos la mayoría de analistas son escépticos y creen que todo queda en pronunciamientos de papel que no se llevan a la realidad.