Crónica de un error histórico: los Oscar, un año después

Los Angeles, 26 feb (dpa) – Hace un año, Brian Cullinan y Martha Ruiz se paseaban por la alfombra roja de los Oscar. Sin embargo, estos dos veteranos empleados de la consultora PricewaterhouseCoopers (PwC) no podrán repetir. Y no es para menos: desde el «backstage», ellos eran los responsables de entregar los sobres con los ganadores en la pasada edición, que terminó con un error de los que hacen historia.

Como es tradición, hasta ahora sólo dos empleados de PwC conocían el veredicto de la Academia de Hollywood antes de cada gala. Ambos, bajo protección policial, se encargaban de llevar al Dolby Theatre de Los Angeles dos sets idénticos con los nombres de los ganadores, cada uno en su maletín correspondiente, y entregárselos a las estrellas encargadas de presentar cada premio.

Sin embargo, cuando el año pasado Warren Beatty y Faye Dunaway tenían que presentar el Oscar a la Mejor Película, ocurrió lo impensable. Él abrió el sobre lacrado, leyó su interior con la mirada confusa, dudó y le pasó la tarjeta a su compañera de «Bonnie y Clyde». Ésta, más resuelta, pronunció en voz alta «La La Land». Pero con los productores del musical ya en el escenario, hubo que corregir: la estatuilla era para el drama «Moonlight».

Tanto las estrellas sentadas ante el escenario como los millones de espectadores no daban crédito a lo ocurrido. Tras varios minutos de caos, llegó la explicación: a Beatty le dieron un sobre erróneo que, en lugar de Mejor Película, contenía la categoría de Mejor Actriz Protagonista. Y ese Oscar lo había ganado Emma Stone por «La La Land».

La histórica equivocación tuvo lugar entre bambalinas. Poco después, los responsables de PwC pidieron disculpas: «Estamos investigando qué ocurrió y lamentamos profundamente lo sucedido». Y lo que ocurrió fue que Brian Cullinan estaba tuiteando una fotografía de Emma Stone en el backstage con su estatuilla, por lo que, según los medios estadounidenses, se habría despistado con los sobres.

Tras aquel desastre, la clave era cómo evitar que un patinazo así pudiera repetirse en la gala de este año, en que los Oscar celebran su 90 edición. La Academia decidió vetar a Ruiz y Cullinan, aunque optó por seguir trabajando con PwC -que también se encarga de contar los votos-, cuya colaboración se remontaba a más de ocho décadas. Eso sí, el domingo no serán dos empleados, sino tres, los que velarán por que todo salga bien.

PwC decidió enviar al veterano Rick Rosas, que ya ha repartido los sobres en otras 14 ocasiones. Junto a él habrá otros dos empleados que se encargarán de triplicar el control. Además, también estará en la gala el presidente de la consultora, Tim Ryan. Y sus tres empleados tienen terminantemente prohibido tuitear o colgar fotos de la ceremonia en las redes sociales.

Mientras tanto, la Academia intenta quitar hierro al asunto desde el humor. «Prometo que no volveré», dijo el año pasado Jimmy Kimmel tras el caótico final de la noche. Sin embargo, el 4 de marzo repetirá como maestro de ceremonias. En uno de los videos promocionales se ríe del tema en el diván de un psicoanalista al que cuenta que sueña todas las noches con el error y no logra abrir los sobres. Al término del spot, el terapeuta resulta ser Warren Beatty.

Lo que de momento sigue siendo un secreto es qué estrellas se encargarán de anunciar este año el ganador en la categoría reina de Mejor Película, que según las apuestas se disputan «La forma del agua» y «Three Billboards Outside Ebbing, Missouri». Eso sí, es poco probable que los protagonistas de «Bonnie & Clyde» repitan en la tarea.

Quizá sería una buena ocasión para invitar a subir al escenario a los creadores de la pasada ganadora, «Moonlight». Pues al fin y al cabo, el año pasado su triunfo se vio empañado por el caos del anuncio y apenas pudieron recibir bajo los focos los aplausos que se habían ganado.

Por Barbara Munker (dpa)