La participación será clave en las presidenciales de Egipto

El Cairo, 24 mar (dpa) – El presidente de Egipcio, Abdel Fattah al Sissi, tiene prácticamente asegurada la victoria en las elecciones presidenciales que se celebran a partir del lunes 26 de marzo. Pero su gran reto va a ser hacer que acuda la mayor cantidad de votantes a las urnas, ya que una baja participación despojaría de legitimación su reelección.

Es por ello que se insiste en la participación durante la campaña electoral. Y de ahí la propaganda que difunde una camioneta que atraviesa un barrio de clase trabajadora en El Cairo ataviada con dos altavoces y la bandera egipcia. Por los altavoces suenan canciones patrióticas ocasionalmente interrumpidas por consignas como: «Vengan y voten. Sean positivos. La votación es una misión nacional».

A medida que el camión desaparece de la vista, un cliente en un café cercano comenta: «¡Como si fuera una elección de verdad en vez de un juego!». El hombre, de unos 40 años, se refiriere a las elecciones presidenciales que se celebrarán entre el lunes y el miércoles, en las que el actual presidente Abdel Fattah al Sissi concurre prácticamente sin rivales.

Su único contrincante Moussa Mostafa, un político poco conocido, que ya apoyó la candidatura del ex general convertido en presidente para un segundo mandato.

Con victoria de al Sissi en todo el país dada por descontada, una baja participación podría generar dudas sobre la credibilidad de las elecciones.

Los opositores potencialmente serios han abandonado la carrera o no lo pueden hacer.

Mostafa, líder del pequeño partido al Ghad, registró su candidatura a la presidencia el último día. Las voces críticas aseguran que fue el Gobierno el que ordenó a Mostafa que se postulara para evitar que las elecciones se conviertan en un referéndum sobre el mandatario, algo que el político ha negado.

Por su parte, la oposición ha pedido un boicot a estas elecciones, que calificó de «farsa».

Los medios y los partidos políticos leales a al-Sissi llevan semanas intensificado sus llamamientos para que la gente acuda a votar.

Uno de ellos es el Partido de la Juventud de Egipto, que a principios de este mes lanzó una campaña de movilización, llamada «la campaña puerta a puerta», para captar potenciales votantes. «El objetivo de nuestra campaña es acercarnos a la gente en las calles y cafeterías, así como en las áreas residenciales, para animarlos a ir a las urnas», dijo el líder de la formación, Ahmed Abdel-Hadi.

Varios legisladores y funcionarios gubernamentales, mientras tanto, han viajado al extranjero para pedir el voto a los egipcios que viven fuera.

También se ha recurrido al sentimiento religioso en un país mayoritariamente musulmán. El ministro de Asuntos Religiosos, Mohammed Gomaa, fue citado recientemente en los medios locales diciendo que votar es un «requisito islámico y un deber nacional».

Los pancartas de apoyo a al-Sissi están casi en todas partes en El Cairo. La semana pasada, fue el propio mandatario el que instó a sus compatriotas a acercarse a las urnas. «La participación masiva ayuda a mejorar la imagen de Egipto frente al mundo», dijo en declaraciones televisadas el jueves.

Con al Sissi al frente del Gobierno Egipto ha sido acusado con frecuencia de amordazar a la disidencia política y a los medios independientes, acusaciones que el gobierno ha calificado de infundadas.

Algunos partidarios del gobierno han pedido recientemente a las autoridades que apliquen una ley que impone una multa de 500 libras egipcias (28,5 dólares) a los votantes registrados que no acudan a las urnas.

La multa, considerablemente alta para los estándares egipcios, no se aplicó en elecciones anteriores, pero por ahora no se ha esclarecido si se aplicará esta vez.

Cerca de 60 millones de egipcios están llamados para los comicios, según la comisión electoral. Algunos observadores pronostican que es poco probable que la intensa campaña de movilización en todo el país se refleje en una alta afluencia de votantes.

«La participación será muy baja. Estas elecciones no cumplen con los estándares internacionales», dijo Amr Hashem, un experto del Centro de Estudios Políticos al Ahram, con sede en El Cairo.

«En las elecciones deberían competir varios candidatos que estuvieran casi en el mismo nivel», dijo. «Tenemos dos contendientes con una diferencia entre ellos que es tan alta como la distancia entre la tierra y el cielo. Uno de ellos es visto como un figurante», dijo Hashem.

«Muchos votantes creen que el resultado es obvio y, por lo tanto, no ven la necesidad de ir a las urnas».

La elección es la tercera votación presidencial de Egipto desde el levantamiento de 2011 que obligó al autócrata Hosny Mubarak a abandonar el poder.

Trece candidatos se presentaron en la primera cita electoral presidencial posterior a Mubarak celebrada en 2012.

Por Ramadan Al-Fatash (dpa)