Bruselas, 28 feb (dpa) – La Unión Europea (UE) presentó hoy el primer borrador de un acuerdo sobre la salida del Reino Unido del bloque comunitario («Brexit»), algunos de cuyos aspectos generaron indignación en el Gobierno británico.
La primera ministra británica, Theresa May, rechazó la parte que se refiere a evitar los controles fronterizos entre la República de Irlanda y la región británica de Irlanda del Norte tras el «Brexit». Para ello se establecería una «zona regulatoria común» entre Irlanda del Norte y la UE que May considera inaceptable.
«Ningún primer ministro del Reino Unido podría estar de acuerdo», dijo May ante la Cámara de los Comunes apenas una hora después de que se publicase el borrador.
«Si se implementase el borrador publicado por la Comisión, socavaría el mercado común del Reino Unido y amenazaría la integridad constitucional del Reino Unido creando una aduanda y frontera regulatoria en el mar de Irlanda», añadió la mandataria conservadora. «Le dejaré claro (al presidente de Comisión Europea, Jean-Claude Juncker) y a los demás que nunca lo haremos», añadió.
La UE propone que, de ser necesario, se mantengan para Irlanda del Norte algunas reglas importantes de la unión aduanera y del mercado único, pero el Gobierno británico quiere abandonar ambos mecanismos.
En diciembre, Londres había aceptado que se eviten controles fronterizos en la isla irlandesa. Sin embargo, cada vez parece más claro que ese objetivo es incompatible con el deseo de Londres de abandonar la unión aduanera con la UE.
En caso de que algunas normas de la UE sigan vigentes en Irlanda del Norte y no en el resto del Reino Unido, la consecuencia sería la presencia de estándares diferentes dentro del Reino Unido, es decir, una especie de frontera interna, algo que rechaza estrictamente el Partido Unionista Democrático (DUP), de Irlanda del Norte, que actualmente apoya en el Parlamento al Gobierno británico.
«Este es un momento clave de las negociaciones», subrayó hoy el negociador jefe de la UE para el «Brexit», Michel Barnier. «Si queremos que estas negociaciones tengan éxito, tenemos que apresurarnos», dijo desde Bruselas, cuando quedan sólo 13 meses para la prevista salida del Reino Unido del bloque, en marzo de 2019.
Según Barnier, el borrador publicado hoy no es más que una fiel trasposición jurídica de lo acordado con Londres en diciembre. Entonces se abordaron tres importantes cuestiones: los futuros derechos de los ciudadanos de la UE en Reino Unido, la cantidad que deberá pagar Londres a Bruselas por los compromisos adquiridos, y la necesidad de evitar una frontera con controles en la isla de Irlanda.
Para Irlanda y la UE es importante la cuestión fronteriza, para evitar que pueda reactivarse el conflicto entre católicos y protestantes en Irlanda del Norte. Para ello, en diciembre se acordaron tres opciones: un acuerdo comercial, soluciones innovadoras a propuesta de Londres o, si fuese necesario, mantener la regulación del mercado común europeo y de la unión aduanera en Irlanda del Norte.
Londres conoce todas las posturas incluidas en el borrador desde hace tiempo, insistió Barnier. «No hay sorpresas para nuestros socios británicos», aseguró.
Antes de que May hablase, el ministro británico de Relaciones exteriores, Boris Johnson, había restado importancia a la introducción de controles fronterizos entre las dos Irlandas. «Aun cuando se vuelvan a introducir controles fronterizos, nosotros prevemos que el 95 por ciento o más de las mercancías pase la frontera sin controles», citó Sky News una carta «sensible» que Johnson dirigió a May y que ha sido filtrada a la prensa.
El borrador publicado hoy, de unas 120 páginas, también incluye apartados que aún no fueron acordados con Reino Unido. Entre ellos está la posición de la UE sobre la fase de transición de dos años prevista tras el «Brexit».
Bruselas quiere que durante ese periodo la normativa de la UE siga rigiendo para el Reino Unido y que este pague sus cuotas al bloque. Sin embargo, según Barnier, Londres pretende que los ciudadanos de la UE que vayan a vivir al Reino Unido tras la fecha prevista para el «Brexit» (29 de marzo de 2019) tengan menos derechos que los que llegaron antes. La UE se niega a que exista esa diferencia. «Por el momento, la cuestión de la fase de transición aun no está cerrada», señaló Barnier.
La UE quiere aclarar las cuestiones relacionadas con la salida del Reino Unido y el periodo de transición hasta finales del próximo mes de marzo, para empezar a hablar a partir de abril sobre las futuras relaciones entre Londres y el bloque. May dará a conocer su posición en un discurso que ofrecerá este viernes.