Londres, 31 mar (dpa) – El Ministerio de Asuntos Exteriores británico está considerando la petición de Rusia de visitar a Yulia Skripal, cuyo estado ha mejorado tras haber sido envenenada a principios de marzo en la localidad británica de Salisbury.
Skripal y su padre ex agente doble ruso Sergei Skripal, fueron envenenados con un agente químico el 4 de marzo pasado. El padre se encuentra en estado crítico pero estable.
Las autoridades británicas acusaron a Rusia de haber perpetrado el ataque con el el agente nervioso Novichok, producido en la antigua Unión Soviética. Se cree que la toxina fue colocada en la puerta de entrada de la casa familiar.
Al parecer, según los medios, Rusia hizo el viernes la petición «de acceso consular» y ahora el Ministerio del Exterior londinense está considerando la solicitud, pero también tiene en cuenta los derechos y deseos de la joven.
El ataque en Salisbury, a unos 150 kilómetros al suroeste de Londres, ha provocado desavenencias entres ambas naciones, que han expulsado mutuamente a decenas de diplomáticos.
Rusia exige reducir el personal de la embajada británica en Moscú en 50 personas para así igualar la cifra de trabajadores de la legación rusa en Reino Unido, según dijo hoy a dpa la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Maria Sajarova.
No se trata sólo de diplomáticos acreditados, señaló la portavoz, que no dio más detalles sobre la cantidad de personal trabajando en la legación rusa en Londres.
Las diferencias se agravaron además por el registro que las autoridades británicas hicieron de un avión de la aerolínea rusa Aeroflot en el aeropuerto de Heathrow, en Londres.
La embajada consideró la acción «una nueva provocación de las autoridades británicas» y demandó una explicación al Ministerio de Exteriores, informó la agencia de noticias rusa Tass.
Por su parte, el Ministerio del Interior británico describió lo ocurrido como una acción rutinaria.
La legación diplomática rusa indicó que los funcionarios británicos querían llevar adelante la operación sin la presencia de la tripulación, que según las reglas está «categóricamente prohibido». Después de largas negociaciones con un miembro de la embajada rusa, el capitán del avión pudo estar presente.